Miles de personas siguen bajo la lluvia la misa de resurrección del Papa
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Miles de fieles de todo el mundo llenaron esta mañana la Plaza San Pedro del Vaticano para seguir la Misa de Resurrección del Papa Benedicto XVI. El Papa celebró la Misa ante una plaza repleta de paraguas de distintos colores con los que los peregrinos intentaban protegerse de la intensa y constante lluvia que cayó sobre Roma durante toda la mañana, con rayos y truenos incluidos. Un total de 102 televisiones han retransmtido la ceremonia a 67 países distintos.
Miles de fieles de todo el mundo llenaron esta mañana la Plaza San Pedro del Vaticano para seguir la Misa de Resurrección del Papa Benedicto XVI a pesar de la lluvia y el frío que han caracterizado la Semana Santa romana.
El Papa celebró la Misa ante una plaza repleta de paraguas de distintos colores con los que los peregrinos intentaban protegerse de la intensa y constante lluvia que cayó sobre Roma durante toda la mañana, con rayos y truenos incluidos.
Un total de 102 televisiones de todo el mundo transmitieron en directo la ceremonia en 67 países distintos de los cinco continentes, según informó la sala de prensa del Vaticano.
Con esta solemne ceremonia, la Iglesia católica celebra la Resurrección de Jesús de Nazaret que, según la fe cristiana, tuvo lugar tres días después de que muriera en la cruz. El Papa no pronunció la habitual homilía después de la lectura del Evangelio porque ya lo hizo ayer por la noche con ocasión de la Vigilia Pascual.
Sí recibió en cambio los dones para el Ofertorio de manos de diversos fieles procedentes de distintos países del mundo, entre ellos algunos niños que pudieron abrazar y ser bendecidos por el Romano Pontífice.
Después de la Misa, el Papa proclamará el esperado mensaje de Pascua en distintas lenguas e impartirá la habitual bendición 'a la ciudad y al mundo' (Urbi et Orbi), que también recibirán los fieles que en ese momento estén siguiendo la celebración a través de la televisión.
Por la tarde, el Papa se trasladará a la residencia pontificia de Castel Gandolfo, donde podrá descansar un poco tras las intensas celebraciones de estos días, entre las que sobresale el rezo del Via Crucis, que tuvo lugar el viernes por la noche, y la Vigilia Pascual, que empezó a las 21.00 horas de ayer y terminó a medianoche.
Durante la Vigilia Pascual, que se desarrolló en el interior de la Basílica de San Pedro, el Papa bautizó a siete personas adultas -dos hombres y cinco mujeres-- de distintas nacionalidades, entre las que se hallaba el periodista de origen egipcio, Magdi Allam.
Allam, que era musulmán no practicante y vive en Italia desde hace 35 años, ha trabajado en distintos medios de comunicación italianos y actualmente es el subdirector del importante diario milanés 'Il Corriere della Sera'. A causa de sus posturas contrarias al islam radical, ha recibido amenazas y tiene que llevar una escolta policial. Junto a él, recibieron el bautismo de manos del Papa otras personas adultas procedentes de Italia, Estados Unidos, Camerún, China y Perú.
La sala de prensa del Vaticano explicó a través de un comunicado que "toda las personas que quieren recibir el Bautismo después de una profunda búsqueda personal, una elección plenamente libre y una adecuada preparación, tiene el derecho de recibirlo".
Por su parte, el Santo Padre administra el Bautismo a los catecúmenos que le han sido presentados "sin hacer 'diferencia de personas', es decir, considerándolos a todos igualmente importantes ante el amor de Dios y bienvenidos en la comunidad de la Iglesia", precisa la nota.
Este año, la Semana Santa vaticana ha tenido como protagonista a la Iglesia en China, un país con el que Benedicto XVI está intentando acercar posiciones con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los casi 12 millones de fieles católicos chinos, muchos de los cuales tienen que vivir su fe de modo clandestino.
