La madrileña Rebeca Tabales debuta en la novela con un relato "de gran carga irónica" sobre la búsqueda de la belleza
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
La escritora madrileña Rebeca Tabales debuta en la novela con 'Eres bella y brutal' (editorial Algaida), un relato estructurado como un juego de espejos, con tres historias entrecruzadas y protagonizadas por una niña, una monja y un misionero a quienes les une un mismo propósito, la búsqueda de la belleza, en una narración dotada "de una gran carga irónica".
En una entrevista a Europa Press, Tabales consideró que las características de la novela "no responden a ningún género" y explicó, con todo, que hace un guiño "a la novela detectivesca clásica y también a un tipo de literatura de la conciencia y la experiencia". No obstante, matizó que al estar contada "desde un punto de vista tan exagerado y absurdo, el retrato de los personajes deviene en una caricatura".
"No diría que es de género --continuó--, entre otras cosas porque pienso que hay que tener mucho talento para quedarse dentro de las normas de un espacio limitado y de unos arquetipos y personajes concretos que se adapten a la línea de la novela de género", apuntó.
Con todo, la intención "primigenia" de Tabales no era escribir una nóvela de género al uso, sino "contar una historia humana y desde muchos puntos de vista", todo lo cual le impedía adaptarse "al corsé" de ese tipo de literatura, según explicó. "Seguramente tocaré algo de género cuando tenga más experiencia y recorrido y cuando me apetezca contar una historia que pueda entrar dentro de ese molde", aventuró.
Asimismo, Tabales indicó que "el tema de la novela es la búsqueda de la belleza" y añadió que esa búsqueda es "distinta" en los tres personajes. Así, puso de ejemplo al misionero que se encuentra en la guerra de Ruanda, para quien "la belleza está relacionada con la tierra y no con una persona concreta". "Eso fue precisamente lo que le ayudó a soportar la brutalidad del conflicto bélico", destacó.
En sus páginas, según relató, hay escenas concretas y personajes que tienen características "de muchas personas reales", y también un ambiente de colegio religioso que es la vida de las monjas.
"Siempre me gustó observar y me pareció muy curiosa la forma de vida que tienen esas mujeres ya adultas, y algunas hasta ancianas, en esa especie de colegio mayor eterno en el que viven", según dijo la autora, añadiendo que se sintió "fascinada desde siempre" por esa intimidad existente "entre personas que no son familia biológica y con las que siempre hay una cierta distancia".
"De mí personalmente hay un poco en todos los personajes", admitió Tabales, quien negó en concreto que el de Alejandra --la niña de 13 años-- se inspire en ella porque se trata de "un pesonaje terrible que al mismo tiempo transmite pena a veces y se cree víctima durante casi todo el relato" hasta que descubre, según destacó, "que ella está haciendo víctima a otra".
"Al final, llega un momento en que nos damos cuenta de que lo que habíamos pensado y las experiencias vividas son comunes a todo el mundo, de forma que la visión personal de todo eso no es ni la más original ni desde luego la más incomprendida", según estimó la madrileña, quien agregó en este punto que "este descubrimiento que forma parte del paso de la niñez a la madurez está plasmado en esa niña con un tono exagerado y siempre recurriendo a la ironía".
EL ORIGEN, EN UN CORRILLO DE NIÑAS
Por otra parte, recordó que "la primera imagen de la novela fue la de un típico corrillo de niñas de un colegio de monjas metidas en un servicio, haciendo pellas, criticando a otras y utilizando toda esa energía improductiva que desprende la pubertad". A la autora se le ocurrió que reflejar esa escena a una novela "sería como trasladar la escena de los asesinos del César, de Shakespeare, a elementos muy cotidianos", ya que representa, según explicó, "el choque entre una persona que tiene poder y otras que conjuran contra ella".
"El poder de la niña, a la que critica el corrillo, no está basado en nada material, sino en su belleza, que es lo que origina que el mundo se vuelva contra ella", según destacó Tabales, señalando que cambió el punto de vista de la narración en el mito de Lolita, al que recurre mediante el personaje de Alejandra. Al respecto, indicó que el arquetipo creado por Nabokov "siempre se ha explicado desde fuera, desde el adulto que se enamora de ella, pero nunca desde la propia protagonista", que lleva en este caso el peso de ser a la vez bella y brutal, con la consecuente reacción que eso genera en los demás.
