Los críticos aprueban Epic Mickey, pero les resultra "repetitivo"
La última creación de Warren Spector y uno de los más importantes lanzamientos para Wii del año ofrece sensaciones enfrentadas y un balance rotundo: decepción. Si bien es un digno homenaje a Disney que denota trabajo, la realidad es que, a los mandos, resulta demasiado repetitivo.
Lo mejor:
- El universo creado es un gran homenaje a la historia de Disney.
- Desde un punto de vista técnico y artístico es notable/sobresaliente.
Lo peor:
- El original concepto de 'pintar' y 'borrar' se diluye al poco de comenzar la aventura.
- Diseño de plataformas, combates y misiones limitados y aburridos.
Warren Spector tenía una tarea imponente ante sí: crear un nuevo videojuego protagonizado por uno de los iconos culturales más importantes de todos los tiempos. El ratón Mickey emprendía su camino de regreso a las consolas después de un tiempo ausente. Y no lo hacía solo; su hermano perdido saltaba de nuevo al ruedo.
El concepto elegido para el juego era del todo atractivo: indagar en la prehistoria de la compañía. De esta forma, se recuperó a Oswald, el conejo afortunado, que Walt Disney empleó en sus primeras películas hasta que perdió los derechos y decidió crear a Mickey.
El juego nos cuenta cómo Oswald vive en El Páramo, un mundo habitado por los personajes desechados u olvidados por el genial Disney. Este mundo es obra del mago que vimos en la película 'Fantasía' y descansa -a modo de maqueta- sobre su mágica mesa, junto a un mágico disolvente, un poco de mágica pintura y, claro, un pincel no menos mágico.
Un buen día, años ha, Mickey despierta atraído por su espejo, que resulta ser una ventana mágica a la casa del mago. Con una curiosidad más propia de un gato que de un ratón, Mickey encuentra la maqueta de El páramo y decide jugar con ella. Por accidente, el ratón derrama la tinta y el disolvente liberando un poderoso enemigo que contamina El Páramo.
Asustado, el ratón regresa a su casa, donde pasan muchos años, durante los cuales va acumulando su colosal fama. Un buen día, El Páramo reclama su presencia y Mickey no tiene más remedio que empuñar el pincel mágico y deshacer el lío que causó tiempo atrás. Así es como nosotros, los jugadores, nos metemos en un mundo hecho para homenajear a la factoría de los sueños, mediante una atmósfera única.
El Páramo está plagado de personajes totalmente nuevos, olvidados de películas de Disney o inspirados en viejos conocidos como el malvado Pete. El punto de partida de la historia unida a los personajes y la siniestra ambientación del videojuego le confieren un atractivo visual y emocional innegable. Un digno homenaje a Disney con un halo de leyenda que deja un regusto dulce en el paladar.
El desarrollo es otra cuestión. 'Epic Mickey' es un plataformas 3D con algunas secciones de saltos horizontales con pocas posibilidades y escasa originalidad. Tenemos salto normal y doble y un giro para golpear. Simple y con pocas posibilidades. El único punto distintivo del videojuego es el pincel mágico, que nos permite disparar, apuntando a la pantalla, tinta -que completa partes desaparecidas del escenario- o disolvente -que las hace desaparecer-.
En la toma de contacto con el juego el concepto resulta atractivo y presagia posibilidades en las plataformas o los puzles. Lamentablemente no es así. El hacer aparecer y desaparecer elementos del escenario resulta prácticamente una anécdota mecánica en el desarrollo que debemos hacer pero sin gracia ni ofrecer un reto.
A medida que avanzamos por los niveles, los personajes nos encargan misiones que suelen consistir en ir de un punto a otro para hablar con personajes, pulsar un botón o hacer aparecer/desaparecer algún objeto. Y entre medias atravesamos zonas de plataformas anodinas que encima se ven dificultadas por algún fallo en la cámara y errores de colisión del personaje con el escenario.
Una de las secciones más interesantes de 'Epic Mickey', los niveles retro', también son una sonora decepción. Se trata de fases de transición entre escenarios que cambian el desarrollo 3D por uno típico horizontal y una ambientación de películas clásicas como el paseo en barco en blanco y negro o las peripecias dentro de la torre del reloj. La toma de contacto es buena gracias a la nostalgia pero son cortas y de nuevo se atascan debido a las limitadas habilidades de Mickey y la nula inspiración en el diseño de los niveles.
En el juego también hay combates pero escasos y, de nuevo aburridos. Podemos derrotar a los enemigos disparándoles disolvente para que mueran o tinta para que se vuelvan "buenos". También podemos golpearles para atontarles. Apuntar a un enemigo y rociarle con un líquido durante varios segundos sin más estrategias o habilidades no es lo que entendemos como un buen sistema de combates.
Como hemos dicho, desde un punto de vista artístico y de producción el título es digno de mención, con personajes que no solo mantienen ese espíritu Disney sino que transmiten olvido y abandono. Los colores y escenarios recuerdan a películas de Tim Burton y ofrecen una mezcla muy atractiva.
Dejando a un lado errores puntuales de colisión del personaje con el escenario y una cámara no demasiado inteligente ni fácil de rectificar, el motor se comporta razonablemente bien. En todo caso, dejando a un lado los expresivos personajes, el detalle de los escenarios y las texturas, tampoco es como para tirar cohetes.
Más ha llamado nuestra atención el apartado sonoro, en concreto la música. Melodías recuperadas de películas como 'Fantasía' y una banda sonora original orquestal que viaja con Mickey. Muy bien, a la altura de una gran superproducción de Disney. Efectos sonoros cumplidores y voces casi inexistentes a excepción del excelente y puntual narrador.
Warren Spector y Disney han firmado cheques que 'Epic Mickey' no puede pagar. El juego es un estupendo, excelente, genial homenaje a la factoría y al personaje más icónico de la animación (Con permiso de Homer Simpson). Parte de un diseño estupendo y una idea original; de ahí que augurara lo mejor. Sin embargo, a la hora de la verdad es repetitivo y poco original. Afortunadamente el respeto al personaje, a Disney y el carisma del universo amenizan la experiencia. De lo contrario estaríamos hablando de un plataformas que pasaría sin pena ni gloria por el catálogo de Wii.