Los secretos de las pinturas de Rembrandt se desvelan en la capital
01/10/2010 - 09:45
Medio centenar de personas se dieron cita en la noche de ayer en la sala Tragaluz del teatro auditorio Buero Vallejo para asistir a la conferencia magistral de José Juan Pérez Preciado, colaborador del Museo del Prado, quien adentró a los presentes en la última exposición temporal de la pinacoteca madrileña, Rembrand. Pintor de historias, una colección única de 40 obras que sólo podrá visitarse hasta el próximo 6 de enero en el edificio de ampliación Jerónimos.
Tras el pequeño paréntesis en la escena social de Guadalajara con el puente de la Constitución, la cultura volvía a retomar el pulso en la capital arriacense y lo hacía en la noche de ayer en la sala Tragaluz del teatro auditorio Buero Vallejo con la conferencia titulada Rembrandt. Pintor de historias, un encuentro propiciado por el Patronato municipal de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara y el Museo Nacional del Prado dentro del programa El Prado fuera del Prado, cuyo objeto es explicar en centros culturales e instituciones de carácter social las colecciones y exposiciones temporales que alberga la pinacoteca madrileña con el fin de favorecer el conocimiento y disfrute de las mismas, a la vez que facilitar la posterior visita individual de los participantes en esta actividad.
En esta ocasión, la autoría de la colección de referencia objeto de la interesante conferencia respondía al gran maestro del barroco holandés Rembrandt, para el que José Juan Pérez Preciado, colaborador del Museo del Prado, tuvo a bien adentrar como ya lo hiciera en otras dos ocasiones anteriores en la capital con otros maestros de la pintura como Goya y Tintoretto a la media centena de presentes en las más de 40 obras, entre pinturas y grabados, procedentes de museos y colecciones particulares de Europa y Estados Unidos que componen esta exposición ordenada de forma cronológica en la que se presenta la evolución de Rembrandt como pintor de temas tomados de la historia, la pintura y la mitología clásica. Una exposición singular, tachó Pérez Preaciado, porque pese a ser uno de los principales artistas de la primera mitad del siglo XVII, es uno de los grandes desconocidos y de los que menos presencia física se tiene en nuestro país. De hecho, el Museo del Prado, una de las pinacotecas con una de las mejores colecciones de arte barroco, apenas tiene obra de holandeses, y de Rembrandt tan solo una; una escasez que respondería a las desavencias nacidas del proceso de emancipación de los Países Bajos del rey de España. Para solventar esta caridad de arte holandés en nuestro país, el Prado ha planteado una exposición en la que tiene especial cabida la pintura de historias, aquella narrativa de acontecimientos a través de la cual se puede conocer al artista, los rasgos que caracterizan su pintura y sus influencias. Pinturas que podrán contemplarse en el edificio Jerónimos ampliación del Museo del Prado hasta el próximo 6 de enero.
En esta ocasión, la autoría de la colección de referencia objeto de la interesante conferencia respondía al gran maestro del barroco holandés Rembrandt, para el que José Juan Pérez Preciado, colaborador del Museo del Prado, tuvo a bien adentrar como ya lo hiciera en otras dos ocasiones anteriores en la capital con otros maestros de la pintura como Goya y Tintoretto a la media centena de presentes en las más de 40 obras, entre pinturas y grabados, procedentes de museos y colecciones particulares de Europa y Estados Unidos que componen esta exposición ordenada de forma cronológica en la que se presenta la evolución de Rembrandt como pintor de temas tomados de la historia, la pintura y la mitología clásica. Una exposición singular, tachó Pérez Preaciado, porque pese a ser uno de los principales artistas de la primera mitad del siglo XVII, es uno de los grandes desconocidos y de los que menos presencia física se tiene en nuestro país. De hecho, el Museo del Prado, una de las pinacotecas con una de las mejores colecciones de arte barroco, apenas tiene obra de holandeses, y de Rembrandt tan solo una; una escasez que respondería a las desavencias nacidas del proceso de emancipación de los Países Bajos del rey de España. Para solventar esta caridad de arte holandés en nuestro país, el Prado ha planteado una exposición en la que tiene especial cabida la pintura de historias, aquella narrativa de acontecimientos a través de la cual se puede conocer al artista, los rasgos que caracterizan su pintura y sus influencias. Pinturas que podrán contemplarse en el edificio Jerónimos ampliación del Museo del Prado hasta el próximo 6 de enero.