Las estrellas jóvenes se comportan como los agujeros negros
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) han descubierto que el campo magnético es el elemento clave en los chorros de materia que emiten objetos estelares tan dispares como los núcleos activos de galaxias, los púlsares o las enanas marrones. Los españoles, que publican su trabajo en la revista 'Science', han detectado por primera vez un chorro magnetizado en una estrella en formación.
Los científicos, liderados por Carlos Carrasco González, han utilizado en su trabajo el mismo método que se emplea para el estudio de los chorros que emanan de los agujeros negros en núcleos activos de galaxias. Los investigadores han observado la radiación sincrotrón, producida por electrones que viajan casi a la velocidad de la luz en presencia de un campo magnético.
La estrella joven estudiada, IRAS 18162-2048, se encuentra a 5.500 años luz de la Tierra y emite un chorro de materia denominado HH 80-81, cuya distribución y campo magnético han medido los españoles. Hasta ahora se creía que los chorros de materia expulsados por las estrellas en formación eran demasiado lentos para acelerar electrones a velocidades cercanas a la luz.
Según explica Guillem Anglada, uno de los autores del trabajo del centro andaluz, "es admirable que la Naturaleza dote de un comportamiento tan parecido a objetos tan diversos, y que un fenómeno que hasta ahora creíamos que era patrimonio exclusivo de objetos exóticos, como los agujeros negros, también se pueda observar en las primeras etapas de la vida de las estrellas normales".
Carrasco añade que las características del campo magnético en HH 80-81 son muy similares a las encontradas en los chorros de núcleos activos de galaxia, lo que acerca la posibilidad de un modelo unificado para todos los objetos astronómicos basado en la acreción de materia desde un disco a un objeto central. En este modelo, parte de la materia del disco, en lugar de caer hacia el objeto central, forma unos chorros con una estructura definida por las líneas de campo magnético que, debido a la rotación del sistema, sería helicoidal. Esta estructura acelera el material de los chorros y produce el estrechamiento del haz de partículas, algo que se denomina colimación.