Sacedón es patrimonio, naturaleza y deporte

07/02/2022 - 12:27 Redacción

Sacedón es oxígeno a una hora de Madrid, Sacedón es verde y azul, un entorno maravilloso para practicar deporte al aire libre. Con más de 100 kilómetros de nuevas rutas señalizadas por sus montes para realizar a pie o en bicicleta; forma parte del proyecto Zona Zentro, que comunica con otros municipios como Trillo, Brihuega y Cifuentes a través de rutas MTB.

Es sede de numerosos encuentros deportivos, como el Desafío Alcarria, la prueba más importante de MTB de Guadalajara que reúne cada año a miles de aficionados al ciclismo de montaña. Los motoristas van a Sacedón por las sinuosas curvas que ofrece y por cita anual que este año, si la pandemia lo permite, celebrará su décima convocatoria: “A los huevos fritos con patatas”, una jornada para que los enamorados del motociclismo se junten y disfruten del más sencillo lujo de la gastronomía castellana.

No muy lejos de la Ferrata encontramos el puente romano, que cruza el río Tajo uniendo los términos de Auñón y Sacedón y nos recuerda la leyenda de Juan Martín Díez, El Empecinado, que lo conquistó el 23 de marzo de 1811 para arrebatarle a los franceses la única manera de cruzar el otrora orgullo de la península, su río más largo.

Deportes acuáticos como piragüismo, windsurf, wakeboard o paddle surf; la Vía Ferrata Boca del Infierno, un nombre bravo que nos recuerda el precioso paisaje que se abre bajo nuestros pies cuando la cruzamos: la parte más profunda y azul del embalse de Entrepeñas.

Muy cerca, unas antiguas vías que nos recuerdan la construcción de la gigantesca presa nos conducen a una de las mejores zonas de baño de la provincia de Guadalajara, con aguas cristalinas y una plataforma flotante para disfrute de pequeños y mayores.

Quien nos visite descubrirá también el Monasterio de Monsalud, cuyos muros resguardan el recuerdo de los monjes blancos del Císter, sus moradores desde el siglo XII hasta el XIX. El monasterio fue uno de los más importantes de España, foco de peregrinación para curar los melancólicos males del corazón; también los endemoniados.

Visita obligada son la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, con un coro que constituye una de las obras más importantes de la arquitectura castellana del siglo XVI; las ermitas de la Santa Cara de Dios y del Socorro y los monumentos del Sagrado Corazón de Jesús y del Rollo Trujillo, una réplica exacta del situado en Cáceres.

Quien quiera fiesta, las Ferias de Primavera (mayo-junio) acogen un festival nacional de charangas que, bajo el lema ‘La Magia de la Luz, el Agua y la Música’, atrae la atención de cientos de visitantes cada año; también los festejos populares de las fiestas de la Cara de Dios (a finales de agosto). Además, para los que un día les resulte poco para disfrutar de esta amplia oferta paisajística y de ocio, la localidad ofrece gran variedad de lugares donde hospedarse y disfrutar de ricos platos de la cocina tradicional.