“La profesión de compositor obliga a la diáspora continua si se quiere subsistir”

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
Luis de Pablo recibirá este jueves el IX Premio Iberoamericano Tomás Luis de Victoria
De Pablo expresó, en una entrevista con Europa Press, su satisfacción por recibir este galardón, considerado el Cervantes de la música, que otorga la Sociedad General Autores y Editores (SGAE). El autor, que se alzó con el premio entre 54 compositores finalistas provenientes de 16 países iberoamericanos, reconoció que no ha hecho “nada especial para recibirlo”.
No lo cree así el jurado del premio que destacó, en su acta final, “la extraordinaria calidad de su obra creadora que, tratando todos los géneros y siempre ligada a una profunda reflexión teórica, ha conseguido articular, a lo largo de una vida, y con un indiscutible reconocimiento internacional, un mundo expresivo propio en el contexto de una generación excepcional de compositores españoles, e influyendo directa o indirectamente en los más jóvenes”. El compositor, miembro de la Generación del 51, siguió restándose mérito para este premio “que podían haber otorgado a otra mucha gente que trabaja también arduamente en la música”. “Para mí, la música no es un ‘modus vivendi’ sino una necesidad personal”, explicó De Pablo quien resaltó que “desde niño” supo que quería hacer música, “un arte donde la precocidad es la regla”.

Real Academia
El acto de entrega del galardón se iniciará con la lectura del acta firmada por el jurado a la que seguirá la presentación del galardonado por medio de una ‘laudatio’ escrita por el musicólogo José Luis García del Busto. El director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, Antonio Bonet Correa, será el encargado de entregar el premio a De Pablo. El evento se cerrará con un breve concierto a cargo del Octeto Ibérico de Vilonchelos, dirigido por Elías Arizcuren, que interpretará dos obras del premiado Eleison y Ritornello. De Pablo resaltó que “siempre se puede seguir experimentando en música”. Muy dado a comparar sus piezas con platos de comida, el compositor resaltó que la investigación y experimentación musical “necesita despedir un olor agradable” y tener en cuenta una serie de normas básicas como “por dónde se ingiere la comida”.
El músico recordó un documental sobre su vida que realizó el Círculo de Bellas Artes (CBA), A contratiempo, un título que encontró “sugerente” y que tal vez eligieran porque no siempre todo le ha resultado fácil. “España ha tenido un periodo de deterioro muy grande, musicalmente hablando”, resaltó el compositor quien incidió en que esta situación interna “tan difícil”, que mantuvo fuera del país a gran parte de la vida intelectual, “estaba alimentada por unos pocos que vivían contentos separados del resto del mundo”. Una situación que afectó a toda la música en general y especialmente a la mal llamada música culta, que “no sólo no estaba protegida sino que era infravalorada”. “Imagínese qué hubiese sido de este país si pudiesen haber ejercido aquí su profesión Julián Bautista, Rodolfo Hafter o Adolfo Salazar”, puntualizó. Para De Pablo, “esta situación explica en parte la actual, mucho más marcada por el negocio y por las modas de los grandes intérpretes, o de ciertos compositores como Mahler o Bruckner”. “De hecho, esto explica que el público se marchase de la representación del Lulú de Alban Berg del Teatro Real cuando años atrás levitaba en la Zarzuela al verla”.