Más de 100.000 castellano manchegos podrían sufrir depresión
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto de manifiesto que la depresión será el principal problema de salud de la población en 2030. Según la Encuesta Mundial de Salud (WHO, 2015), en España hay 2.408.700 personas con depresión, lo que representa al 5,2% de la población general.
“En el caso de Castilla-La Mancha, 106.164 personas podrían sufrir depresión; y otro dato a tener en cuenta es que el riesgo de suicidio en estos pacientes es 20 veces superior a la población general”, ha asegurado María Jesús Montes Lozano, jefa del servicio de Salud Mental del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete en el transcurso del Foro Virtual Depresión y suicidio en Castilla-La Mancha. Además, la enfermedad mental es la quinta causa de discapacidad en la región, con un 1,8% del total, mientras que el trastorno depresivo mayor ocuparía el noveno lugar entre las enfermedades crónicas o de larga evolución entre la población mayor de 15 años, según los últimos datos de la Encuesta Nacional de Salud.
Durante este encuentro, en el que se ha presentado el Libro Blanco “Depresión y suicidio 2020. Documento estratégico para la promoción de la Salud Mental”, impulsado por la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), con el apoyo de Janssen, Montes Lozano ha explicado que “si atendemos a la tasa de suicidios por cada 100.000 habitantes en España en 2020, la media nacional se sitúa en 8,32, siendo la de Castilla-La Mancha de 8,78”. El aumento de los datos entre 2019 y 2020, supone un incremento a nivel nacional de un 0,56 y en Castilla- La Mancha, de un 1,35. En espera de nuevos datos en 2021-2022, la experta asegura que es necesario “implementar medidas que mejoren estos datos”.
La fuerte relación entre depresión y conducta suicida, sobre todo cuando la depresión es resistente (30%) o se cronifica (15-20%), hace necesaria la implementación de programas para la atención a la Depresión Resistente que complementen el resto de las acciones desarrolladas en el contexto de las Estrategias para la Prevención de Suicidio.
La depresión representó un coste de más de 6.000 millones de euros en España en 2017, el 82,5% de los costes eran indirectos o asociados a una pérdida de productividad laboral, específicamente el 60,5% de ellos se debieron a incapacidad laboral permanente
El suicidio representó cerca del 6% de Años Potenciales de Vida Perdidos (APVP) en relación a otras causas de muerte prematura, tanto en España como en Castilla-La Mancha. Los ingresos hospitalarios por trastorno mental mantienen tasas estables a nivel nacional. En Castilla-La Mancha hubo 279 ingresos durante 2018, con una estancia media de 14 días y un coste de 5.363 €.
El suicidio, un problema de salud pública
“El suicidio es un problema de salud pública de origen multifactorial”, ha asegurado Teresa Rodríguez Cano, Coordinadora Regional de Salud Mental. Por eso, desde 2018 en Castilla-La Mancha se desarrollan, según esta experta, diferentes estrategias para la prevención de forma intersectorial con la participación de agentes sociales y sanitarios, con acciones llevadas a cabo de forma estratificada según las diferentes etapas vitales. “La mejora del conocimiento, la formación y la coordinación en los diferentes niveles de intervención son pilares fundamentales”, indica Rodríguez Cano. Por ello, ha manifestado, “se han realizado diversas acciones formativas y de coordinación en distintos ámbitos: sanitario, social, educativo, en corporaciones locales y tejido asociativo, como por ejemplo la creación de un equipo formador de formadores que -a su vez- han formado, entre otros, a profesionales de atención primaria, Urgencias y Emergencias y primeros intervinientes para mejorar en la detección y en la intervención en crisis”. Actualmente se está trabajando en el Código Riesgo de Suicidio “para mejorar la accesibilidad y la continuidad asistencial, que incluye herramientas de apoyo a la toma de decisiones”, según ha indicado Rodríguez Cano.
Entre un 10 y un 15% de personas con depresión fallecen por suicidio, sobre todo si hay factores de riesgo sobreañadidos. “Es importante destacar que no todas las personas que se suicidan tienen depresión y que la depresión es un problema de salud frente al cual se cuenta con estrategias terapéuticas efectivas”, ha matizado Rodríguez Cano.
En este sentido, María Jesús Montes Lozano, ha asegurado que “es necesario que en España se establezca un plan nacional de prevención de suicidio con dotación presupuestaria que palíe las deficiencias y unifique su implantación en todas las comunidades autónomas. El mayor coste no es el económico, sino la pérdida de vidas humanas y el daño emocional para los supervivientes”.
Por su parte, Luis Beato Fernández, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital General Universitario de Ciudad Real, ha puesto de manifiesto que “la falta de atención especializada a los problemas de salud mental puede ser uno de los motivos del deterioro en el nivel de salud mental en nuestra comunidad”. El elemento esencial para la prevención del suicidio es la prevención temprana. Para esto es esencial, ha explicado el doctor “dotar de recursos adecuados para que se pueda hacer un seguimiento estrecho y especializado de cualquier paciente que muestre señales de estar en riesgo”. Los recursos y los medios para actuar en esta población “deben tener prioridad en el diseño de cualquier plan de atención a los problemas de salud mental”, ha añadido.
En opinión de este experto, el principal cambio acaecido en la salud mental ha sido “el empeoramiento general del estado de ánimo y los problemas de estrés y ansiedad, no solo en la población adulta, sino también y, especialmente, en la población adolescente”. Esto está suponiendo una situación de especial gravedad, según el experto, ya que “las secuelas que este incremento epidemiológico puede tener en nuestra sociedad previsiblemente serán especialmente graves y traumáticas”.
Libro Blanco de la Depresión
La Organización Mundial de la Salud viene advirtiendo que la depresión será una de las principales causas de discapacidad en el año 2023. La pandemia ha tenido un efecto acelerador sobre un problema que ya existía, y que se ha precipitado y probablemente se agrave fruto de determinantes psicosociales adversos: las grandes migraciones, los desplazamientos debidos a conflictos bélicos, la falta de oportunidades, el aislamiento social y el cambio climático entre otros.
“La depresión y el suicidio son problemas muy graves de nuestra sociedad. El Libro Blanco sobre depresión y suicidio contribuirá a mejorar el nivel de formación de los profesionales en el abordaje y prevención temprana del suicidio en España. Era necesario, no solo una actualización desde distintos ámbitos de lo que este problema supone en nuestra sociedad en la actualidad, sino también dar una información también actualizada de los aspectos científicos y terapéuticos disponibles”, ha asegurado el doctor Beato.
La obra, organizada en 20 capítulos en los que han participado cuarenta autores de las diferentes especialidades, aúna visiones heterogéneas -desde clínicos, pacientes, familiares hasta periodistas- e interdisciplinares, así como centradas en poblaciones concretas de especial vulnerabilidad, entre ellas, víctimas de violencia de género, población LGTBI o personas en riesgo de exclusión social. También hay una referencia específica a la situación creada por la pandemia. La edición digital de este libro se puede descargar desde la web de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental.