‘Luces de Bohemia’ vuelve con Max Estrella al callejón de los espejos

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MIGUEL LORENCI. COLPISA
El Teatro del Temple celebra los 15 años de actividad de la compañía
Max Estrella vuelve al callejón del gato. El protagonista de ‘Luces de Bohemia’ y la corte de estrafalarios y grotescos personajes que lo acompañan regresan al sórdido Madrid que Valle-Inclán recorrió en su obra más significativa. La compañía zaragozana Teatro del Temple, que lleva varios meses de gira por España con este montaje ágil y austero, recala desde hoy y hasta finales de enero en la misma ciudad en la que discurre el drama bohemio por excelencia.
Presentan la pieza emblema de Valle en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes (CBA), apenas a unos centenares de metros del callejón del gato. Allí persisten esos espejos cóncavos y convexos con los que don Ramón María ejemplificó la capacidad deformante del esperpento, un género tan genuino como genial que parece no haber perdido un ápice de su vigencia. Ahora como entonces, como dejó escrito el dramaturgo, “el sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada”.
Así lo creen los responsables de la compañía, que con esta versión de Luces de Bohemia se anticipan a la celebración de sus quince años de actividad. Un ciclo que celebrarán abordando otro de los hitos de la dramaturgia española del siglo XX, El Público de Federico García Lorca. Ofrecen este Valle a precios populares –entre 12 y 15 euros- con representaciones de miércoles a domingo en el CBA (Alcalá 42).
“Notamos en todas las funciones el calor que genera una pieza tan emblemática como ésta. Hay un hambre especial por ver en escena esta obra que tiene plena vigencia” dice Carlos Martín, director de un montaje que a su juicio “sorprende por su ritmo, limpieza y sencillez”. Se ha optado por una escenografía “ágil, austera y alejada del costumbrismo” que utiliza muy pocos elementos “para dar a la interpretación todo el peso de una obra genial” afirma su director. Su propuesta escénica “desnuda, despojada, sencilla y sintética”, busca “la esencia del discurso humano que brota, palmo a palmo, en esta bajada a los infiernos”.
“Es el retrato deforme de una época nos sigue tocando, además de por sus indudables hallazgos estéticos, por ser un reflejo brutal de nuestra propia raíz como seres humanos; el ayer es un hoy lanzado al mañana y el teatro, el lugar donde hacer transitable, como descubrimiento del momento, lo eternamente repetido y ya dicho”, dice el director. Carlos Martín y el coordinador de la obra, Alfonso Plou, aseguran haber “respetado escrupulosamente” el texto original, a pesar de haberse tomado la licencia de acercarla más a nuestro tiempo “sólo a través de pequeños detalles escenográficos”. “La escenografía es un personaje más y los rápidos cambios de escenario, realizados por los propios actores, contribuyen a acentuar la sensación de movimiento y el aire cinematográfico de la pieza” señala el director. Sólo ocho actores encarnan el medio centenar de delirantes personajes. Unos seres que deambulan por los escenarios de la noche madrileña en la que el poeta ciego Max Estrella (Ricardo Joven) y su lazarillo y amigo Latino de Hispalis (Pedro Rebollo) se codean con lo más sórdido, grotesco y marginal. A lo largo de la velada, estos dos vagabundos van encontrándose con todo el lumpen de la ciudad; delincuentes, prostitutas, proletarios mal pagados, policías, periodistas e incluso ministros. En definitiva, un microcosmos completo de la sociedad de la época “que no se distancia tanto de la de ahora” coinciden Plou y Martín. Valle-Inclán escribió en 1920 el que sería uno de los textos esenciales del teatro del siglo XX. Inaugura con él el esperpento, un innovador concepto estético que él mismo describe de forma genial en una de las últimas escenas de la obra y cuya paternidad atribuye a Goya.

Fundado en 1994, Teatro del Temple no ha dejado de recorrer España y Latinoamérica, alternando su presencia en festivales nacionales e internacionales con su asistencia continuada en la siempre difícil cartelera madrileña. Ha obtenido premios como el Max al mejor espectáculo revelación, por ‘Picasso adora la Maar’. Esta versión de ‘Luces de Bohemia’ se estrenó en el Teatro Principal de Zaragoza en septiembre. Inició luego la gira que ahora hace escala en Madrid y que seguirá después por bue parte de la geografía española.