La violencia de género, a debate en la capital
01/10/2010 - 09:45
Por: MAR GATO. MADRID
Bajo el título La violencia de género y las políticas de igualdad se desarrolló en la noche de ayer la segunda de las sesiones del ciclo La violencia humana promovida por la Fundación Siglo Futuro y que contó con la presencia de Teresa San Segundo y Manuela Carmena.
Con la presencia de un nutrido grupo de políticos entre los que no faltaron la subdelegada de Gobierno en Guadalajara, Araceli Muñoz; la presidenta de la Diputación provincial, María Antonia Pérez León; el delegado de la Junta de Comunidades, Luis Santiago Tierraseca, o la consejera de Administraciones Públicas y Justicia, Magdalena Valerio tuvo lugar en la noche de ayer la segunda de las sesiones del ciclo Violencia humana promovido por la Fundación Siglo Futuro, con el patrocinio de la Diputación provincial, Caja de Guadalajara y Caja Castilla-La Mancha.
Con un cierto retraso, motivado por una retención puntual en la vía de acceso a la capital, receso que permitió a los asistentes al evento disfrutar por unos momentos de la exposición interactiva Física Mágica que durante estos días se encuentra en la sala de exposiciones de Caja de Guadalajara, se inició la mesa redonda-coloquio que tendría como protagonistas a dos mujeres, Teresa San Segundo y Manuela Carmena, quienes aportarían a los cerca de 200 asistentes sus particulares puntos de vista sobre uno de los fenómenos sociales más problemáticos en la actualidad, la violencia de género.
Tras la oportuna presentación del moderador, rol que tomaría el psiquiatra José Alberto Martialay, fue Teresa San Segundo la encargada de iniciar un interesante encuentro. Esta profesora titular de Derecho civil, además de máster sobre malos tratos y violencia de género por la UNED, se refirió durante su ponencia al maltrato como un fenómeno que ya existe desde hace tiempo, aunque no ha sido hasta ahora, en el que empiezan a proliferar los asesinatos, cuando la sociedad ha comenzado a sensibilizarse con esta cuestión. Es, es palabras de San Segundo, cuando el maltrato ha pasado de estar en el ámbito particular o familiar para pasar al público, es decir, se ha desenmascarado y la sociedad empieza a ser consciente de una lacra que debe de hacerle frente.
Según San Segundo, el modelo de igualdad adquirido por la mujer en el siglo XX ha sido el detonante de las fricciones entre el hombre y la mujer, en el sentido que el cambio de mentalidad en la mujer no se ha hecho a la par que la del hombre, que la sigue considerando aún inferior a él.
Junto a los tipos de maltrato, en el que cabe citar también el maltrato psíquico, quizá mucho más dañino que el físico, Sansegundo se refirió a los sujetos de la violencia: el hombre, entendido como el agresor; la mujer, vista como la víctima; y los olvidados familiares en estos casos, víctimas igualmente de un caso de violencia de género.
Tras la intervención de Sansegundo, llegó el turno de Manuela Carmena, magistrado juez de la Audiencia provincial de Madrid, quien discrepó con la anterior la entender que la violencia de género surge a raíz de las desigualdades entre el hombre y la mujer. De hecho, indicó que los países del norte de Europa, privilegiados por gozar de uno de los mayores niveles de igualdad, son los tienen mayores tasas de feminicidio.
Hecho el inciso, Carmena advirtió a los presentes que el endurecimiento de los penas a los maltratadores no es la esperanza para acabar con la violencia de género. En este sentido, dijo, el efecto del castigo es limitado, como también la acción de la justicia para acabar con la violencia de género.
Con un cierto retraso, motivado por una retención puntual en la vía de acceso a la capital, receso que permitió a los asistentes al evento disfrutar por unos momentos de la exposición interactiva Física Mágica que durante estos días se encuentra en la sala de exposiciones de Caja de Guadalajara, se inició la mesa redonda-coloquio que tendría como protagonistas a dos mujeres, Teresa San Segundo y Manuela Carmena, quienes aportarían a los cerca de 200 asistentes sus particulares puntos de vista sobre uno de los fenómenos sociales más problemáticos en la actualidad, la violencia de género.
Tras la oportuna presentación del moderador, rol que tomaría el psiquiatra José Alberto Martialay, fue Teresa San Segundo la encargada de iniciar un interesante encuentro. Esta profesora titular de Derecho civil, además de máster sobre malos tratos y violencia de género por la UNED, se refirió durante su ponencia al maltrato como un fenómeno que ya existe desde hace tiempo, aunque no ha sido hasta ahora, en el que empiezan a proliferar los asesinatos, cuando la sociedad ha comenzado a sensibilizarse con esta cuestión. Es, es palabras de San Segundo, cuando el maltrato ha pasado de estar en el ámbito particular o familiar para pasar al público, es decir, se ha desenmascarado y la sociedad empieza a ser consciente de una lacra que debe de hacerle frente.
Según San Segundo, el modelo de igualdad adquirido por la mujer en el siglo XX ha sido el detonante de las fricciones entre el hombre y la mujer, en el sentido que el cambio de mentalidad en la mujer no se ha hecho a la par que la del hombre, que la sigue considerando aún inferior a él.
Junto a los tipos de maltrato, en el que cabe citar también el maltrato psíquico, quizá mucho más dañino que el físico, Sansegundo se refirió a los sujetos de la violencia: el hombre, entendido como el agresor; la mujer, vista como la víctima; y los olvidados familiares en estos casos, víctimas igualmente de un caso de violencia de género.
Tras la intervención de Sansegundo, llegó el turno de Manuela Carmena, magistrado juez de la Audiencia provincial de Madrid, quien discrepó con la anterior la entender que la violencia de género surge a raíz de las desigualdades entre el hombre y la mujer. De hecho, indicó que los países del norte de Europa, privilegiados por gozar de uno de los mayores niveles de igualdad, son los tienen mayores tasas de feminicidio.
Hecho el inciso, Carmena advirtió a los presentes que el endurecimiento de los penas a los maltratadores no es la esperanza para acabar con la violencia de género. En este sentido, dijo, el efecto del castigo es limitado, como también la acción de la justicia para acabar con la violencia de género.