Mendoza: Me burlo del misticismo, la religión y Carla Bruni
01/10/2010 - 09:45
Por: NATALIA ARAGUÁS. COLPISA
Una trama policíaca ambientada en la Galilea del siglo I, con el niño Jesús como contratista del detective. En estos parámetros se mueve El asombroso viaje de Pomponio Flato, particular forma de Eduardo Mendoza de decir ya está bien a los bestsellers históricos.
Yo creo que queda claro que me burlo de esa mezcla de misticismo, religión y Carla Bruni apuntó el autor durante la presentación del libro, que tuvo lugar en los restos del templo de Augusto (siglo I), punto más alto de la antigua Barcino. Mendoza subrayó que no es la novela de consumo lo que le molesta, ya que uno lee al fin y al cabo para pasar el rato, sino la repetición continua de modelos que han funcionado una vez.
El asombroso viaje de Pomponio Flato (Seix Barral) narra como un patricio, Pomponio, llega por azar a Nazaret, donde ha sido asesinado el rico Epulón y el culpable está a la espera de ejecución tras un juicio sumarísimo. El dedo acusador señala al carpintero del pueblo, José, para más señas esposo de María y padre de Jesús. Será este último, totalmente convencido de la inocencia de su progenitor, quien le encomendará que investigue el caso. A través de cartas, Pomponio va dando parte de sus pesquisas a su amigo Fabio. Esta mezcla de géneros novela histórica, policíaca, hagiografía y, en el fondo, parodia de todas ellas ya va por la tercera edición y ha superado los 100.000 ejemplares vendidos tan sólo diez días después de que saliese al mercado, el pasado 27 de marzo.
Esto no es una novela muy seria, sino entretenida, reconoció Mendoza, aunque puntualizando que entretenido no tiene porque ir ligado falta total de uso del cerebro, como dan a entender ciertos programas de televisión. Se trata de una broma intelectual, definió el escritor, quien también recordó que el humor se parece más a un juego de manos que a una payasada.
En El asombroso viaje de Pomponio Flato, a Mendoza le ha sido de gran utilidad su afición a los historiadores griegos y romanos. Me parecen muy buenos, nunca quise descubrir su receta, pero a la hora de escribir sabía lo que era, explicó. Aunque buena parte de los hechos provienen de escritos y tradiciones antiguas, tal y como recuerda en una nota final del libro, Mendoza ha asegurado que necesitó documentarse muy poco.
Escatología
Respecto a las referencias religiosas del libro, que define a Jesús como un niño de corta edad, rubicundo, mofletudo, con ojos claros, pelo rubio ensortijado y orejas de soplillo, Mendoza manifestó no tener ni idea de si algún creyente pueda sentirse ofendido. Yo me lo tomaría como una broma, igual que esos chistes que corren de catalanes, gallegos o judíos. Al igual que Cervantes era un gran conocedor de las novelas de caballería antes de escribir el Quijote, Mendoza no ha tenido problema en reconocer que no es ajeno a las novelas comerciales que parodia. Hago zaping literario, pica-pica, dijo el escritor. Leo de todo y no tengo problemas en dejar una novela a medias o leer sólo unas páginas.
Plenamente actual pese a su ambientación histórica, El viaje de Pomponio incluye incluso un episodio de especulación inmobiliaria. Pasaba lo mismo antes que ahora, la Roma imperial tenía tres millones de habitantes, más que Barcelona, casas de diez pisos. A su juicio, al leer textos de la antigüedad uno piensa qué sabio era su autor. En realidad lo que ocurre es que no hemos mejorado nada.
Mendoza también ha introducido en esta novela la figura del caganer del pesebre, típica de Cataluña, y ha apostado por este personaje, que ya ha comenzado a exportarse, como posible sustituto de Santa Claus dado su decadencia. El autor, que no ha renunciado a ciertas dosis de escatología en su novela, reconoció hoy que Las aventuras de Pomponio Flato ha sido uno de los libros que más placer le ha producido al escribir. Yo siempre me lo paso bien escribiendo, aunque a veces es un poco agónico. En este caso me lo he pasado bien todo el rato.
El asombroso viaje de Pomponio Flato (Seix Barral) narra como un patricio, Pomponio, llega por azar a Nazaret, donde ha sido asesinado el rico Epulón y el culpable está a la espera de ejecución tras un juicio sumarísimo. El dedo acusador señala al carpintero del pueblo, José, para más señas esposo de María y padre de Jesús. Será este último, totalmente convencido de la inocencia de su progenitor, quien le encomendará que investigue el caso. A través de cartas, Pomponio va dando parte de sus pesquisas a su amigo Fabio. Esta mezcla de géneros novela histórica, policíaca, hagiografía y, en el fondo, parodia de todas ellas ya va por la tercera edición y ha superado los 100.000 ejemplares vendidos tan sólo diez días después de que saliese al mercado, el pasado 27 de marzo.
Esto no es una novela muy seria, sino entretenida, reconoció Mendoza, aunque puntualizando que entretenido no tiene porque ir ligado falta total de uso del cerebro, como dan a entender ciertos programas de televisión. Se trata de una broma intelectual, definió el escritor, quien también recordó que el humor se parece más a un juego de manos que a una payasada.
En El asombroso viaje de Pomponio Flato, a Mendoza le ha sido de gran utilidad su afición a los historiadores griegos y romanos. Me parecen muy buenos, nunca quise descubrir su receta, pero a la hora de escribir sabía lo que era, explicó. Aunque buena parte de los hechos provienen de escritos y tradiciones antiguas, tal y como recuerda en una nota final del libro, Mendoza ha asegurado que necesitó documentarse muy poco.
Escatología
Respecto a las referencias religiosas del libro, que define a Jesús como un niño de corta edad, rubicundo, mofletudo, con ojos claros, pelo rubio ensortijado y orejas de soplillo, Mendoza manifestó no tener ni idea de si algún creyente pueda sentirse ofendido. Yo me lo tomaría como una broma, igual que esos chistes que corren de catalanes, gallegos o judíos. Al igual que Cervantes era un gran conocedor de las novelas de caballería antes de escribir el Quijote, Mendoza no ha tenido problema en reconocer que no es ajeno a las novelas comerciales que parodia. Hago zaping literario, pica-pica, dijo el escritor. Leo de todo y no tengo problemas en dejar una novela a medias o leer sólo unas páginas.
Plenamente actual pese a su ambientación histórica, El viaje de Pomponio incluye incluso un episodio de especulación inmobiliaria. Pasaba lo mismo antes que ahora, la Roma imperial tenía tres millones de habitantes, más que Barcelona, casas de diez pisos. A su juicio, al leer textos de la antigüedad uno piensa qué sabio era su autor. En realidad lo que ocurre es que no hemos mejorado nada.
Mendoza también ha introducido en esta novela la figura del caganer del pesebre, típica de Cataluña, y ha apostado por este personaje, que ya ha comenzado a exportarse, como posible sustituto de Santa Claus dado su decadencia. El autor, que no ha renunciado a ciertas dosis de escatología en su novela, reconoció hoy que Las aventuras de Pomponio Flato ha sido uno de los libros que más placer le ha producido al escribir. Yo siempre me lo paso bien escribiendo, aunque a veces es un poco agónico. En este caso me lo he pasado bien todo el rato.