Narrada además con "una gran dosis" de ironía, Tabales no fue consciente de ello hasta que la vio impresa, si bien explicó al respecto que realizó "un gran esfuerzo" para mirar a los personajes con distancia, es decir, "sin tomarse a la tremenda ni con una gran carga de dramatismo su descripción". Es más, gracias a ese distanciamiento logró revelar sus contradicciónes, que tildó de "entrañables, divertidas e incluso peligrosas".
En este sentido, resaltó que al verlos desde fuera y poner de manifiesto las dificultades de los personajes para adaptarse al mundo que les rodea y llevar a cabo esa búsqueda de la belleza que cada uno pretende a su manera, resultan "un tanto ridículos al final aunque también muy humanos" ya que, según estimó, "es esto lo que sucede cuando cada uno de nosotros miramos desde lejos a los demás y luegos nos analizamos a nosotros mismos para darnos cuenta de que muchas de las cosas que hacemos a diario son absurdas".
LA DISTANCIA LLEVA A LA IRONÍA
De este modo, cuando la vio imprensa comprendió que "el esfuerzo" que realizó en su elaboración por construir los personajes "desde una cierta distancia crítica" dio lugar a que "la novela esté recorrida al final por una espina dorsal de ironía", según subrayó Tabales.
Ensamblada como un juego de espejos debido a los puntos de conexión existentes entre las tres historias, Tabales admitió que, "sin dejar de lado la historia de Alejandra", "la que más" le interesó en un principio, conforme la desarrollaba le gustaron "cada vez más las otras dos", es decir, la de la monja y la del misionero en la guerra de Ruanda. Al hilo, resaltó que la monja es un personaje "muy interesante" y explicó que "se desarrolló ella sola en el transcurso de la narración aunque al principio estaba ahí solamente con la intención de que fuera un espejo de la niña".
Rebeca Tabales (Madrid, 1981) se licenció en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y comenzó a especializarse en estudios de neurolingüística en 2004. 'Eres bella y brutal', editada por Algaida y premiada con el Ateneo Joven de Novela de Sevilla, supone su debut en este género, si bien lleva publicando poemas en diversas revistas de España y Latinoamérica desde 1997.
"No diría que es de género --continuó--, entre otras cosas porque pienso que hay que tener mucho talento para quedarse dentro de las normas de un espacio limitado y de unos arquetipos y personajes concretos que se adapten a la línea de la novela de género", apuntó.
Con todo, la intención "primigenia" de Tabales no era escribir una nóvela de género al uso, sino "contar una historia humana y desde muchos puntos de vista", todo lo cual le impedía adaptarse "al corsé" de ese tipo de literatura, según explicó. "Seguramente tocaré algo de género cuando tenga más experiencia y recorrido y cuando me apetezca contar una historia que pueda entrar dentro de ese molde", aventuró.
Asimismo, Tabales indicó que "el tema de la novela es la búsqueda de la belleza" y añadió que esa búsqueda es "distinta" en los tres personajes. Así, puso de ejemplo al misionero que se encuentra en la guerra de Ruanda, para quien "la belleza está relacionada con la tierra y no con una persona concreta". "Eso fue precisamente lo que le ayudó a soportar la brutalidad del conflicto bélico", destacó.
En sus páginas, según relató, hay escenas concretas y personajes que tienen características "de muchas personas reales", y también un ambiente de colegio religioso que es la vida de las monjas.
"Siempre me gustó observar y me pareció muy curiosa la forma de vida que tienen esas mujeres ya adultas, y algunas hasta ancianas, en esa especie de colegio mayor eterno en el que viven", según dijo la autora, añadiendo que se sintió "fascinada desde siempre" por esa intimidad existente "entre personas que no son familia biológica y con las que siempre hay una cierta distancia".
