Miranda de Ebro celebra sus fiestas con la aspiración que se declaren de Interés Turístico Nacional
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La localidad burgalesa de Miranda de Ebro celebra la fiesta de San Juan del Monte, del 20 al 25 de mayo, si bien desde el 8 de mayo ya vienen celebrándose diferentes actividades. Las fiestas, que gozan de la declaración de Fiestas de Interés Turístico Regional luchan por obtener el galardón nacional y motivos no le faltan.
A un completo programa, con identidad propia, se une la leyenda de San Juan del Monte que aporta un toque histórico. La lectura del pregón y los pasacalles de gigantes dan el pistoletazo de salida el jueves anterior al lunes de Pentecostés, aunque el verdadero hervidero de gente rebosante de alegría, llegó el sábado, 22 de mayo, con la Resurrección del Bombo de las aguas del río Ebro, que es transportado al balcón del Ayuntamiento, con la imagen del Santo y millares de personas y el conjunto de cuadrillas al completo dan el bombazo, replicado por los Bombistas Mayores. Los participantes visten al cuello el pañuelo típico de la Virgen de Altamira y comienza la fiesta.
Música, gritos y ganas de diversión corren por cada rincón. Setenta cuadrillas se hacen los amos de la ciudad, identificados por colores de blusa diferentes. El Desfile del Blusa es tal vez el acto más colorido y alegre de la semana fiestera. El domingo, 23, fue la concentración y recorrido de las cuadrillas, con sus carros engalanados y su música. El acto culminó por la noche con una gran verbena que protagonizan las charangas de las propias cuadrillas. Esto sucedió en la calle de la Estación. En la plaza de España, mientras tanto, tuvo lugar otra verbena, con pantalla gigante y djs.
El día grande de las fiestas será hoy, lunes, 24 de mayo, con la subida de más de treinta mil personas a La Laguna, paraje de San Juan del Monte, a unos siete kilómetros de la villa, donde se ubica la ermita dedicada al santo. Es una de las romerías más antiguas que se celebran en España. Data de 1347. Allí habrá una misa y la ofrenda de la vela al Santo. Después comida de romeros, actuación de las charangas y regreso a la ciudad, cuando suene la Bomba Anunciadora, a eso de las ocho de la tarde. Baile y fin de fiesta ponen punto final a la fiesta.