Lo que imaginábamos
16/04/2011 - 22:34
La comedia es una buena herramientas para ejercer el sano ejercicio de la crítica. Suripanta teatro la aplica al mundo taurino y los clichés que le rodean. Lo hace con el oficio y la experiencia que se le supone a una formación con 25 años de trayectoria profesional, pero no por ello ofrece un resultado brillante. Aunque la mezcla de tópicos apunta al centro mismo de un mundo viciado por sus propios iconos, lo cierto es que nada de lo planteado sobre las tablas sorprende. Las críticas son las mismas que se realiza a través del boca a oreja en el mundo real y, además del descarnado retrato que se hace del cinismo con el que se conducen algunos personajes relacionados con el mundo del toreo, no podía faltar la eterna crítica a la religión, la católica, claro. Eso sí, aunque el mensaje no resulte novedoso ni aporte demasiado, tampoco sería justo negarle a este Torero una ágil puesta en escena y unas interpretaciones bien trabajadas.
El montaje crítica el cinismo de unos personajes que ya parecen caricaturas en el mundo real
Incluso el mundo del arte puede perderse en sus propios lugares comunes. Año tras año se reproducen obras que critican la religión católica, el pensamiento tradicional, el machismo... Todo está muy bien, siempre que se haga con nobleza, porque en muchos casos los cuchillos son merecidos. Sin embargo, cuanto más se utilizan estos temas recurrentes, más se corre el riesgo de terminar cansando al consumidor habitual de teatro. Ese es el problema y el punto en el que más flaquean los montajes que tratan de poner el acento en las problemas y el cinismo de la sociedad actual: no son originales. David Desola y Arturo Ruíz demuestran tener un buen control de la comedia, su texto explotan bien las flaquezas de unos referentes que ya parecen caricaturas en la vida real y los actores saben aprovechar con eficacia sus frases. Una lástima que el tema central sepa tanto a lo de siempre y que la historia carezca de unidad más allá de la búsqueda de una sonrisa a través de la broma fácil.