Los ex presos piden a Castro que libere a los que no quieren salir de Cuba
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Podrán solicitar asilo político y no permanecer como inmigrantes
El Gobierno cubano ha liberado a los que hemos optado por el exilio, resaltó el periodista Ricardo González Alfonso. Para excarcelar a los que quieran quedarse es mucho más fácil, añadió, subrayando que sólo hay que abrir las puertas de las prisiones.
Si la voluntad es excarcelar a todos, ¿a qué esperan?, se preguntó, dudando de si la intención del régimen de Raúl Castro es que estos presos sean rehenes y utilizarlos como tarjetas de cambio en un futuro.
González Alfonso pidió al Gobierno que libere a todos de una vez y no en el plazo de tres o cuatro meses al que se habría comprometido en su diálogo con el cardenal de La Habana, Jaime Ortega. Según él, aquellos presos que no quieran partir al exilio deberían poder quedarse en Cuba. En esta misma línea se pronunció otro de los disidentes llegados esta semana a Madrid, Julio César Gálvez, quien subrayó que la eventual puesta en libertad dentro de la isla de los presos políticos debe suponer libertad de movimientos y para buscar trabajo y el fin del acoso por parte de las fuerzas de seguridad del estado. Que el que se quiera quedar sea libre, reclamó.
No obstante, Julio César Gálvez, que leyó un comunicado de los nueve que se encontraban esta mañana en España, dijo que todos ellos están decididos a continuar la lucha por la excarcelación de todos los presos y por una Cuba libre y democrática. Según González Alfonso, si defendimos los derechos cuando era imposible hablar ahora que tenemos unas condiciones mucho más favorables sería absurdo renunciar a la lucha.
Pasos hacia la democracia
Para el corresponsal de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en Cuba, la decisión del Gobierno cubano de ponerles en libertad es un paso importante. El camino más largo empieza por un primer paso, subrayó, precisando que en el caso de Cuba el fin del camino es la democracia. En este sentido, reclamó que se den pasos de apertura en elementos económicos y sociales y que haya una transición pacífica paso a paso. Por su parte, Omar Rodríguez Saludes, reclamó que el Gobierno libere en primer lugar a aquellos de los 52 disidentes que se ha comprometido a liberar con más graves problemas de salud y citó los casos concretos de Guido Sigler Amaya y de Efrén Fernández. Son los enfermos los que debieran haber sido liberados, afirmó.
Condiciones de las cárceles
Esta petición fue aprovechada por otros de ellos para denunciar las pésimas condiciones tanto sanitarias como de higiene que hay en las cárceles cubanas, donde existe un exceso de población carcelaria y en algunos casos hasta 40 presos comparten celda, según relató Julio César Gálvez. En ellas, además, hay ratas, cucarachas, alacranes y mierda y la comida en muchas ocasiones no es más que agua de cáscara de plátano hervida.
Estas condiciones no las padecen sólo los presos de conciencia, sino también los presos comunes, subrayó, denunciando también que hay numerosos casos de dengue y tuberculosis. A este respecto, Normando Hernández González relató su caso concreto y cómo fue trasladado sin saberlo a un destacamento de tuberculosos donde adquirió el virus. Según este ex preso, las autoridades penitenciarias hacen oídos sordos a todo tipo de quejas por parte de los presos lo que les lleva a éstos a la apatía y a la pérdida de la esperanza de vivir.
González Alfonso pidió al Gobierno que libere a todos de una vez y no en el plazo de tres o cuatro meses al que se habría comprometido en su diálogo con el cardenal de La Habana, Jaime Ortega. Según él, aquellos presos que no quieran partir al exilio deberían poder quedarse en Cuba. En esta misma línea se pronunció otro de los disidentes llegados esta semana a Madrid, Julio César Gálvez, quien subrayó que la eventual puesta en libertad dentro de la isla de los presos políticos debe suponer libertad de movimientos y para buscar trabajo y el fin del acoso por parte de las fuerzas de seguridad del estado. Que el que se quiera quedar sea libre, reclamó.
No obstante, Julio César Gálvez, que leyó un comunicado de los nueve que se encontraban esta mañana en España, dijo que todos ellos están decididos a continuar la lucha por la excarcelación de todos los presos y por una Cuba libre y democrática. Según González Alfonso, si defendimos los derechos cuando era imposible hablar ahora que tenemos unas condiciones mucho más favorables sería absurdo renunciar a la lucha.
Pasos hacia la democracia
Para el corresponsal de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en Cuba, la decisión del Gobierno cubano de ponerles en libertad es un paso importante. El camino más largo empieza por un primer paso, subrayó, precisando que en el caso de Cuba el fin del camino es la democracia. En este sentido, reclamó que se den pasos de apertura en elementos económicos y sociales y que haya una transición pacífica paso a paso. Por su parte, Omar Rodríguez Saludes, reclamó que el Gobierno libere en primer lugar a aquellos de los 52 disidentes que se ha comprometido a liberar con más graves problemas de salud y citó los casos concretos de Guido Sigler Amaya y de Efrén Fernández. Son los enfermos los que debieran haber sido liberados, afirmó.
Condiciones de las cárceles
Esta petición fue aprovechada por otros de ellos para denunciar las pésimas condiciones tanto sanitarias como de higiene que hay en las cárceles cubanas, donde existe un exceso de población carcelaria y en algunos casos hasta 40 presos comparten celda, según relató Julio César Gálvez. En ellas, además, hay ratas, cucarachas, alacranes y mierda y la comida en muchas ocasiones no es más que agua de cáscara de plátano hervida.
Estas condiciones no las padecen sólo los presos de conciencia, sino también los presos comunes, subrayó, denunciando también que hay numerosos casos de dengue y tuberculosis. A este respecto, Normando Hernández González relató su caso concreto y cómo fue trasladado sin saberlo a un destacamento de tuberculosos donde adquirió el virus. Según este ex preso, las autoridades penitenciarias hacen oídos sordos a todo tipo de quejas por parte de los presos lo que les lleva a éstos a la apatía y a la pérdida de la esperanza de vivir.