Los jóvenes ‘Chotacabras’ continúan con su imparable carrera teatral desde la biblioteca

26/01/2011 - 11:20 M.T.A

Los jóvenes del club de lectura Chotacabras han vuelto a demostrar que son pequeños, pero grandes actores. El año pasado estrenaron la zarzuela El Asombro de Damasco con la que consiguieron cruzar las fronteras municipales y mostrar su arte sobre las tablas del Teatro Moderno de Guadalajara.  Ahora, al comienzo de este nuevo año, han vuelto a sorprender con La Gran Vía.   
La puesta en escena incluyó una selección de números musicales
La biblioteca y directora de este grupo de teatro, Mayte Aparisi, asegura que la elección de esta obra estuvo motivada por la conmemoración, durante 2010, de los 100 años de vida de esta céntrica calle de Madrid, ya que además esta ciudad es precisamente el lugar de nacimiento de la mayoría de los jóvenes actores. Pero en realidad, confiesa Aparisi, esta no era más que una excusa “para mantener viva una zarzuela del siglo XIX transmitiéndosela a jóvenes del siglo XXI”.
    Esta obra ha supuesto, además, un esfuerzo aún mayor del realizado en los siete años que llevan con las representaciones ya que han sido 21 chavales, con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años, los que se han subido al escenario, después un trimestre ensañando una hora semanal.
    El resultado de estos intensos días de trabajo fue el estreno de esta zarzuela, tras la Navidad, en el centro social de El Silo – a donde tuvieron que trasladarse debido a la gran afluencia de público– con un “éxito rotundo”, asegura la directora. Más de 200 personas acudieron a ver a los jóvenes actores que llegaron a confundirlos con una compañía lírica profesional contratada por el Ayuntamiento.
    La puesta en escena incluyó una selección de números musicales, de los que se eliminaron la parte hablada, ante la dificultad de que el público actual entendiera las bromas políticas y sociales referidas al momento del estreno, en el año 1886. Así, se escogieron 10 piezas: Polka de las Calles, Vals del Caballero de Gracia, Jota de los Ratas, Vals de la Seguridad, Mazurka de los Marineritos, Pasodoble de los Sargentos, Tango de la Menegilda, Tango de Doña Virtudes, Vals del Juego y Chotis del Eliseo. La directora del grupo de teatro fue presentando cada número y contando anécdotas para que el público conociera los detalles de su razón de ser en esta zarzuela, al mismo tiempo que les ayudó a ambientarse en esta época. Además, introdujo explicaciones sobre las distintas piezas de baile que se utilizaron en esta zarzuela y que eran también reflejo del final del siglo XIX.
    En esta ocasión, la movilización de las madres hizo que los Chotacabras tuvieran varios patrocinadores que ayudaron económicamente a comprar el vestuario, que sin duda resultó muy vistoso, y fue una de los aspectos determinantes de este éxito. Además, los chavales tuvieron el apoyo del colegio Clara Sánchez que les prestó el equipo de música; y la Biblioteca, puesto que es de titularidad municipal, contó con el apoyo del Ayuntamiento, que fue determinante para que el mismo día del estreno, la representación se trasladase al Silo, que gracias a los padres en poco tiempo se convirtió en un auténtico teatro y un éxito.
    El teatro es, sin embargo, una más de las actividades de la Biblioteca Municipal de Galápagos. En su programación se incluyen también talleres, grupos de lectura y diferentes actividades que, a lo largo de los siete años que lleva funcionando, le han valido el reconocimiento constante de los premios anuales del Ministerio de Cultura María Moliner. La Biblioteca de Galápagos ha recibido este galardón durante sus siete años de vida, lo que le ha supuesto 1.400 ejemplares de literatura infantil extras que han contribuido a enriquecer su colección. En sus salas acumula ya 7.000 volúmenes (entre monografías y elementos multimedia), que están a disposición de más de  700 usuarios, además de los cinco Clubes de Lectura. Estos funcionan de lunes a viernes, agrupados en los Búhos Reales, los Lechuzas, los Mochuelos y los Autillos y los Búhos Nivales. Además tienen una asociación familiar, Asábiga, para fomentar la afición por la lectura de padres e hijos.
    En definitiva, esto pone de manifiesto, según la bibliotecaria, Mayte Aparisi, que los galapagueños tienen una cosa clara; “la Biblioteca es de todos y la disfrutan día a día”.