Los probióticos reducen las infecciones en los pacientes ingresados en UCI
07/12/2011 - 10:37
Incluir probióticos en la alimentación que se administra por vía parenteral incrementa los niveles de interferón, reduce el número de infecciones y acorta el tiempo que los pacientes deben pasar en cuidados intensivos, según una investigación realizada por el Sichuan Medical College, en China, y publicada en 'Critical Care'.
El daño cerebral traumático está asociado a una profunda supresión de la capacidad del paciente que lo sufre de luchar contra las infecciones. Asimismo, estos pacientes a menudo sufren hiperinflamación, debido a la liberación de glucocorticoides en el cerebro en respuesta a los daños.
Esta investigación, un ensayo realizado a pequeña escala, sobre 52 pacientes que habían sufrido un daño cerebral traumático y estaban ingresados en UCI. Estos individuos recibieron el tratamiento convencional o suplementos nutricionales con probióticos.
La supresión del sistema inmune puede medirse por una alteración de los linfocitos T colaboradores (del inglés 'T helper cells') --también conocidos como linfocitos Th-- desde los linfocitos Th1, que estimulan la acción de los macrófagos contra la infección, hasta los linfocitos Th2.
Los linfocitos Th2 reclutan células B, implicadas en la producción de anticuerpos. Este campo de los Th1 a los TH2 deja al paciente vulnerable a las infecciones, entre ellas a la neumonía asociada al ventilador y a la sepsis.
Los investigadores de este ensayo monitorizaron el cambio de Th1 a Th2 midiendo los niveles de señalización molecular asociada a Th1 (citoquinas) IL-12 e interferón gamma (IFNy).
No encontraron diferencias entre ambos grupos de pacientes al inicio del ensayo. Sin embargo, a medida que avanzó, todos los pacientes presentaban menores niveles de IL-12 e IFNy que los del grupo de control. Además, mostraron un descenso en los factores asociados a Th2 IL-4 e IL-10.
Según ha explicado el profesor Jing-Ci Zhu, el supervisor de este estudio, de la Third Military Medical University School of Nursing, en China, "el tratamiento con probióticos parece cambiar el equilibrio entre th1 y th2 para devolverlo a la normalidad y en nuestro estudio, ésto ha tenido efectos beneficiosos".
Posiblemente, dado el pequeño tamaño de este estudio, no se dieron significativas diferencias en el número de infecciones registradas en ambos grupos, que fueron nueve entre los que tomaban probióticos y 16 en el grupo de control.
"Sin embargo, la terapia con probióticos redujo el número de infecciones a los siete días, reduciendo el número de antibióticos diferentes que se necesitaban para tratar la infección y acortando el tiempo que los pacientes necesitaron estar en UCI", concluye.
Esta investigación, un ensayo realizado a pequeña escala, sobre 52 pacientes que habían sufrido un daño cerebral traumático y estaban ingresados en UCI. Estos individuos recibieron el tratamiento convencional o suplementos nutricionales con probióticos.
La supresión del sistema inmune puede medirse por una alteración de los linfocitos T colaboradores (del inglés 'T helper cells') --también conocidos como linfocitos Th-- desde los linfocitos Th1, que estimulan la acción de los macrófagos contra la infección, hasta los linfocitos Th2.
Los linfocitos Th2 reclutan células B, implicadas en la producción de anticuerpos. Este campo de los Th1 a los TH2 deja al paciente vulnerable a las infecciones, entre ellas a la neumonía asociada al ventilador y a la sepsis.
Los investigadores de este ensayo monitorizaron el cambio de Th1 a Th2 midiendo los niveles de señalización molecular asociada a Th1 (citoquinas) IL-12 e interferón gamma (IFNy).
No encontraron diferencias entre ambos grupos de pacientes al inicio del ensayo. Sin embargo, a medida que avanzó, todos los pacientes presentaban menores niveles de IL-12 e IFNy que los del grupo de control. Además, mostraron un descenso en los factores asociados a Th2 IL-4 e IL-10.
Según ha explicado el profesor Jing-Ci Zhu, el supervisor de este estudio, de la Third Military Medical University School of Nursing, en China, "el tratamiento con probióticos parece cambiar el equilibrio entre th1 y th2 para devolverlo a la normalidad y en nuestro estudio, ésto ha tenido efectos beneficiosos".
Posiblemente, dado el pequeño tamaño de este estudio, no se dieron significativas diferencias en el número de infecciones registradas en ambos grupos, que fueron nueve entre los que tomaban probióticos y 16 en el grupo de control.
"Sin embargo, la terapia con probióticos redujo el número de infecciones a los siete días, reduciendo el número de antibióticos diferentes que se necesitaban para tratar la infección y acortando el tiempo que los pacientes necesitaron estar en UCI", concluye.