Pilar Salas plasma sus sensaciones y otros rincones con sus acuarelas
01/10/2010 - 09:45
La Biblioteca pública de Dávalos acoge, desde la tarde de ayer, la exposición de acuarelas de Pilar Salas, una madrileña afincada en el municipio guadalajareño de Alovera que lleva 20 años dedicada al dibujo y la pintura por puro gusto y amor al arte. La muestra, compuesta por 23 de sus obras, podrá verse hasta el próximo 30 de octubre en la galería superior de la Biblioteca, ubicada en la segunda planta.
Entre las acuarelas que se pueden encontrar en la exposición, Salas destaca dos por encima de las demás, por ser las de su mayor agrado, sobre todo por los recuerdos y sensaciones que le evocan. El Orreo y Oficios son sus títulos y ambas esconden algún viaje realizado por la artista. En el primer caso es Asturias, sus costumbres y paisajes el tema de la obra, mientras que el oficio de fabricar cencerros, algo que llamó mucho la atención a la autora, es protagonista en la segunda.
Pilar Salas se formó en el Taller de Íñigo Muguerza Sainz de la Maza, donde trabajó las técnicas del carboncillo y el pastel. Tras varios años dibujando con estas técnicas, Salas reconoce que me sentí atraída por la acuarela, y aunque sé que es compleja, a través de ella he querido plasmar, sobre todo, rincones que me han causado sensaciones especiales, asegura. Contemplando pueblos y paisajes, siento la necesidad de pintarlos con sus luces y contrastes, tratando sencillamente de abrir ventanas donde asomarme y recrearme en esos ambientes, intentando ser fiel a lo natural, detalla la autora.
Pilar Salas se formó en el Taller de Íñigo Muguerza Sainz de la Maza, donde trabajó las técnicas del carboncillo y el pastel. Tras varios años dibujando con estas técnicas, Salas reconoce que me sentí atraída por la acuarela, y aunque sé que es compleja, a través de ella he querido plasmar, sobre todo, rincones que me han causado sensaciones especiales, asegura. Contemplando pueblos y paisajes, siento la necesidad de pintarlos con sus luces y contrastes, tratando sencillamente de abrir ventanas donde asomarme y recrearme en esos ambientes, intentando ser fiel a lo natural, detalla la autora.