Luis XVI sí tenía ADN azul
Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han recuperado ADN de la supuesta sangre del rey francés Luis XVI que, según un escrito de la época, se conservaba en una calabaza propiedad de la familia Bolonia tras su decapitación en 1793. Según ha informado el CSIC, los resultados obtenidos en las pruebas demuestran que pertenecía a un varón europeo y que sus datos genéticos proceden de un linaje difícil de encontrar en las bases de datos actuales. "El ADN mitocondrial corresponde a un raro linaje N1b, presente en sólo dos europeos de un total de casi 21.000 estudiados. El Y corresponde a una linaje G2a no descrito entres 21.800 europeos analizados", ha señalado el coordinador del equipo de investigadores, Carles Lalueza-Fox.
Además, se ha confirmado que el individuo al que pertenecía la sangre de la calabaza tenía la mutación genética que determina el color azul en los ojos (localizada en el gen HERC2), y, según los retratos pintados en la época, Luis XVI tenía dicho color de ojos. Lalueza-Fox ha explicado que ahora la "única forma de demostrar que efectivamente se trata del rey francés es comparando el cromosoma Y con el perfil genético del corazón momificado atribuido a su hijo Luis XVII", que se conserva en la Basílica de Saint Denís, en París. Se ha intentado encontrar a otros parientes del monarca, según Lalueza-Fox, pero no se han localizado.
El 21 de enero de 1793, Luis XVI fue ejecutado en la guillotina por conspirar contra la libertad de la nación y tras un intento de fuga. Según las crónicas que se conservan de la época, fueron muchos los ciudadanos que subieron al cadalso a mojar sus pañuelos en la sangre del monarca para tener un recuerdo del histórico acontecimiento. Uno de ellos, perteneciente a Maximilien Bourdaloue, fue guardado en una calabaza seca, según se relata en un texto tallado en la propia piel del fruto, con la intención de venderla por 500 francos, supuestamente, a Napoleón.
Por ello, para Lalueza-Fox, "lo más interesante es el texto escrito" en el que se explica la historia porque, aunque no se conservan trozos de la tela la historia ha llevado a los expertos a analizar la sustancia marrón del interior de la calabaza que sería la supuesta sangre del rey. Además de la leyenda, la calabaza muestra los retratos de varios protagonistas de la revolución francesa, como George Danton, Maximilien Robespierre, Camilla Desmoulins, Louis-Sébastien Mercier, Jean Paul Marat, la reina Maria Antonieta o el propio Luis XVI.