Pilar Sancho: “Para mí, ser productora es coger un proyecto y desarrollarlo, es un trabajo súper creativo”

16/02/2024 - 12:41 J. P.

De Riba de Saelices, Pilar Sancho desarrolla actualmente su trabajo en el campo de la producción cinematográfica. Ha realizado numerosos cortometrajes, como Anticlímax o Artesanía, que estuvieron en la carrera de los Goya, y también ha producido Las cartas perdidas, un documental rodado en Guadalajara que obtuvo la Biznaga de Plata en Málaga. Próximamente estrenará Las que se atrevieron, de Santiago Zannou, y su productora Filmakers Monkeys ha sido la responsable de La Gran Obra, un cortometraje que ha ganado Sundance. Además, es jurado de la segunda edición de Cine Alcarria y ofreció una clase magistral a todos los jóvenes participantes en la iniciativa. 

    ¿Qué hace un productor, es el que pone el dinero y ya?
    Pues, pese a lo que pueda pensar mucha gente, no es solo poner dinero o buscar recursos. Para mí es coger un proyecto, un guión, desarrollarlo y acompañar al equipo creativo. Coges el guión y en un ejercicio supercreativo vas pensando localizaciones posibles, donde la historia puede ganar más fuerza. Piensas en a qué recursos económicos puedes acceder, qué casting, qué equipo técnico es el ideal para cada proyecto. A mí me gusta mucho trabajar el desarrollo de ese proyecto. Vives en la película o el cortometraje desde el guión al estreno final.

    La visión artística es la del director, pero quien tiene la visión más global y completa es el productor.
    El modelo norteamericano se basa en eso. El productor elige todo, hasta el director. En Europa normalmente los proyectos surgen de un guionista o de un director que quiere sacar adelante su proyecto. La función del productor ha sido durante muchos años la de conseguir recursos económicos, pero eso también se compagina con productores creativos que han puesto su sello. En nuestra industria a veces tú ves una película y te das cuenta de que tiene el sello de tal o cual productor  o productora. Pero es que es la figura que está desde el principio hasta el final de la película. 

    ¿Y cómo es esa relación con el director, hay tiranteces?
    Afortunadamente yo soy una persona muy tranquila, pero sí es verdad que hay decisiones dramáticas. Muchas veces hay decisiones y licencias creativas que a lo mejor tienes que descartar. El director puede tener clarísimo algo, pero hay que analizar el guión desde un punto de vista de producción y de mercado. Es decir, hay cosas que se podrán hacer y otras que no. Hay que intentar llegar a un consenso, respetando la visión creativa del director, pero haciéndole entender que quizá hay elementos que en su película pueden funcionar mejor en un momento dado o en otro o que no pueden funcionar.

 

Pilar Sancho ofreció una clase magistral a los participantes en el Proyecto Cine Alcarria, del que este año es jurado. 

 

    ¿Qué prefiere, trabajar con un director que te trae su guión ya preparado o descubrir un guión y desarrollar todo el proyecto alrededor? 

   A mí me gustan mucho los directores que vienen con su proyecto porque es un perfil de autor que va a darlo todo por el proyecto. Entonces vamos a estar en consonancia. Pero sí es verdad que luego llegan guiones que son de guionistas y lo que tienes que buscar es ese director idóneo.  Y es maravillosa también esa búsqueda, porque tú coges un guión y te lo puede dirigir una persona u otra y hacer diferentes películas. Entonces, el dar con la persona ideal también es un proceso creativo que se disfruta mucho. 

    ¿Es mejor un largometraje que un cortometraje?

    Es un trabajo igual de creativo. Para mí el cortometraje es cine contado en menos de 30 minutos, pero igual de válido. Se trabaja igual, en desarrollo, postproducción, a nivel de audiencias. Es simplemente una historia que lleva otro formato. El largometraje lleva un recorrido diferente, más a sala comercial, pero el trabajo es el mismo. 

    Además, el cortometraje es un formato que cada vez está más profesionalizado, ¿no?  

    Sí. Cuando yo empecé eran obras, digamos, de escuelas.  Y lo hacías un poco por hacer, porque tenías que hacer un corto final o porque te juntabas con compañeros de clase, pero ahora mismo el sector del corto está súper profesionalizado. Tienes muchas compañías, distribuidoras profesionales, que luego te van a mover el cortometraje.  

    Le falta quizá poder entrar más en las salas de exhibición.  

    A lo mejor soy nostálgica, pero para mí lo ideal sería que se pusieran un corto antes de las películas en los cines.  Yo me acuerdo de una época en la que eso era una práctica habitual y era maravilloso. Luego, hay plataformas que compran cortometrajes, pero creo es un formato que se podría explotar más, también por las audiencias actuales. O sea, los jóvenes ahora mismo viven de un mundo de redes sociales como tiktoko Instagram, de vídeos de 2 a 6 minutos.  Hay una oportunidad ahí a valorar por parte de la industria.

    ¿El cortometraje debe tener un espíritu rebelde o reivindicativo?

    Quizás hace años sí, pero ahora mismo hay festivales de cine de terror, comedia, ciencia ficción, generalistas… Te encuentras cortometrajes de todos los géneros y temáticas, historias, emocionales. Denuncia social también hay, pero ya no es tanto denunciado, sino cine social, no. Se ha cambiado la perspectiva y es buscar la reflexión más que la denuncia.

 

Alumnos durante la ponencia de Sancho. 

 

    ¿ Cuál es la principal virtud que debe tener un productor a la hora de hacer un cortometraje, hay que ser inventivo de más?

    Por supuesto. El cortometraje es para gente que está un poco loca, que ama mucho esta profesión y le entrega su tiempo libre a desarrollar y producir un proyecto, porque son formatos que tienen poco presupuesto si se comparan con un largometraje. Entonces tienes que dedicar tiempo a buscar ayudas o patrocinios. Tienes que buscar esa fuerza para sacarlo adelante y eso te obliga a ser creativo. Tienes que darle un poquito más de vueltas a la cabeza y tirar de donde sea.

    ¿Y de úlceras, qué tal va?

    De momento, bien.  Hay momentos de mucho estrés, pero todo se resuelve con creatividad.

    Por lo menos les están reconociendo el trabajo. Les están dando alegrías como esa Beznaga de Plata por las Cartas Perdidas y ahora ganar Sundance con un corto de vuestra productora.

    Estar en Sundance ya era una pasada, pero cuando me llamó Nestor para decir que habíamos ganado… Estamos hablando de un festival que directamente nos mete en la preselección de los Premios Óscar.

    ¿Se imagina en la gala de los Oscar?

    Yo no quiero imaginarme nada, queda mucho tiempo.

    ¿Ya que es de Guadalajara, ¿ha sacado la provincia en alguno de tus trabajos, no?

    Todo lo que pueda llevarme a Guadalajara, me lo traigo. Cuando cojo un guión, lo analizo y digo, “bah, esto yo lo tengo en Guadalajara”. Hemos estado en  lugares como Guadalajara capital y Torija.

    ¿Y no ha llevado nada a la zona de la Riba?

    De momento no... ¿Ves? Ese sería el típico proyecto que yo tendría que pensar. Rodar allí sería mi sueño. Tienes las Salinas de Salices y el Valle de los Milagros, que es un espacio que impacta. 

    Ha hecho largometrajes de documental, ¿para cuando uno de ficción?

    Pues justo estoy con uno que se podría rodar en Guadalajara. Se llama El Pescador del Tajo. Es un proyecto muy bonito, una ópera prima. Estamos trabajando en el guión y es una historia muy bonita que empieza en Lisboa y acaba Peralejos de las Truchas.