Las nuevas revisiones científicas desmienten el impacto de las grasas saturadas en el riesgo cardiovascular
A pesar de la creencia generalizada de que la grasa saturada es mala, estudios recientes han revelado que su consumo tiene un impacto muy limitado sobre el riesgo de enfermedades cardiovasculares. De hecho, una serie de artículos publicados en la edición de octubre de la revista Lipids critican las recomendaciones dietéticas en contra de las grasas saturadas al considerarlas muy simples y no lo suficientemente basadas en la evidencia científica. Y es que la relación entre la ingesta de grasas y la salud es compleja y las variaciones de factores como los estilos de vida, la genética humana y la etapa de la vida pueden dar lugar a diferentes respuestas a la ingesta de grasa saturada.
Este macronutriente siempre ha sido considerado el gran culpable de provocar enfermedades cardiovasculares, de ahí que una serie de indicaciones dietéticas aconsejen reducir su consumo. Sin embargo, según afirma en su estudio Dariush Mozaffarian del Departamento de Epidemiología y Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard los efectos de la ingesta de grasas saturadas en el riesgo de enfermedades cardiovasculares dependen de cambios simultáneos en otros nutrientes.
Por lo tanto, este tipo de grasas ya no pueden ser consideradas como un solo grupo en términos de estructura, metabolismo y función celular, y las recomendaciones que las agrupan en lo que respecta a los efectos de salud deben actualizarse. Según J.Bruce, profesor y químico en el Departamento de Ciencia de Alimentos y Tecnología de la Universidad de California "aunque las dietas excepcionalmente altas en grasas saturadas se asocian con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en algunos individuos, asumir que el consumo de grasas saturadas en cualquier cantidad es perjudicial es una simplificación excesiva y no apoyada en la evidencia científica."
Lácteos enteros, ricos en nutrientes
Ya son varios los estudios, como el realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Cardiff, que reconocen que la leche y el consumo de lácteos está asociados con una disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Estos nuevos estudios corroboran las acciones llevadas a cabo por la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) en el Plan de Nutrición, Salud y Comunicación de Productos Lácteos 2007-2010 para fomentar el consumo de leche y productos lácteos debido a sus cualidades nutricionales, así como por la variedad de lácteos disponibles en el mercado. En todas sus acciones y gracias a la ayuda de un grupo de expertos multidisciplinar, la campaña de FeNIL pretende dar a conocer que los lácteos son alimentos muy completos y equilibrados debido a la riqueza y variedad de sus componentes nutritivos. Además, la campaña comunica los beneficios de los lácteos, ya que se consideran alimentos básicos y uno de los pilares de la dieta al poseer unas magníficas cualidades nutricionales que contribuyen a satisfacer los requerimientos energéticos de los diversos grupos poblacionales. El gran valor nutricional de los lácteos se debe a su aporte energético, proteico, mineral y vitamínico.
Sin embargo, a pesar de este tipo de iniciativas como la de FeNIL, mientras que se mantengan firmemente arraigadas en las recomendaciones dietéticas las connotaciones negativas de las grasas saturadas, los alimentos ricos en nutrientes que aportan este tipo de grasas a la dieta, como los productos lácteos enteros, seguirán sin gozar de una inequívoca opinión favorable, a pesar de sus cualidades nutricionales.
Todos estos avances en las recientes investigaciones se suman al interés, cada vez mayor, de la comunidad científica por volver a evaluar el papel de las grasas saturadas en la dieta. Ya se trate de la sustitución de nutrientes o de una mejor comprensión del papel que ciertos alimentos pueden jugar en el riesgo de enfermedad cardiovascular, el hecho es que antes de eliminar cualquier aporte de grasa saturada en la dieta conviene realizar un balance sobre el impacto que pueda tener en el organismo.
Plan de Nutrición, Salud y Comunicación de Productos Lácteos
El Plan de Nutrición, Salud y Comunicación de Productos Lácteos 2007-2010, puesto en marcha por la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL), es una campaña de comunicación cofinanciada por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y la Unión Europea.
Para la difusión de información se ha creado www.lacteosinsustituibles.es, una web actualizada y de referencia, con información sobre los beneficios nutricionales de la leche y los lácteos, dirigida tanto a médicos como a consumidores.