Rompiendo estereotipos: Lucía Moratilla, la única mujer en la División 1 del CEAX

04/08/2025 - 09:18 Alberto Moreno

En el mundo del motor, donde la velocidad, la precisión y la adrenalina son protagonistas, el nombre de Lucía Moratilla está empezando a sonar con fuerza. Esta joven piloto de Guadalajara, única mujer en la parrilla de la División 1 del Campeonato de España de Autocross, está empezando a dejar su huella en una disciplina tradicionalmente dominada por hombres. Acompañada por su escudería, el Autoclub La Dehesa, de Alcolea del Pinar, Lucía sigue los pasos de su padre, José Ángel Moratilla, y se consolida como una de las promesas del automovilismo español.

Nacida en Guadalajara hace 20 años, irrumpió en el panorama del autocross con una pasión heredada. Su padre, José Ángel, un experimentado piloto, ha sido una figura clave en su trayectoria, no solo como inspiración, sino también como compañero en la pista. En 2024, Lucía debutó en el Campeonato de España de Autocross (CEAX) en la categoría División 1, enfrentándose a circuitos exigentes y a competidores de alto nivel. A pesar de ser una novata, su progreso ha sido notable, destacando por su valentía y rápida adaptación a las demandas de este deporte.

Esta es la segunda temporada de Lucía en el autocross, y los cambios son palpables. “Es verdad que yo he notado muchos cambios. La primera temporada al final fue de contacto, yo nunca había conducido un coche de carreras, no tenía prácticamente ni idea de lo que era una trazada, tampoco una caja de cambios..., sabía conducir, pero no sabíamos pilotar”, explica la joven.

Etapa de aprendizaje
Los desafíos y los reveses han sido fundamentales en su aprendizaje. “Es verdad que toda la temporada pasada, los golpes, los sinsabores... me enseñaron muchas cosas y también muchas técnicas”, confiesa. Rodeada de pilotos con décadas de experiencia, Lucía ha absorbido conocimientos invaluables. “Rodearte de gente que ha corrido durante tantos años, es verdad que hace que aprendas mucho. Y también te enseñan”.

La participación simultánea  esta temporada en el Campeonato de España y el Campeonato de Castilla-La Mancha le ha brindado una perspectiva única. Con tres pruebas ya disputadas en cada campeonato, la temporada de Lucía arrancó con una experiencia singular. “Antes de empezar la temporada nos invitaron a correr en Calatayud, un circuito que no conocíamos, y fuimos para empezar la temporada allí, la primera carrera, a calentar, a coger contacto con los coches que llevamos desde noviembre sin montarnos en ellos”. Fue en Calatayud donde Lucía y su padre compartieron su primer podio, con él en primer lugar y ella en tercero. “Fue una carrera de muchísimo barro y súper diferente a lo que estamos acostumbrados a correr, pero como siempre nos lo pasamos muy bien”.

Después de la cita aragonesa, nuestra protagonista se centró ya en las dos grandes competiciones, la nacional y la regional. La diferencia de nivel entre ambos campeonatos es abismal, según Lucía. “El nivel es muy diferente. Y la exigencia. La exigencia y el nivel es muy diferente, solo con decencia. Un Campeonato de Castilla-La Mancha dura normalmente una mañana, o sea, ya sea de sábado o domingo, pero solo es una mañana. Sin embargo, el Campeonato de España son tres días, el viernes entrenos libres, que decides si los haces, pero sábado y domingo es correr durante todo el día sin parar”, relata y recuerda circuitos como el de Pineda –“Toda una catástrofe. No manejaba el coche, no conseguía siquiera meterlo en la trazada”, dice– o el de Consuegra donde estrenó el podio en esta temporada –“Era la segunda carrera que corría después de todo el invierno sin correr, salía desde última fila y tenía unos oponentes muy buenos. La carrera culminó con un segundo puesto, aunque con un sabor agridulce porque íbamos mi padre primero y yo segunda y mi padre rompió el coche y tuvo que abandonar”, comenta–. 

En este 2025 Lucía está viviendo en los circuitos más alegrías que sinsaboares. El aprendizaje de la temporada pasada y sobre todo las lecciones de su progenitor son fundamentales: “Mi padre siempre me dijo que no se puede nacer aprendido. Que hay que aprender, hay que chocarse. Y es verdad que a base de su apoyo, y que él jamás me dijo que yo no podía, jamás me regañó, simplemente me dijo que eso no se puede hacer, que lo tengo que aprender. Y para saber dónde no tengo que chocarme, me tengo que chocar primero”.
    
