Los jubilados de Cabanillas invaden el ‘Foro’
Durante el día de ayer 35 personas de la Asociación de Jubilados de Cabanillas del Campo pasaron un agradable día de paseo cultural y lúdico a través del Matadero, uno de los complejos más emblemáticos de Madrid. El entorno de Madrid Río y el Manzanares se pusieron a sus pies.
Supieron aprovechar la ocasión a la perfección. Nada más aterrizar disfrutaron de la exposición inmersiva Los Últimos Días de Pompeya, caminando a través de una ruta virtual que les condujo por las calles de la ancestral publación italiana y experimentando de primera persona lo que experimentaron los ciudadanos antes y durante la erupción del Vesubio, allá por el año 79 D.C. El realismo era tal, coincidían en señalar, que parecía que las rocas incandescentes que expulsaba el volcán se abalanzaban sobre ellos y podían apreciar el olor de las cenizas, la lava incandescente y los gases asfixiantes.
Vivieron de primerísima persona una lucha de gladiadores, con ataque de tigre incluido, que se celebraba en el teatro romano minutos antes de la explosión. Además pasearon virtualmente por una casa de la época, de tantas que tenían vida antes de la muerte, su bodega, sus habitaciones, su cocina, su patio con una fuente extraordinariamente relajante. Sin embargo, desafortunadamente, todo se derrumbo, la vida familiar, amorosa, las construcciones…
Posteriormente la tensión emocional que experimentaron pudieron descargarla paseando por un maravilloso Belén con el que las tradicionales figuras se adaptaban, como si paseasen, por los emblemáticos edificios y monumentos madrileños, como La Cibeles, la Puerta de Alcalá o el Museo del Prado. Tuvieron el privilegio de encontrarse entre los primeros en entrar, ya que coincidió en que la muestra se inauguraba minutos antes.
Para finalizar, una relajante visita al Jardín Botánico de la Arganzuela, con sus distintos climas, tropical, subtropical y desértico, les trasladó a distintos puntos del planeta a través de sus plantas más significativas. Un paseo por la ribera del Manzanares, unas compras y una comida pusieron fin a una inolvidable jornada por el Foro.