La Policía busca un comando estable en Vizcaya
01/10/2010 - 09:45
Las fuerzas de Seguridad atribuyen el intento de asesinato de un agente de policía este pasado martes en Bilbao a un comando de ETA que opera en Vizcaya desde hace casi un año. Según las investigaciones policiales, este grupo podría haber cometido al menos otros seis atentados, sin víctimas mortales, en los últimos meses.
La reaparición el martes de ETA en Vizcaya no ha sido ninguna sorpresa para los servicios de Información. Los analistas del Ministerio del Interior eran conscientes que el golpe de la Guardia Civil el pasado julio contra el núcleo duro del comando Vizcaya no había acabado con la estructura estable de la banda terrorista en esa provincia.
Según informaron ayer fuentes de la lucha antiterrorista, el grupo que el martes colocó la bomba-lapa en los bajos del coche del agente destinado en Bilbao sobrevivió indemne a la redada que acabó con el comando que dirigía el liberado Arkaitz Goikoetxea. Aquella operación, que supuso la detención de otros ocho terroristas, esclareció nueve de los más importantes atentados cometidos por ETA tras la tregua, entre ellos el asesinato del guardia civil Juan Manuel Piñuel en Legutiano.
Sin embargo, desde los primeros interrogatorios los investigadores vieron claro que no había pruebas para relacionar aquella estructura con algunos ataques y atentados menores cometidos en Vizcaya. A la vista de la documentación incautada, a finales de julio, los agentes concluyeron que debía existir un segundo grupo totalmente independiente de la estructura central desmantelada.
Antes de que el martes ETA intentara asesinar al funcionario adscrito a la comisaría de Basauri, los servicios de información del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil ya investigaban ese grupo en relación con, al menos, otros seis atentados cometidos en Bilbao y en su extrarradio cercano. La primera acción que se imputa al que entonces era talde secundario del comando Vizcaya es el asesinato fallido del escolta Gabriel Ginés con una bomba-lapa el 9 de octubre del pasado año. El 17 de diciembre este grupo habría reaparecido con la bomba que destrozó los juzgados de paz de Sestao.
Este año, el 23 de febrero, miembros de este segundo grupo vizcaíno abandonaron un artefacto-trampa en un repetidor de telefonía móvil de Bilbao. Luego, en abril, atentaron con potentes explosivos contra las sedes socialistas de La Peña (en la capital vizcaína) y Elgoibar (el único atentado fuera de la provincia). Hasta su reaparición esta semana, la última acción que las fuerzas de seguridad atribuían a esta estructura es el ataque contra el edificio de la rotativa del diario El Correo el pasado 8 de junio.
Según informaron ayer fuentes de la lucha antiterrorista, el grupo que el martes colocó la bomba-lapa en los bajos del coche del agente destinado en Bilbao sobrevivió indemne a la redada que acabó con el comando que dirigía el liberado Arkaitz Goikoetxea. Aquella operación, que supuso la detención de otros ocho terroristas, esclareció nueve de los más importantes atentados cometidos por ETA tras la tregua, entre ellos el asesinato del guardia civil Juan Manuel Piñuel en Legutiano.
Sin embargo, desde los primeros interrogatorios los investigadores vieron claro que no había pruebas para relacionar aquella estructura con algunos ataques y atentados menores cometidos en Vizcaya. A la vista de la documentación incautada, a finales de julio, los agentes concluyeron que debía existir un segundo grupo totalmente independiente de la estructura central desmantelada.
Antes de que el martes ETA intentara asesinar al funcionario adscrito a la comisaría de Basauri, los servicios de información del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil ya investigaban ese grupo en relación con, al menos, otros seis atentados cometidos en Bilbao y en su extrarradio cercano. La primera acción que se imputa al que entonces era talde secundario del comando Vizcaya es el asesinato fallido del escolta Gabriel Ginés con una bomba-lapa el 9 de octubre del pasado año. El 17 de diciembre este grupo habría reaparecido con la bomba que destrozó los juzgados de paz de Sestao.
Este año, el 23 de febrero, miembros de este segundo grupo vizcaíno abandonaron un artefacto-trampa en un repetidor de telefonía móvil de Bilbao. Luego, en abril, atentaron con potentes explosivos contra las sedes socialistas de La Peña (en la capital vizcaína) y Elgoibar (el único atentado fuera de la provincia). Hasta su reaparición esta semana, la última acción que las fuerzas de seguridad atribuían a esta estructura es el ataque contra el edificio de la rotativa del diario El Correo el pasado 8 de junio.