Romo refleja en sus instantáneas la espontaneidad de la vida a dos ruedas

09/11/2010 - 00:00 Mar Gato

La cervecería Iwon vuelve a apostar una vez más por la cultura fotográfica con una exposición de Alfonso Romo. El fotógrafo profesional de prensa vuelve a embarcarse en una aventura expositiva, esta vez con un reportaje totalmente distinto al que nos tiene acostumbrados. La fotografía de estudio y de grandes y lejanos viajes da paso a una colección de diez fotografías más espontáneas en la que las motos y sus aficionados, la mayoría de Guadalajara, son los grandes protagonistas. La exposición, en la que se entremezcla imagen digital y analógica, puede verse en este establecimiento hostelero de la capital durante los próximos días.
La exposición puede verse en los dominios de la cervecería capitalina Iwon
Ajenas a la vez que complementarias al bullicio derivado de las idas y venidas de la clientela de una cervecería, las obras fotográficas de Alfonso Romo se abren paso entre las banquetas del bar Iwon.

Las instantáneas reflejan el estilo de vida de una afición que, aunque muy extendida en Guadalajara, no deja de ser una gran desconocida para aquellos que no la practican. Se trata de la vida a dos ruedas. Las motos, así pues, protagonizan una exposición que, más allá de pararse a detallar su estética, profundiza en la forma de ser de quienes practican este deporte al aire libre. En este sentido, Romo ha aprovechado sus salidas con dos club moteros de Guadalajara, Comadrejas y HDC, para inmortalizar los momentos más espontáneos de sus salidas. En la línea a esta predisposición, no es de extrañar que en sus imágenes los moteros queden inmortalizados en plena conducción en carretera, en descanso, retomando fuerzas tomando un caldito caliente o simplemente compartiendo conversación y experiencias con otros compañeros y amigos de afición. En otras ocasiones las fotografías recrean algunos elementos que forman parte de la cultura motera, como una chupa de cuero que recrea en su espalda la mascota del club, o una de esas hebillas que nunca pasan desapercibidas; elementos que, según los casos, sirven para marcar su pertenencia a un grupo o precisamente para lo contrario: para marcar la diferencia.

Las dos ruedas son el hilo argumental y conductor de una exposición en la que conviven fotografías realizadas en 35 milímetros y otras digitales. Diferenciar unas y otras será cuestión no demasiado difícil si atendemos a su color sepia o rojizo. Las primeras serán las que tengan una elaboración mucho más artesanal; las segundas deben su imagen a la tecnología digital. Entre ambos sistemas, Romo prefiere la primera, “no tanto por una cuestión de nostalgia”, como de calidad y resultado en la fotografía, algo que un fotógrafo profesional suele apreciar a simple golpe de vista. Profundizando aún más, la diferencia radica en el grano y el ruido de la fotografía digital frente a la profundidad y nitidez que aporta la fotografía analógica, apostilla.

De lo que no cabe duda es que este nuevo trabajo de Alfonso Romo se contrapone totalmente a la actualidad que lleva aparejada su trabajo diario en prensa. También se confronta de manera radical a los trabajos que anteriormente ha expuesto en esta misma cervecería, centrados más en la fotografía de estudio y de viajes. En este nuevo reportaje, además de la espontaneidad, puede verse a un fotógrafo mucho más libre a la hora de componer y encuadrar.

Ventana abierta al arte
La exposición de Romo permanecerá en la cervecería Iwon aún el tiempo suficiente para que todos aquellos que quieran ver cultura, acompañado de un refresco y un buen aperitivo, puedan hacerlo. Asimismo el espacio se abre a todos aquellos artistas de Guadalajara que no tengan cabida en los circuitos de las salas de arte establecidas en la capital, pero que aún quieran exponer su trabajo.