Memoria y Modernidad: testimonio de la historia reciente de Castilla-La Mancha
01/10/2010 - 09:45
Por: MAR GATO. MADRID
EXPOSICIÓN
La muestra convierte al Museo provincial de Guadalajara en capital de la fotografía regional
La emblemática sala azul del Museo provincial de Guadalajara abrió ayer sus puertas a Memoria y Modernidad. Fotografía y fotógrafos del siglo XX en Castilla-La Mancha, una exposición que repasa la historia de la fotografía y de los fotógrafos tanto profesionales como aficionados que ha dado la región a través de medio centenar de instantáneas.
Tras cerca de cuatro años itinerando por la región, y algún que otro punto de la geografía española, la muestra visita la capital arriacense de la mano de Caja Castilla-La Mancha con la colaboración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ambas instituciones representadas en la tarde de ayer por Martín Molina, director de la Obra Social y Cultural de CCM, y Marisol Herrero, consejera de Cultura, Turismo y Artesanía de la Junta de Comunidades, encargada de inaugurar esta admirable muestra. De ella Herrero destacó el papel de la fotografía como elemento testimonial de la historia, clave en otro de los programas que el Gobierno regional promueve, Los Legados de la tierra, que desde 1998 tiene encomendada la tarea de recuperar y poner en valor los documentos fotográficos de los pueblos y sus gentes.
A través de la historia
En ausencia del comisario de la exposición, Publio López Mondéjar, historiador de fotografía y miembro de la Real Academia de las Artes, fue ayer el propio Molina el encargado de realizar una visita guiada a las autoridades y público presente por las 55 fotografías que componen la muestra. Éstas forman un interesante recorrido visual de la región y su historia que reconstruyen los lances de la historia fotográfica castellano-manchega y, por supuesto, es fiel reflejo de la realidad social, política y cultural de Castilla-La Mancha a lo largo del siglo XX.
Se trata de un recorrido por las distintas tendencias fotográficas desde los inicios en las galerías de retrato pasando por la influencia del pictorialismo con representantes como José Ortiz-Echagüe o Luis Escobar, que supieron recoger las manifestaciones más profundas y auténticas de la vida popular castellano-manchega, dejando testimonio gráfico sus localidades, ritos, costumbres, trajes y formas de vida.
El origen del fotoperiodismo en la región está representado con Francisco Goñi y Julián Collado a través de sus colaboraciones en la prensa gráfica. Santiago Bernal el que fuera presidente de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara o Pedro Reales son ejemplos de la fotografía de aficionados y popular de los primeros años del siglo XX.
Durante la Guerra Civil el trabajo de los retratistas mermó casi hasta extinguirse, no así el de los reporteros que siguieron colaborando con las publicaciones de la época, pero ajustándose a los valores que marcaba el poder: grandeza y unidad de la patria, tradición y catolicidad barroca.
Los años 60 marcan el inicio de la renovación fotográfica española en el seno de las propias agrupaciones fotográficas aunque Castilla-La Mancha permanece algo alejada de este fenómeno. No obstante, destacan fotógrafos como Cristina García Rodeo o Cristóbal Hara, herederos de la mejor tradición documental y cuyo estilo vuelve a la fotografía pura que apuesta por la perfección técnica y la calidad.
Con esta exposición Caja Castilla La Mancha quiere dar a conocer la historia y evolución de la fotografía y los fotógrafos de la región, al tiempo que repasa la historia social y cultural de Castilla-La Mancha y sus localidades, a través de unas obras que destacan por su sencillez y belleza.
A través de la historia
En ausencia del comisario de la exposición, Publio López Mondéjar, historiador de fotografía y miembro de la Real Academia de las Artes, fue ayer el propio Molina el encargado de realizar una visita guiada a las autoridades y público presente por las 55 fotografías que componen la muestra. Éstas forman un interesante recorrido visual de la región y su historia que reconstruyen los lances de la historia fotográfica castellano-manchega y, por supuesto, es fiel reflejo de la realidad social, política y cultural de Castilla-La Mancha a lo largo del siglo XX.
Se trata de un recorrido por las distintas tendencias fotográficas desde los inicios en las galerías de retrato pasando por la influencia del pictorialismo con representantes como José Ortiz-Echagüe o Luis Escobar, que supieron recoger las manifestaciones más profundas y auténticas de la vida popular castellano-manchega, dejando testimonio gráfico sus localidades, ritos, costumbres, trajes y formas de vida.
El origen del fotoperiodismo en la región está representado con Francisco Goñi y Julián Collado a través de sus colaboraciones en la prensa gráfica. Santiago Bernal el que fuera presidente de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara o Pedro Reales son ejemplos de la fotografía de aficionados y popular de los primeros años del siglo XX.
Durante la Guerra Civil el trabajo de los retratistas mermó casi hasta extinguirse, no así el de los reporteros que siguieron colaborando con las publicaciones de la época, pero ajustándose a los valores que marcaba el poder: grandeza y unidad de la patria, tradición y catolicidad barroca.
Los años 60 marcan el inicio de la renovación fotográfica española en el seno de las propias agrupaciones fotográficas aunque Castilla-La Mancha permanece algo alejada de este fenómeno. No obstante, destacan fotógrafos como Cristina García Rodeo o Cristóbal Hara, herederos de la mejor tradición documental y cuyo estilo vuelve a la fotografía pura que apuesta por la perfección técnica y la calidad.
Con esta exposición Caja Castilla La Mancha quiere dar a conocer la historia y evolución de la fotografía y los fotógrafos de la región, al tiempo que repasa la historia social y cultural de Castilla-La Mancha y sus localidades, a través de unas obras que destacan por su sencillez y belleza.