Manzanares, triunfo y Puerta Grande en Brihuega
El alicantino desorejó a un gran toro de Garcigrande al que se le dio la vuelta al ruedo
La meteorología, por fin, se alió con la Corrida de Primavera tras unos cuantos años de lluvia, nubes y frío. El cielo puro alumbraba la siempre impresionante vista del valle del Tajuña. El mirador a un paso de La Muralla como visita obligada en tardes como ésta. Ya en los alrededores el ambiente iba creciendo con la muchedumbre esperando la llegada de los protagonistas. Héroes del toreo ayer idolatrados y hoy tan denostados.
Obra redonda
El aserto popular de ‘No hay quinto malo’ se vino a cumplir sobremanera en la corrida de Brihuega. La bola del premio gordo cayó en el lote de Manzanares con el garcigrande colorado y brocho que debía saltar en quinto lugar. Un oasis en la feble corrida de Justo Hernández, tan al límite de fuerza en el conjunto de la tarde. Pronto lo pudo disfrutar Manzanares en el empacado saludo capotero y también el sobresaliente Chapurra en el correspondiente quite. La embestida cantaba las virtudes de ‘Guitarra’. La prontitud, la fijeza y la rítmica repetición fueron sus claves. La muleta manzanarista corrió con asiento por ambos pitones. Posiblemente un punto ligera. La elegancia y la suavidad en el trazo. Las series surgían con gran ligazón, sin diluirse el carbón del toro en una faena tan larga como intensa. El cañón de la estocada recibiendo fue el colofón perfecto a una obra premiada con las dos orejas. El toro, también, laureado con la vuelta al ruedo.
Curiosamente, la certera espada de Manzanares viajó con desacierto en su primero. La nobleza del animal se ahogaba en la falta de fuerzas. Por abajo se derrumbaba y por arriba protestaba. A media altura consiguió pasajes estimables con el público a favor de obra. Los pinchazos esfumaron esta vez la posibilidad del trofeo.
Feliz reencuentro
Hermoso de Mendoza abría en Brihuega su temporada española y demostró su incuestionable magisterio. A lomos de Berlín consiguió templar la embestida por los adentros. La grupa, cual muleta, para cambiar el viaje de la trayectoria. Los terrenos fueron inverosímiles y la lidia resultó compacta. Hubo que provocarle mucho con las cortas con el precioso albino Alabama. El rejonazo, de rápido efecto, puso el trofeo. Mutilado de pitones, se hizo presente el cuarto. Pobre de cabeza y con trapío de novillete recental. Tampoco el juego acompañó. Tan afligido el torete, hubo Hermoso de inventarse una faena con sus nuevas cabalgaduras. Con Januca hubo de llegarle mucho y ya en las cortas hizo el toro amago de echarse. El rejón de muerte fue el empujón para doblar. Curiosamente, un malentendido entre el palco y la cuadrilla llevaron a cortar una oreja no concedida y que Pablo no llegó a pasear. Ni siquiera una vuelta al ruedo tras la petición.
Contra los elementos
La predisposición de Cayetano fue evidente desde los toreros ayudados de inicio con trazo de reminiscencias familiares. Sin opciones en ninguno de ambos toros de su lote. El inválido tercero no se sostenía en pie hasta el punto de ser recriminado en Brihuega. Con el insulso sexto, faenó Cayetano con ganas de agradar en una larga labor. La cadena de molinetes y los alardes tuvieron mayor conexión con los tendidos. Una estocada trasera, de rápido efecto, sirvió para tocar pelo.
FICHA TÉCNICA
- Dos toros de Ángel Sánchez y Sánchez para rejones (1º y 4º). Para la lidia a pie, tres toros de Domingo Hernández nobles y flojos y uno de Garcigrande (5º) premiado con la vuelta al ruedo.
-Hermoso de Mendoza, casaca azul marino y plata: rejón defectuoso (oreja). En el cuarto, rejón (ovación tras fuerte petición). José María Manzanares, corinto y oro: dos pinchazos y estocada trasera tendida(silencio tras aviso). En el quinto, gran estocada recibiendo y descabello (dos orejas). Cayetano Rivera, celeste y oro: pinchazo y estocada trasera tendida (silencio). En el sexto, más de media estocada trasera (oreja).
-Plaza de toros de La Muralla. Corrida de Primavera. Sábado 27 de abril de 2019. Más de tres cuartos de entrada en tarde soleada de temperatura muy agradable.