"De mí personalmente hay un poco en todos los personajes", admitió Tabales, quien negó en concreto que el de Alejandra --la niña de 13 años-- se inspire en ella porque se trata de "un pesonaje terrible que al mismo tiempo transmite pena a veces y se cree víctima durante casi todo el relato" hasta que descubre, según destacó, "que ella está haciendo víctima a otra".
"Al final, llega un momento en que nos damos cuenta de que lo que habíamos pensado y las experiencias vividas son comunes a todo el mundo, de forma que la visión personal de todo eso no es ni la más original ni desde luego la más incomprendida", según estimó la madrileña, quien agregó en este punto que "este descubrimiento que forma parte del paso de la niñez a la madurez está plasmado en esa niña con un tono exagerado y siempre recurriendo a la ironía".
EL ORIGEN, EN UN CORRILLO DE NIÑAS
Por otra parte, recordó que "la primera imagen de la novela fue la de un típico corrillo de niñas de un colegio de monjas metidas en un servicio, haciendo pellas, criticando a otras y utilizando toda esa energía improductiva que desprende la pubertad". A la autora se le ocurrió que reflejar esa escena a una novela "sería como trasladar la escena de los asesinos del César, de Shakespeare, a elementos muy cotidianos", ya que representa, según explicó, "el choque entre una persona que tiene poder y otras que conjuran contra ella".
"El poder de la niña, a la que critica el corrillo, no está basado en nada material, sino en su belleza, que es lo que origina que el mundo se vuelva contra ella", según destacó Tabales, señalando que cambió el punto de vista de la narración en el mito de Lolita, al que recurre mediante el personaje de Alejandra. Al respecto, indicó que el arquetipo creado por Nabokov "siempre se ha explicado desde fuera, desde el adulto que se enamora de ella, pero nunca desde la propia protagonista", que lleva en este caso el peso de ser a la vez bella y brutal, con la consecuente reacción que eso genera en los demás.
Narrada además con "una gran dosis" de ironía, Tabales no fue consciente de ello hasta que la vio impresa, si bien explicó al respecto que realizó "un gran esfuerzo" para mirar a los personajes con distancia, es decir, "sin tomarse a la tremenda ni con una gran carga de dramatismo su descripción". Es más, gracias a ese distanciamiento logró revelar sus contradicciónes, que tildó de "entrañables, divertidas e incluso peligrosas".
En este sentido, resaltó que al verlos desde fuera y poner de manifiesto las dificultades de los personajes para adaptarse al mundo que les rodea y llevar a cabo esa búsqueda de la belleza que cada uno pretende a su manera, resultan "un tanto ridículos al final aunque también muy humanos" ya que, según estimó, "es esto lo que sucede cuando cada uno de nosotros miramos desde lejos a los demás y luegos nos analizamos a nosotros mismos para darnos cuenta de que muchas de las cosas que hacemos a diario son absurdas".
LA DISTANCIA LLEVA A LA IRONÍA
De este modo, cuando la vio imprensa comprendió que "el esfuerzo" que realizó en su elaboración por construir los personajes "desde una cierta distancia crítica" dio lugar a que "la novela esté recorrida al final por una espina dorsal de ironía", según subrayó Tabales.
Ensamblada como un juego de espejos debido a los puntos de conexión existentes entre las tres historias, Tabales admitió que, "sin dejar de lado la historia de Alejandra", "la que más" le interesó en un principio, conforme la desarrollaba le gustaron "cada vez más las otras dos", es decir, la de la monja y la del misionero en la guerra de Ruanda. Al hilo, resaltó que la monja es un personaje "muy interesante" y explicó que "se desarrolló ella sola en el transcurso de la narración aunque al principio estaba ahí solamente con la intención de que fuera un espejo de la niña".
Rebeca Tabales (Madrid, 1981) se licenció en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y comenzó a especializarse en estudios de neurolingüística en 2004. 'Eres bella y brutal', editada por Algaida y premiada con el Ateneo Joven de Novela de Sevilla, supone su debut en este género, si bien lleva publicando poemas en diversas revistas de España y Latinoamérica desde 1997.