La UE pide a Zimbabue mayores esfuerzos para evitar el comercio de diamantes sangrientos
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
La Unión Europea pidió este martes un mayor esfuerzo a Zimbabue y todos los participantes del llamado Proceso Kimberley, que establece unos estándares mínimos para evitar la comercialización internacional de diamantes que han financiado conflictos, de forma que se adopten acciones concretas en las minas de Marange (Zimbabue).
La última reunión del Proceso Kimberley celebrada entre el 21 y 24 de junio en Tel Aviv se centró específicamente en esta zona minera del país africano pero no se logró un acuerdo y la UE espera ahora que se redoblen los esfuerzos para alcanzarlo. Además, lamenta que el actual punto muerto en el que se encuentran las negociaciones ponga en entredicho el Proceso, la credibilidad de Zimbabue y la reputación de la industria internacional legal de diamantes.
Asimismo, pide al régimen de Robert Mugabe que mantenga su compromiso con el Proceso Kimberley y lleve adelante de manera decidida las acciones necesarias para que las labores de extracción en las minas de Marange cumplan con los requisitos establecidos. La UE expresa igualmente su preocupación por la detención de un representante de una ONG zimbabuense en Tel Aviv.
El Proceso Kimberley reúne a representantes de gobiernos, de la industria del diamante y de la sociedad civil y desde 2002 cuenta con un Sistema de Certificación que prohíbe el comercio de diamantes conflictivos, pero tres años después de su entrada en vigor este sistema no ha sido capaz de acabar por completo con el comercio internacional de los llamados diamantes de sangre.
Asimismo, pide al régimen de Robert Mugabe que mantenga su compromiso con el Proceso Kimberley y lleve adelante de manera decidida las acciones necesarias para que las labores de extracción en las minas de Marange cumplan con los requisitos establecidos. La UE expresa igualmente su preocupación por la detención de un representante de una ONG zimbabuense en Tel Aviv.
El Proceso Kimberley reúne a representantes de gobiernos, de la industria del diamante y de la sociedad civil y desde 2002 cuenta con un Sistema de Certificación que prohíbe el comercio de diamantes conflictivos, pero tres años después de su entrada en vigor este sistema no ha sido capaz de acabar por completo con el comercio internacional de los llamados diamantes de sangre.