Las mujeres tienen equilibrio emocional con el embarazo

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: RAFAEL HERRERO. COLPISA
El proceso biológico natural del embarazo reduce el estrés de la mujer, al desactivar la hormona cortisol –en lo que se denomina científicamente ‘vínculo de apego’--, y aumenta la confianza, al liberar oxitocina.
Esta transformación se suma a otros cambios hormonales del cerebro de la mujer a partir del día 15 de la gestación cuando, implantado en el útero, el embrión se comunica con los tejidos de la madre.
Así se desprende del ‘informe científico sobre la comunicación materno-filial en el embarazo: células madre y vínculo de apego en el cerebro de la mujer”, un documento de la Universidad de Navarra resultado del trabajo de diversos expertos y que ha sido dirigido por Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica. Según la doctora Moratalla, aunque el embrión “resulta extraño a la madre, la atmósfera de tolerancia inmunológica creada en el diálogo molecular hace que la mujer le perciba como algo no propio y, sin embargo, sin señales de peligro que activarían las defensas”.
Esta tolerancia se inicia a petición del embrión, a través de una red de sustancias que liberan y desactivan todas las células maternas que generarían el natural rechazo hacia lo extraño. Se trata de lo que se denominan células ‘asesinas naturales’. La conclusión de estas evidencias, según Moratalla, es que los circuitos entre madre y embrión durante el embarazo “se potencian y dan lugar al equilibrio de la vida emocional”.
“La comunicación materno-filial durante el embarazo –dijo la experta—supone un diálogo molecular, una simbiosis de dos vidas. Además, el intercambio de señales moleculares durante el desarrollo embrionario induce la maduración de las células madre”. Otras de las conclusiones que reseñó reside en que, “a petición del embrión, se activa la tolerancia inmunológica de la mujer y su cuerpo acoge y guarda jóvenes células del feto”.

Microquimerismo
Esta última novedad es lo que se denomina ‘microquimerismo’, por el que los órganos de la madre contienen células procedentes del feto que ha gestado (de dos a seis células por mililitro). Estas células tienen una gran capacidad para regenerar y rejuvenecer el cuerpo de la mujer. Además, existen datos de la participación de esas células, por ejemplo, en la reparación del corazón de madres con cardiopatías.