Más de 3.000 años de cárcel para el comando Madrid de ETA
01/10/2010 - 09:45
El último comando Madrid de ETA ha recibido ya su condena por el atentado del 6 de novimienbre del año 2001 contra Juan Junquera, entonces subsecretario general de Policía Científica. Él y otras 94 presonas resultaron heridas en aquella acción violenta.
La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 3.017 años de cárcel a dos de los miembros del último comando estable que ETA tuvo en Madrid, Manex Zubiaga y Lexuri Gallastegi, y a su jefa directa, Ainhoa Múgica, por el atentado el 6 de noviembre de 2001 contra el entonces subsecretario general de Policía Científica, Juan Junquera. El político y otras 94 personas resultaron heridas en un atentado que supuso la caída de los terroristas, ya que, tras la explosión del coche-bomba en la calle Corazón de María, un ciudadano anónimo les persiguió con su vehículo e informó a las fuerzas de seguridad in situ sobre la vía de escape utilizada.
El grueso de la condena se debe a que el tribunal considera a Zubiaga y a Gallastegi responsables de 95 delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa, tantos como heridos se produjeron aquella mañana. No obstante, el fallo matiza que el cumplimiento efectivo en prisión no excederá de los 30 años. La Audiencia Nacional, además, impone a los tres activistas el alejamiento de sus víctimas y del lugar de los hechos durante los diez años siguientes a su excarcelación.
La sentencia relata que este comando, que había recabado informaciones para asesinar cuatro magistrados, otro miembro del gobierno y dos concejales del Ayuntamiento de Madrid, intentó sin éxito atentar en mayo y junio de 2001 contra Junquera, que nunca apareció en el lugar donde los etarras habían preparado la emboscada.
Pasadas las vacaciones, el comando Madrid retomó en septiembre la idea de matar al subsecretario, una vez confirmaron el recorrido exacto que el político hacía cada mañana de camino al ministerio. El lugar elegido fue la confluencia de las calles Corazón de María y Cardenal Silíceo, en el popular barrio madrileño de Prosperidad, donde aparcaron un coche robado embutido de explosivos, que explotó a las 9:07 de la mañana.
La pericia del conductor de Junquera, que sospechó del vehículo aparcado en segunda fila, evitó que la onda expansiva alcanzara de lleno al vehículo. La explosión provocó, además de las decenas de heridos, importantes desperfectos en los alrededores.
El grueso de la condena se debe a que el tribunal considera a Zubiaga y a Gallastegi responsables de 95 delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa, tantos como heridos se produjeron aquella mañana. No obstante, el fallo matiza que el cumplimiento efectivo en prisión no excederá de los 30 años. La Audiencia Nacional, además, impone a los tres activistas el alejamiento de sus víctimas y del lugar de los hechos durante los diez años siguientes a su excarcelación.
La sentencia relata que este comando, que había recabado informaciones para asesinar cuatro magistrados, otro miembro del gobierno y dos concejales del Ayuntamiento de Madrid, intentó sin éxito atentar en mayo y junio de 2001 contra Junquera, que nunca apareció en el lugar donde los etarras habían preparado la emboscada.
Pasadas las vacaciones, el comando Madrid retomó en septiembre la idea de matar al subsecretario, una vez confirmaron el recorrido exacto que el político hacía cada mañana de camino al ministerio. El lugar elegido fue la confluencia de las calles Corazón de María y Cardenal Silíceo, en el popular barrio madrileño de Prosperidad, donde aparcaron un coche robado embutido de explosivos, que explotó a las 9:07 de la mañana.
La pericia del conductor de Junquera, que sospechó del vehículo aparcado en segunda fila, evitó que la onda expansiva alcanzara de lleno al vehículo. La explosión provocó, además de las decenas de heridos, importantes desperfectos en los alrededores.