Los astados se dispersan nada más iniciarse el encierro

16/08/2011 - 19:41 D. Pizarro

 
Los cuatro novillos de Sopeña que protagonizaron esta tarde el encierro de Brihuega se dispersaron nada más comenzarse la salida. En esta ocasión, cerca de 20.000 personas se acercaron a la localidad para disfrutar de esta Fiesta de Interés Turístico Regional, que este año estrenaba más medidas de seguridad para proteger a todos los participantes. 
Lo que sin duda mejoró la asistencia al encierro fue la prohibición de aparcar en las inmediaciones de la carretera de entrada de la localidad, pues como reconoce el propio teniente de alcalde de Brihuega y concejal de Seguridad, “tal cantidad de coches complicaba la salida de las ambulancias en caso de tener que trasladar a algún herido”. En esta ocasión, agentes de la Guardia Civil de Tráfico se apostaron en este acceso para informar a los visitantes de que debían dejar sus vehículos aparcados en un espacio habilitado para ello, pudiendo bajar al casco urbano en alguno de los tres microbuses fletados por el Ayuntamiento y que entre las 16.00 y las 22.00 horas recorrieron ininterrumpidamente el trayecto entre el polígono industrial y el pueblo. Para completar el dispositivo se desplegaron agentes de la Benemérita en la zona alta de Brihuega, lugar adonde llegaron los astados tras recorrer las calles del municipio.
 
Heridos leves
Cuando apenas habían transcurrido varias horas del encierro, se contaban escasos heridos leves, sobre todo por rasguños. Hoy al mediodía está prevista la bajada de los novillos al pueblo.