Mariano Rajoy y la plana mayor del PP acuden en Lupiana a la boda de Nacho Uriarte
La cotidianeidad de Lupiana se rompió la tarde del sábado con la boda de Nacho Uriarte y Ana Mª Chico. No era una boda convencional, pues se trataba de un enlace de primera categoríacomo murmuraban las gentes del pueblo que se agolpaban en los alrededores de la iglesia a la espera de los invitados. Esta categoría venia dada por parte del novio y la novia. Él es el presidnte de Nuevas Generaciones del Partido Popular y ella, diseñadora e hija del marqués de la Ahumada. Esto hizo que la plana mayor del PP acudiera al enlace como invitados especiales.
Pasadas las 19.00 horas comenzaron a llegar los invitados a la plaza Mayor, unos en autobuses (cuatro en total) y otros en sus vehículos particulares. Y desde allí, subieron a pie hasta la iglesia de San Pedro Apóstol. En la plazoleta de la misma se empezaron a agolpar los invitados mientras llegaban los novios. Nacho Uriarte lo hizo pronto, aocmpañado por sus familiares y amigos. El joven vestía un elegante chaqué, con camisa azul y corbata color vainilla. Entre los hombres predominaban los trajes oscuros y los complementos en colores suaves, mientras que ellas eligieron vestidos vaporosos de colores llamativos y zapatos con plataformas. Rompiendo con el protocolo, la mayoría de las invitadas apostaron por trajes de cóctel, para lucir bronceado y espectaculares tocados de plumas. Esto tampoco fue casualidad, ya que la novia es diseñadora de sombreros y tocados y sus más allegadas no dudaron en lucir algunos de sus modelos.
A las 19.30 horas en punto, el novio entró al templo por la puerta principal, de estilo plateresco, y esperó a la novia en el altar, junto al resto de invitados. Entre ellos, y figurando como testigos, se encontraban: el presidente del PP, Mariano Rajoy; el vicesecretario general de Comuniación, Esteban González Pons y el alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón. Pero no fueron los únicos, pues tamibén estuvieron, la secretaria general del partido, Maria Dolores de Cospedal; la vicesecretaria de organización, Ana Mato; la portavoz en el Congreso, Soraya Sáez de Santamaría, entre otros nombres destacados de la política. Tampoco faltó al enlace el alcalde de Guadalajara y presidente del PP provincial, Antonio Román; que asistió como amigo y compañero en el Senado del novio.
Tal y como manda la tradición, la novia, Ana María Chico, llegó tarde. Tan sólo se retrasó quince minutos y aparareció radiante en un BMW de color verde. Al contrario que el novio, ella entró a la iglesia por la puerta secuandaria que hay a los pies del templo y desde la que había desplegada una gran alfombra granate que la llevaba directamente al altar. Detrás de ellas iban su tres pajes, dos niños y una niña.
La novia lucía un elegante vestido en color blanco y escote cruzado; el cuerpo vendado drapeado y falda asalmonada que salía desde la cintura en vuelo. Los hombros los llevaba cubiertos con unos tules y prendidos en forma de flor con brillantes. El pelo lo llevaba recogido y adornado con un gran tocado en forma de rosa, del mismo tono que la falda. Un suave maquillaje resaltaba su belleza natural. TAmbién lucía una cinta con brillantes que cruzaba su frente.
El ramo era redondo y compuesto por diferentes flores en blanco.
Así entró en la iglesia de San Pedro Apóstol, después de saludar al párroco que la esperaba en la puerta. La ceremonía fue cantada por un coro y se prolongó hasta cerca de las 21.00 horas. A su término, los novios salieron por la puerta secundaria para atender a los numerosos medios de comunicación que se dieron cita en Lupiana para cubrir el acto. Algunos invitados les esperaban para felicitarles entre una lluvia de pétalos blancos. Detrás de ellos comenzaron a salir los testigos del enlace por parejas. Mientras, por la puerta principal, comenzaron a salir el resto de los invitados.
Entre ellos, nuemroso vecinos del pueblo se postraban por todas las calles esperando el saludo de los máximos dirigentes del Partido Popular. El primero en dirigir unas palabras al pueblo fue el presidnete del PP, Mariano Rajoy, que acompañdo por su esposa, recibió el cariño de todos. Mariano, serás nuestros presidente, decían algunas mujeres. Éste muy antento, les sonreía y les explicaba que había venido a la boda de un amigo. También María Dolores de Cospedal se detuvo a charlar con los vecinos. Tienen un pueblo precioso y el monasterio es espectacular, dijo. Y es que la secretaria de los populares ya había estado en otras bodas en Lupiana.
Los invitados hicieron un largo paseillo hasta llegar a la plaza para coger sus coches y autobuses y desplazarse hasta el exclusivo monasterio jerónimo de San Bartolomé. Una joya dle siglo XVI, obra de Alfonso Covarruvias, que acogería la cena nupcial.
Pero antes de todo ello, los dirigentes del Partido Popular tuvieron que hacer una nueva parada en la plaza Mayor para volver a saludar a la gente, que no dudó en vitorearles e incluso fotografiarse con ellos.