Muere Irena Sendler, madre de los niños del Holocausto

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Polonia está de luto. La luz de Irena Sendler, valiente mujer polaca que salvó a miles de niños judíos de una muerte segura por designio del terror nazi que les mantenía recluidos en el gueto de Varsovia, se apagó para siempre a primera hora de este lunes.
Tenía 98 años y desde hace lustros batallaba con una enfermedad que la mantenía postrada en el hospital Plocka Street de la capital polaca. Irena Sendler era dulce, afable y extraordinariamente humilde. Trabajadora social, vivió el nacimiento del gueto de Varsovia desde el exterior de sus muros. Su trabajo le permitía acceder al recinto con regularidad, circunstancia que aprovechó para sacar de allí a uno 2.500 menores, escondidos en maletas o en carros pequeños.

Una vez fuera del gueto, consiguió repartir a los niños rescatados entre familias polacas que vivían fuera del gueto y que les dieron nuevas identidades. Sendler llegó a dirigir la sección infantil de la organización Zegota, que ayudó a muchos judíos polacos durante la ocupación nazi de Polonia. Pagó muy cara su valentía: fue detenida por la Gestapo en 1943 y salvajemente torturada. Se salvó del patíbulo porque Zegota logró sobornar a varios oficiales nazis que la sacaron de su centro de detención y la abandonaron en un bosque inconsciente y con las piernas y los brazos rotos por los golpes que le propinaron sus verdugos.

Seguir su ejemplo
Marek Edelman, el último líder superviviente del levantamiento judío del gueto de Varsovia contra los nazis en 1943, recordó que “es muy poco usual que la gente salga en defensa de los más débiles, y el mundo sería mucho mejor si más seres humanos siguieran el ejemplo de Irena Sendler”. El ex presidente de la república polaca y antiguo líder del sindicato Solidaridad durante el comunismo, Lech Walesa, manifestó su “emoción” al conocer la muerte de Sendler y “admiración” por el papel de esta mujer, candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007 a propuesta del Gobierno polaco. Irena siempre rechazó que la llamaran heroína, porque, según decía, “sigo pensando que hice muy poco y por esto sigo teniendo remordimientos de conciencia”. “El término heroína me irrita mucho”, añadía sin cesar. En 1965 fue galardonada con la medalla Yad Vashem israelí por su actividad durante la II Guerra Mundial y después se convirtió en ciudadana honoraria del Estado de Israel.

Conocida como ‘El Ángel del Gueto de Varsovia’, cumplió los 98 años el pasado 15 de febrero.