Las meditaciones del Via Crucis del Papa fueron encargadas al cardenal y arzobispo de Hong Kong, Joseph Zen Ze-kiun. Además, un joven chino portó la cruz de madera durante la procesión en el Coliseo y otra joven, también de nacionalidad china, recibió ayer el Bautismo de manos del Santo Padre.
Todo esto llega pocos meses después de que el Papa escribiera una carta especial a los católicos en China, mientras que la semana pasada una delegación del Gobierno chino acudió al Vaticano para reunirse con la Secretaría de Estado del Vaticano.
El Papa celebró la Misa ante una plaza repleta de paraguas de distintos colores con los que los peregrinos intentaban protegerse de la intensa y constante lluvia que cayó sobre Roma durante toda la mañana, con rayos y truenos incluidos.
Un total de 102 televisiones de todo el mundo transmitieron en directo la ceremonia en 67 países distintos de los cinco continentes, según informó la sala de prensa del Vaticano.
Con esta solemne ceremonia, la Iglesia católica celebra la Resurrección de Jesús de Nazaret que, según la fe cristiana, tuvo lugar tres días después de que muriera en la cruz. El Papa no pronunció la habitual homilía después de la lectura del Evangelio porque ya lo hizo ayer por la noche con ocasión de la Vigilia Pascual.
Sí recibió en cambio los dones para el Ofertorio de manos de diversos fieles procedentes de distintos países del mundo, entre ellos algunos niños que pudieron abrazar y ser bendecidos por el Romano Pontífice.
Después de la Misa, el Papa proclamará el esperado mensaje de Pascua en distintas lenguas e impartirá la habitual bendición 'a la ciudad y al mundo' (Urbi et Orbi), que también recibirán los fieles que en ese momento estén siguiendo la celebración a través de la televisión.
Por la tarde, el Papa se trasladará a la residencia pontificia de Castel Gandolfo, donde podrá descansar un poco tras las intensas celebraciones de estos días, entre las que sobresale el rezo del Via Crucis, que tuvo lugar el viernes por la noche, y la Vigilia Pascual, que empezó a las 21.00 horas de ayer y terminó a medianoche.
Durante la Vigilia Pascual, que se desarrolló en el interior de la Basílica de San Pedro, el Papa bautizó a siete personas adultas -dos hombres y cinco mujeres-- de distintas nacionalidades, entre las que se hallaba el periodista de origen egipcio, Magdi Allam.
Allam, que era musulmán no practicante y vive en Italia desde hace 35 años, ha trabajado en distintos medios de comunicación italianos y actualmente es el subdirector del importante diario milanés 'Il Corriere della Sera'. A causa de sus posturas contrarias al islam radical, ha recibido amenazas y tiene que llevar una escolta policial. Junto a él, recibieron el bautismo de manos del Papa otras personas adultas procedentes de Italia, Estados Unidos, Camerún, China y Perú.
La sala de prensa del Vaticano explicó a través de un comunicado que "toda las personas que quieren recibir el Bautismo después de una profunda búsqueda personal, una elección plenamente libre y una adecuada preparación, tiene el derecho de recibirlo".
Por su parte, el Santo Padre administra el Bautismo a los catecúmenos que le han sido presentados "sin hacer 'diferencia de personas', es decir, considerándolos a todos igualmente importantes ante el amor de Dios y bienvenidos en la comunidad de la Iglesia", precisa la nota.
Este año, la Semana Santa vaticana ha tenido como protagonista a la Iglesia en China, un país con el que Benedicto XVI está intentando acercar posiciones con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los casi 12 millones de fieles católicos chinos, muchos de los cuales tienen que vivir su fe de modo clandestino.
Las meditaciones del Via Crucis del Papa fueron encargadas al cardenal y arzobispo de Hong Kong, Joseph Zen Ze-kiun. Además, un joven chino portó la cruz de madera durante la procesión en el Coliseo y otra joven, también de nacionalidad china, recibió ayer el Bautismo de manos del Santo Padre.
Todo esto llega pocos meses después de que el Papa escribiera una carta especial a los católicos en China, mientras que la semana pasada una delegación del Gobierno chino acudió al Vaticano para reunirse con la Secretaría de Estado del Vaticano.