Pocos trabajadores secundan la huelga general en Zimbabue
01/10/2010 - 09:45
Por: COLPISA
La huelga general convocada por el Movimiento por el Cambio Demócratico (MCD, oposición) en Zimbabue para exigir la publicación de los resultados de la elección presidencial comenzó el martes, aunque numerosos comercios y servicios funcionaban normalmente.
Las autoridades, que advirtieron que reprimirían cualquier disturbio, procedieron a un fuerte despliegue de la Policía antidisturbios en el distrito comercial del centro de la capital y en algunos municipios, sin que señalaran hasta el mediodía actos de violencia.
Aunque algunos comerciantes retrasaron la apertura de sus tiendas mientras estudiaban la situación, muchos abrieron sus puertas. Se observaban, entre tanto, largas filas en los bancos y los clientes de los supermercados hacían cola para comprar pan. El MCD, cuyo líder Morgan Tsvangirai se proclamó victorioso frente al presidente saliente Robert Mugabe en los comicios del 29 de marzo, llamó a esta huelga al ver rechazado el lunes el recurso judicial que presentó para lograr que los resultados fuesen difundidos inmediatamente. Hasta el momento, la Comisión Electoral no publicó ningún resultado de esa consulta, en la cual Mugabe, en el poder desde hace 28 años, espera obtener un nuevo mandato. El número dos del MCD, Tendai Biti, aconsejó a los partidarios de la oposición permanecer en sus hogares, para no correr el riesgo de enfrentarse a las fuerzas de seguridad. La convocatoria de una huelga general "no está destinada a entablar una confrontación física con el dictador", afirmó Biti. "Es un llamamiento a no ir a trabajar, lo que implica un mínimo riesgo", añadió.
La Policía anunció el lunes que tenía intenciones de tratar de forma "severa y enérgica" los disturbios, y que se habían desplegado no sólo efectivos policiales, sino también refuerzos militares. Durante la noche del lunes se colocaron retenes a lo largo de las rutas que llevaban al centro de la ciudad. En un puesto de control en el populoso suburbio de Mbare la policía obligaba a los pasajeros a bajar de los autobuses para registrarlos.
Día normal
No obstante, el primer día de la huelga general parecía un día normal, mientras apáticos trabajadores se dirigían a sus labores habituales. La escasa respuesta a la medida de protesta era previsible, dado que anteriores huelgas generales fueron poco seguidas. Con una inflación superior al 100.000% y una tasa de desempleo de más de 80%, pocos de los que tienen trabajo quieren perder el salario de una jornada.
Aunque algunos comerciantes retrasaron la apertura de sus tiendas mientras estudiaban la situación, muchos abrieron sus puertas. Se observaban, entre tanto, largas filas en los bancos y los clientes de los supermercados hacían cola para comprar pan. El MCD, cuyo líder Morgan Tsvangirai se proclamó victorioso frente al presidente saliente Robert Mugabe en los comicios del 29 de marzo, llamó a esta huelga al ver rechazado el lunes el recurso judicial que presentó para lograr que los resultados fuesen difundidos inmediatamente. Hasta el momento, la Comisión Electoral no publicó ningún resultado de esa consulta, en la cual Mugabe, en el poder desde hace 28 años, espera obtener un nuevo mandato. El número dos del MCD, Tendai Biti, aconsejó a los partidarios de la oposición permanecer en sus hogares, para no correr el riesgo de enfrentarse a las fuerzas de seguridad. La convocatoria de una huelga general "no está destinada a entablar una confrontación física con el dictador", afirmó Biti. "Es un llamamiento a no ir a trabajar, lo que implica un mínimo riesgo", añadió.
La Policía anunció el lunes que tenía intenciones de tratar de forma "severa y enérgica" los disturbios, y que se habían desplegado no sólo efectivos policiales, sino también refuerzos militares. Durante la noche del lunes se colocaron retenes a lo largo de las rutas que llevaban al centro de la ciudad. En un puesto de control en el populoso suburbio de Mbare la policía obligaba a los pasajeros a bajar de los autobuses para registrarlos.
Día normal
No obstante, el primer día de la huelga general parecía un día normal, mientras apáticos trabajadores se dirigían a sus labores habituales. La escasa respuesta a la medida de protesta era previsible, dado que anteriores huelgas generales fueron poco seguidas. Con una inflación superior al 100.000% y una tasa de desempleo de más de 80%, pocos de los que tienen trabajo quieren perder el salario de una jornada.