Los malos tratos protagonizan la nueva novela policiaca de José María Guelbenzu
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
La familia es un pozo sin fondo, tanto para lo bueno como para lo malo, afirma José María Guelbenzu (Madrid, 1944), autor de Un asesinato piadoso, cuarta entrega de una saga que tiene a la jueza Mariana de Marco como perspicaz investigadora. En la familia encuentras los mayores apoyos y también las mayores mezquindades, precisa el novelista, quien ha escogido los malos tratos como telón de fondo de una historia que acentúa su dureza a medida que avanzan las páginas.
La avaricia, la codicia, el amor, el rencor, los celos..., cuando escarbas en los entresijos de una familia te das cuenta de allí está todo; es como un resumen, en pequeñito, de la inabarcable condición humana.
De joven devorada novelas policiacas. Era un apasionado del género. Sin embargo, cuando empezó a escribir consideró que el formato le resultaba excesivamente trivial. Él quería escribir literatura seria. Hace unos años me enfrasqué en una historia que me costó sudor y lagrimas. Tardé cinco años. Me atascaba continuamente. En uno de los atascos, dije: ¿por qué no me meto en una novela policiaca, que es lo que siempre me ha apetecido?. Así nació No acosen al asesino, su primera trama, y también nació el personaje principal, la jueza Mariana de Marco. A diferencia de otras criaturas, como Sherlock Holmes o Hércules Poirot, que no evolucionan, yo he creado a una señora que va cumpliendo años y cultivando cicatrices.
Reconoce que, en un principio, le resultó difícil meterse en la piel de una mujer. Deseché crear un detective o un investigador masculino porque es un terreno muy trillado. La mujer, emocionalmente, es más rica que el hombre. Me costó dar el primer paso, pero poco a poco fui armándola en mi imaginación. Ahora sé perfectamente cómo reaccionaría ante cualquier circunstancia. Mariana de Marco tiene un trato difícil, pero me atrae. confiesa Guelbenzu. No me importaría pasar una noche con ella. Lo que no sabe es si se llegaría a enamorar. Es peligroso, para un novelista, la excesiva identificación con sus personajes; eso lo tengo siempre presente para que ni los personaje, ni yo, embarranquemos.
Atractivo laberinto
Un asesinato piadoso arranca con la brutal muerte de un hombre en el cobertizo de su casa. Su suegro confiesa que le ha matado a hachazos con premeditación y alevosía. Según la declaración, su hija estaba siendo maltratada por el fallecido y él no lo podía consentir. Un caso que parece claro y que la policía da por resuelto. Mariana de Marco, sin embargo, sospecha que detrás de tanta evidencia hay algunos puntos oscuros. Ahí comienza una investigación en la que Guelbenzu acredita una enorme maestría para introducir al lector en el infierno de una familia donde todos encubren algo.
De joven devorada novelas policiacas. Era un apasionado del género. Sin embargo, cuando empezó a escribir consideró que el formato le resultaba excesivamente trivial. Él quería escribir literatura seria. Hace unos años me enfrasqué en una historia que me costó sudor y lagrimas. Tardé cinco años. Me atascaba continuamente. En uno de los atascos, dije: ¿por qué no me meto en una novela policiaca, que es lo que siempre me ha apetecido?. Así nació No acosen al asesino, su primera trama, y también nació el personaje principal, la jueza Mariana de Marco. A diferencia de otras criaturas, como Sherlock Holmes o Hércules Poirot, que no evolucionan, yo he creado a una señora que va cumpliendo años y cultivando cicatrices.
Reconoce que, en un principio, le resultó difícil meterse en la piel de una mujer. Deseché crear un detective o un investigador masculino porque es un terreno muy trillado. La mujer, emocionalmente, es más rica que el hombre. Me costó dar el primer paso, pero poco a poco fui armándola en mi imaginación. Ahora sé perfectamente cómo reaccionaría ante cualquier circunstancia. Mariana de Marco tiene un trato difícil, pero me atrae. confiesa Guelbenzu. No me importaría pasar una noche con ella. Lo que no sabe es si se llegaría a enamorar. Es peligroso, para un novelista, la excesiva identificación con sus personajes; eso lo tengo siempre presente para que ni los personaje, ni yo, embarranquemos.
Atractivo laberinto
Un asesinato piadoso arranca con la brutal muerte de un hombre en el cobertizo de su casa. Su suegro confiesa que le ha matado a hachazos con premeditación y alevosía. Según la declaración, su hija estaba siendo maltratada por el fallecido y él no lo podía consentir. Un caso que parece claro y que la policía da por resuelto. Mariana de Marco, sin embargo, sospecha que detrás de tanta evidencia hay algunos puntos oscuros. Ahí comienza una investigación en la que Guelbenzu acredita una enorme maestría para introducir al lector en el infierno de una familia donde todos encubren algo.