La retirada de San Gil desata un nuevo terremoto en el PP

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La sede nacional de los populares en la madrileña calle Génova era un hervidero.
La preocupación entre los opositores era patente porque el abandono de la presidente del PP vasco de la ponencia por “diferencias de criterio fundamentales” sobre el texto afecta, en palabras de un dirigente, a “las esencias” de la ideología del partido, y no se trata de un gesto de desafecto por haber quedado relegado o una muestra de desacuerdo con la estrategia precongresual de Rajoy, que es como se han interpretado las decisiones de Eduardo Zaplana y Ángel Acebes o las críticas de Esperanza Aguirre y otros notables del PP.

Aquí se trata de definir el marco futuro de las relaciones con los nacionalistas. El líder de los populares está convencido, como es evidente por otra parte, de que para poder gobernar son necesarios los acuerdos con CiU y PNV, salvo que se obtenga mayoría absoluta. En sintonía con esta tesis, el líder del PP canario, José Manuel Soria, en colaboración con la gerundense Alicia Sánchez Camacho, propuso que la ponencia abogara por un acercamiento hacia las fuerzas nacionalistas, incluido el PNV, para eliminar la imagen de partido hostil hacia todo lo que huela a nacionalismo periférico.

Esta intransigencia, además, se ha traducido en unos malos resultados electorales en Cataluña y Euskadi, comunidades en las que los socialistas aventajaron a los populares en nada menos que en 20 escaños en las elecciones del 9 de junio, cuando la diferencia global fue de 15. Una situación que Rajoy y sus colaboradores creen que es imprescindible revertir para apuntalar las posibilidades de una victoria electoral futura.

Beligerancia
San Gil, en cambio, se opuso a trasladar esa referencia a la ponencia política y defendió la continuidad de la línea estratégica actual del PP de beligerancia frente al nacionalismo. Una posición en la que fuentes del partido opositor ven detrás la mano del ex ministro Jaime Mayor Oreja. Esta misma controversia se suscitó a fines de abril, cuando un diario de Madrid publicó una versión de la ponencia con las tesis de Soria, y la líder del PP vasco puso el grito en el cielo y amenazó con abandonar los trabajos precongresuales. Rajoy no desmintió al dirigente canario, que gobierna en el archipiélago con los nacionalistas insulares, y guardó silencio, aunque colaboradores suyos se apresuraron a garantizar que no iba a haber “un cambio de estrategia”.

En definitiva, lo que está en liza es si reeditar el modelo del de 1996, que permitió gobernar a José María Aznar con pactos con CiU y PNV; o el de 2000, cuando la mayoría absoluta del PP permitió desprenderse de esos acuerdos y desarrollar una política de confrontación hacia los nacionalistas.

Rajoy, por ahora, juega a la prudencia y al silencio. Conversó el jueves pasado con María San Gil para aplacar sus recelos pero no logró calmar su inquietud. La presidenta del PP vasco se quejó ante el líder opositor de la ausencia de interlocutores de peso para despachar consultas sobre la ponencia y, sobre todo, transmitió su rechazo a un cambio de línea respecto al nacionalismo.

El presidente de los populares, pese a su mutismo, encomendó a sus colaboradores que insten a los redactores de la ponencia a llegar a un acuerdo, pero no ha trascendido si las tratativas surtieron efecto. Una solución que se abrió paso a última hora es que el documento incorpore también los planteamientos de San Gil.

El Gobierno desea “suerte” a la oposición

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, deseó ayer "suerte" al PP para que "cuanto antes" resuelva sus diferencias internas y "realmente" se dedique a realizar las tareas que como principal partido de la oposición tiene atribuidas "contribuyendo a consolidar el funcionamiento normal de las instituciones democráticas". Por su parte, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, consideró que los problemas que afronta el PP son "lógicos en un partido que ha perdido dos elecciones", aunque indicó que "arreglará sus problemas".

El diputado socialista por Álava, Fernando Jáuregui, se pronunció sobre esos 'problemas' del PP, considerando que San Gil se aparta de la ponencia porque no comparte "la reorientación de la Dirección del PP en sus relaciones con los nacionalismos". "Hay voces muy notables dentro de su organización que piden un papel más moderado que le permita tener una mayor capacidad de pacto", dijo Jáuregui, que añadió que San Gil difiere "de la manera en la que el PP quiere construir su futuro o su presencia en comunidades autónomas en las que su peso es casi marginal".

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, dijo no estar sorprendido, porque "en el PP hay mucho mar de fondo" y porque "la solución a la búlgara que quiere impulsar Rajoy no va a ocultar los problemas de verdad que hay en el seno del Partido Popular".