Los padres del niño que murió de hambre no se ven responsables
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Los padres del niño que falleció de hambre en la localidad pontevedresa de Ponteareas, después de que su madre no le diera de comer ni de beber durante tres semanas, se declaran inocentes y rechazan cualquier responsabilidad en los hechos.
Durante el proceso celebrado ayer en la Audiencia Provincial de Pontevedra, y en el que el imputado Antonio C. no quiso declarar, su compañera sentimental Felisa B. aseguró que buscaba comida en los contenedores para alimentar a sus hijos, una teoría que los médicos descartan, ya que el informe forense precisa que el menor llevaba mucho tiempo sin comer.
El suceso, que causó una gran conmoción en la localidad, se remonta a septiembre de 2006, cuando la mujer llevó a sus dos hijos al centro de salud tras descubrir que el pequeño, Aaron, no respiraba. Los facultativos no pudieron hacer nada por el pequeño, que falleció, mientras que su otra hija, de tres años fue ingresada en el Hospital Nicolás Peña de Vigo, por presentar malnutrición o inanición similar a la de su hermano, y, según los informes médicos una notable falta de alimentación e higiene y cierto retraso intelectual como consecuencia de su precaria situación física.
Ante esta situación, la Policía abrió una investigación, descubriendo que el padre de los niños había abandonado el domicilio familiar para irse a trabajar a Xinzo de Limia (Ourense), despreocupándose de su familia a pesar de que su mujer le había advertido que no le daría de comer a sus hijos si no le mandaba dinero, declaró Antonio C. en el juicio. Felisa B. cumplió su palabra y dejó de alimentar a los menores, a los que tampoco daba de beber, con pleno convencimiento de que les causaría la muerte.
Sin embargo, la mujer, señaló ayer durante la vista que ella no se considera responsable de lo ocurrido, asegurando que llegó un momento en que tenía las cosas muy distorsionadas y se comía el coco de tal forma que no sabía lo que estaba bien o mal. Además, aseguró que cada noche buscaba en los contenedores de basura y cuando encontraba algo de comer se lo daba a los niños. Pero esta teoría fue desmentida por los pediatras al asegurar que el niño fallecido llevaba mucho tiempo sin comer: sufrió una parada cardiorrespiratoria, consecuencia de un proceso de desnutrición severa que tuvo varios meses de evolución.
El suceso, que causó una gran conmoción en la localidad, se remonta a septiembre de 2006, cuando la mujer llevó a sus dos hijos al centro de salud tras descubrir que el pequeño, Aaron, no respiraba. Los facultativos no pudieron hacer nada por el pequeño, que falleció, mientras que su otra hija, de tres años fue ingresada en el Hospital Nicolás Peña de Vigo, por presentar malnutrición o inanición similar a la de su hermano, y, según los informes médicos una notable falta de alimentación e higiene y cierto retraso intelectual como consecuencia de su precaria situación física.
Ante esta situación, la Policía abrió una investigación, descubriendo que el padre de los niños había abandonado el domicilio familiar para irse a trabajar a Xinzo de Limia (Ourense), despreocupándose de su familia a pesar de que su mujer le había advertido que no le daría de comer a sus hijos si no le mandaba dinero, declaró Antonio C. en el juicio. Felisa B. cumplió su palabra y dejó de alimentar a los menores, a los que tampoco daba de beber, con pleno convencimiento de que les causaría la muerte.
Sin embargo, la mujer, señaló ayer durante la vista que ella no se considera responsable de lo ocurrido, asegurando que llegó un momento en que tenía las cosas muy distorsionadas y se comía el coco de tal forma que no sabía lo que estaba bien o mal. Además, aseguró que cada noche buscaba en los contenedores de basura y cuando encontraba algo de comer se lo daba a los niños. Pero esta teoría fue desmentida por los pediatras al asegurar que el niño fallecido llevaba mucho tiempo sin comer: sufrió una parada cardiorrespiratoria, consecuencia de un proceso de desnutrición severa que tuvo varios meses de evolución.