Superando estereotipos
Ser la única mujer y la piloto más joven en la División 1 del Campeonato de España de Autocross podría suponer un desafío adicional, pero Lucía lo afronta con madurez. “Realmente tenemos unas parrillas muy grandes, con casi 20 pilotos. Y son casi todos de la edad de mi padre y corren conmigo y como si fuese su hija. O sea, les ves que intentan adelantarme sin rozarme para no provocar un accidente”, dice, aunque añade que “también ves gente que, por lo menos en general, suele ser gente algo más joven que le molesta que les gane una mujer. Entre dos pilotos hombres se pelean por una posición y hay una pelea sana, pero si paso yo delante, no les sienta bien. Y les digo que no es porque yo sea Lucía. Si hubiese sido Pablo, te hubiese ganado igual porque en esta disciplina no predomina que sea sexo femenino o masculino, sino que predomina la destreza. Es un pilotaje igual, no importa quién esté dentro del coche”.

Lucía ha experimentado directamente este “pique” por ser mujer. “He oído comentarios de decir, ¿cómo puede ser que yo haya quedado octavo y tú quinta? ¿Cómo lo has hecho? Como si yo hiciese magia. Si yo gano a otro piloto es porque él ha cometido un fallo que tú no has cometido. O quizá porque en una curva tú has entrado más rápido y él más lento. En una recta has arriesgado más que él. Simplemente es cuestión de destreza”.

El futuro
En cuanto a las clasificaciones actuales, Lucía muestra optimismo. “En el Campeonato de Castilla-La Mancha vamos muy bien. Yo estoy súper sorprendida. Voy segunda de Castilla-La Mancha  y espero terminar la temporada en el podio”, avanza.

El autocross es, para Lucía, una adición. “Realmente es adictivo. O sea, cada temporada que pasa te enganchas más. Pero simplemente es porque ves que avanzas. Yo cuando empecé a correr me conformaba con terminar. Luego me empecé a conformar con que no me doblasen. Y ahora lo que quiero es estar en el medio y después buscaré los podios. Esto engancha. Cada vez quieres más, cada vez das más. Además, notas que cada vez vas más rápido, que puedes con más oponentes que al principio”.
    
Deporte muy caro
Sobre el entrenamiento, Lucía explica las limitaciones. “Realmente en el día a día no competimos. No entrenamos tampoco, ni siquiera tenemos contacto con los coches. Simplemente los bajamos del camión, los lavamos y los preparamos para la siguiente carrera. Es un deporte muy caro. Al final no te puedes permitir cambiar de ruedas, son carísimas. El coche gasta muchísimo y no solo gasolina. Si te das un golpe y rompes es muy cara la reparación”. 

Lucía Moratilla, con su talento y determinación, no solo compite en el autocross, sino que también se ha convertido en un estandarte de la visibilidad del deporte del motor en Guadalajara. Con la mirada puesta en los próximos desafíos, la piloto confía en seguir cosechando éxitos y, quién sabe, quizás en un futuro cercano, verla en lo más alto del podio del Campeonato de España.

La pasión por el mundo del motor

Desde pequeñita Lucía Moratilla vivió en casa la pasión por los deportes de motor. Ahora, a sus 20 años, está convirtiendo su gran sueño en realidad. Actualmente participa en el Campeonato de España de Autocross y en el de  Castilla-La Mancha, tras el que espera conseguir un lugar en el podio en las clasificaciones finales.

La influencia de su padre

José Ángel Moratila es uno de los históricos del mundo del motor en Guadalajara. Comenzó a correr en 1996 y partir de ahí fue doble campeón de Castilla-La Mancha y también participó en el Nacional. Tras un largo paréntesis ha vuelto a los circuitos con su hija Lucía. “Todo esto, siempre va a ser gracias a mi padre. Cuando nosotras nacimos, por razones obvias, económicas y por familia lo tuvo que dejar y ahora ha regresado”, destaca la piloto.
La chispa del autocross se reavivó cuando Lucía cumplió la mayoría de edad. “Al poco tiempo de cumplir los 18, empezamos a ver que el autocross seguía en pie y empezamos a viajar a ver carreras. Y de simples espectadores, se lanzaron a la aventura. “En todas las carreras estábamos allí, conocíamos a los pilotos y pasábamos por los podios, veíamos a las familias disfrutando y lo veíamos tan lejos... pero ahora estamos ahí”.
Padre e hija comparten la pasión sobre la pista. “Lo empezamos como un sueño y ahora la gente se acerca y nos ve como nosotros les veíamos a ellos. Yo ahora mismo estoy cumpliendo ese sueño al correr un campeonato de España y con mi padre como compañero”, concluye.