Obama plantea dudas entre los demócratas tras la derrota en Pensilvania
01/10/2010 - 09:45
Las dudas sobre el candidato afroamericano se han instalado en el seno del Partido Demócrata ya que Obama no tiene sintonía con la clase obrera, los jubilados y, en general, con el considerado voto blanco. Pese a ser el candidato demócrata con más tirón popular a este lado del Atlántico, Barack Obama ha vuelto a fallar en otro de los estados clave de cara a las presidenciales del próximo noviembre.
Una vez más se pone de manifiesto su falta de tirón entre la clase trabajadora de Estados Unidos, un sector con el que Hillary Clinton parece sintonizar a la perfección.
Según ponía de manifiesto el New York Times, el partido demócrata podría volver a replantear sus dudas ante la posibilidad de colocar a un afroamericano como elegido para luchar por la Casa Blanca. Pese a que el senador de Illinois cuenta con mayor número de delegados y el favor de buena parte de los estadounidenses, la derrota en Pensilvania ha dejado claro que Obama no tiene sintonía con la clase obrera, los jubilados y en general con el voto blanco.
Esta situación parece haber enfriado a muchos demócratas, que estaban preparados para coronar al senador como el elegido para enfrentarse al republicano, John McCain el próximo mes de noviembre. Una vez más, los liberales ponen el duda la importancia de la raza a la hora de hacer que los ciudadanos acudan a las urnas.
Eso sí para Clinton la situación no es nada favorable, pese a las nuevas dudas dentro del partido por nominar a un afroamericano a la Casa Blanca.
Dadas las circunstancias, Hillary debe aferrarse a un clavo ardiendo y promete pelear con uñas y dientes por ser la primera presidenta de EEUU y no tirar la toalla hasta que literalmente sus colegas la expulsen de la contienda. Además, su marido, el ex presidente Bill Clinton ha asegurado que el problema que vive hoy en día el partido está provocado por las propias reglas demócratas, que reparten porcentualmente el número de delegados entre los participantes de las primarias. Para el ex mandatario este sistema es injusto ya que lo lógico para evitar bloqueos como el actual sería que el ganador se llevase todos los delegados.
Ahora Carolina del Norte
Ahora las miras apuntan a Carolina del Norte, un estado que desde 1988 no ha tenido la responsabilidad de decidir el destino de un precandidato electoral. Sin embargo, con Clinton y Obama echando un pulso de poder sin precedentes, este estado sureño será el centro de atención el próximo 6 de mayo junto con Indiana, para determinar la próxima batalla demócrata. En estas primarias un total de 115 delegados, están en juego.
De momento todo parece indicar que el senador de Illinois podría llevarse ese estado pero todavía es pronto para dar por descontada una victoria seguridad del candidato afroamericano.
Según ponía de manifiesto el New York Times, el partido demócrata podría volver a replantear sus dudas ante la posibilidad de colocar a un afroamericano como elegido para luchar por la Casa Blanca. Pese a que el senador de Illinois cuenta con mayor número de delegados y el favor de buena parte de los estadounidenses, la derrota en Pensilvania ha dejado claro que Obama no tiene sintonía con la clase obrera, los jubilados y en general con el voto blanco.
Esta situación parece haber enfriado a muchos demócratas, que estaban preparados para coronar al senador como el elegido para enfrentarse al republicano, John McCain el próximo mes de noviembre. Una vez más, los liberales ponen el duda la importancia de la raza a la hora de hacer que los ciudadanos acudan a las urnas.
Eso sí para Clinton la situación no es nada favorable, pese a las nuevas dudas dentro del partido por nominar a un afroamericano a la Casa Blanca.
Dadas las circunstancias, Hillary debe aferrarse a un clavo ardiendo y promete pelear con uñas y dientes por ser la primera presidenta de EEUU y no tirar la toalla hasta que literalmente sus colegas la expulsen de la contienda. Además, su marido, el ex presidente Bill Clinton ha asegurado que el problema que vive hoy en día el partido está provocado por las propias reglas demócratas, que reparten porcentualmente el número de delegados entre los participantes de las primarias. Para el ex mandatario este sistema es injusto ya que lo lógico para evitar bloqueos como el actual sería que el ganador se llevase todos los delegados.
Ahora Carolina del Norte
Ahora las miras apuntan a Carolina del Norte, un estado que desde 1988 no ha tenido la responsabilidad de decidir el destino de un precandidato electoral. Sin embargo, con Clinton y Obama echando un pulso de poder sin precedentes, este estado sureño será el centro de atención el próximo 6 de mayo junto con Indiana, para determinar la próxima batalla demócrata. En estas primarias un total de 115 delegados, están en juego.
De momento todo parece indicar que el senador de Illinois podría llevarse ese estado pero todavía es pronto para dar por descontada una victoria seguridad del candidato afroamericano.