Miliband defiende la invasión de Irak como medio de evitar un desprestigio de la ONU

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, afirmó ayer que si en 2003 Reino Unido y Estados Unidos no hubiesen respondido militarmente a las amenazas del dirigente iraquí, Sadam Husein, esa decisión habría “menoscabado seriamente” la autoridad de la ONU. Miliband realizó estas declaraciones durante su comparecencia ante la Comisión Chilcot, la tercera investigación oficial en Reino Unido sobre la invasión de Irak, marcada por las denuncias de falta de financiación y equipamiento adecuado para las fuerzas desplegadas.
Durante su intervención ante la Comisión Chilcot, Miliband también dijo que su país no debería extraer una “lección equivocada” de este conflicto pese al revuelo internacional que causó. “La lección equivocada sería que Reino Unido debería renunciar a comprometerse a nivel internacional con otros”, indicó. “No debemos ser un país que da la espalda al mundo, porque si lo hacemos seremos mucho más pobres, en todos los sentidos de la palabra”, advirtió. Cuando se produjo la invasión de Irak en 2003, Miliband era viceministro de Educación, y no se puso al frente del Ministerio de Exteriores hasta junio de 2007, cuando Gordon Brown se convirtió en primer ministro.
El testimonio del ministro se centró en la entrega de las competencias de seguridad de la ciudad de Basora y del sur de Irak a las autoridades iraquíes y en cómo se llevó a cabo este proceso, pero antes le preguntaron por qué apoyó la guerra, dadas las “explicaciones bastante distintas” que ha escuchado la Comisión durante las comparecencias de Brown y de su predecesor en el cargo, Tony Blair. “No veo la contradicción que ustedes han descrito”, respondió el jefe de la Diplomacia británica. “Voté a favor de la guerra porque creo que el desafío que hizo Sadam a la ONU era en sí un peligro para la paz y la seguridad internacionales, y había que mantener la autoridad de la ONU”, subrayó.
Miliband aseguró que “todas las agencias de inteligencia del mundo” pensaban que el dictador iraquí disponía de “material” que hacía que representase un peligro. “La autoridad de la ONU, a mi parecer, se habría visto seriamente menoscabada en el caso hipotético que ustedes están planteando: que hubiésemos llegado a una cima máxima de presión y luego hubiésemos descendido de nuevo sin desarmar a Sadam. Creo que eso habría sido bastante perjudicial para cualquiera de los objetivos multilaterales que tenemos y que se deben perseguir a través de Naciones Unidas”, manifestó.

Intervención militar
En este sentido, el ministro señaló que “cuanto más tarda la ONU en imponer su voluntad, más duras son las medidas que se requieren cuando finalmente impone su voluntad”. El ministro afirmó que aún existe un gran debate en la ONU sobre cuándo está bien intervenir militarmente en otros países e incidió en la falta de una idea clara respecto a “hasta qué punto compromisos como la responsabilidad de proteger van a ser algo más que palabras en un papel”. Por otro lado, Miliband rechazó las críticas que apuntan a que el derrocamiento del Gobierno iraquí en 2003 dio vía libre a Irán para apoyar a grupos armados y desestabilizar Oriente Próximo. “No comparto la tesis de que la expulsión de Sadam liberó a Irán para hacer el mal en la región”, dijo. Además, aseguró que Reino Unido se ha ganado el respeto del mundo árabe gracias a su labor en Irak a pesar de que “mucha gente” se opuso a la guerra en 2003.

Falta de fondos
Este lunes también compareció ante la Comisión Chilcot el subsecretario de Estado permanente del Ministerio de Defensa británico, Bill Jeffrey, que reconoció que los incrementos anuales en el presupuesto para Defensa diseñados por el Ministerio de Economía, dirigido entre 1997 y 2007 por el actual primer ministro, Gordon Brown, no han sido suficientes para satisfacer el coste cada vez más alto de las operaciones militares y cubrir la renovación de equipo necesario, lo que obligó a los responsables del Ministerio a realizar recortes en los gastos. “La creciente presión ha provocado que en los años sucesivos yo mismo y los ministros tuviéramos que pensar mucho en qué podíamos recortar”, explicó en declaraciones recogidas por el diario ‘The Daily Telegraph’.
?El pasado viernes el propio Brown compareció ante la Comisión Chilcot y reafirmó su apoyo a la invasión. También aprovechó para insistir en que se proporcionaron los fondos necesarios para que se pudiesen desarrollar las acciones militares. Sin embargo, varios altos cargos y ex altos mandos del Ejército británico han criticado la falta de presupuesto pese al creciente compromiso militar en Irak y Afganistán.
?De hecho, ante la intervención de Jeffrey, el Partido Conservador remitió una petición a John Chilcot para que convoque de nuevo a Brown para que responda a las declaraciones del subsecretario de Estado.
?Jeffrey declaró que las medidas de Brown adoptadas poco después de la invasión de Irak provocaron un “significativo” problema financiero que “persiste hoy día”.
?De hecho, reveló que hubo una “grave discusión” en 2004 entre el Ministerio de Brown y el propio Ministerio de Defensa debido a que el departamento de Brown vetó los intentos del Ministerio de Defensa de aplicar sus normas de contabilidad para habilitar un mayor gasto en equipo nuevo. “Eso dejó indudablemente con un problema significativo porque el coste estimado del programa excedía al presupuesto”, apuntó.
?Cuando Jeffrey accedió a su actual cargo, en 2005, “esa presión sobre el presupuesto de Defensa permanecía ahí”. El presupuesto del Ministerio de Defensa, explicó, ha estado creciendo un 1 por ciento cada año, pero los incrementos asignados no bastaban para cubrir los gastos.
?“La creciente presión ha provocado que en los años sucesivos yo mismo y los ministros tuviéramos que pensar mucho en qué podíamos recortar”, explicó en declaraciones recogidas por el diario The Daily Telegraph.