Sampedro recibe la Medalla de Honor de la Complutense

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El prestigioso economista y escritor, José Luis Sampedro, recibió ayer la máxima distinción de la Universidad Complutense de Madrid, la Medalla de Honor, como tributo a su labor académica y a la vinculación que ha tenido con este centro, desde que hace 60 años formara parte de la primera promoción de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas.
“Un profesor comprometido que, además de otras muchas cosas, enseñaba a ser persona”, resumió el rector de la Universidad, Carlos Berzosa, antes de dar paso al “economista inconformista” José Luis Sampedro, quien pronunció el discurso ‘Sesenta años después’, en el que reflexionó sobre el paso del tiempo y el valor del humanismo. “No puedo imaginar un honor más grande; otros honores más rimbombantes no valen para mí lo mismo que éste”, celebró, arrancando el aplauso de los asistentes.
Ante un auditorio desbordado de alumnos, algunos de los cuales se vieron obligados a ocupar los pasillos, Sampedro fue desgranando su conferencia, demostrando tener intactos, a sus 91 años, la vitalidad, la lucidez y el sentido del humor que siempre le caracterizaron.
Sampedro dijo haber descubierto el verdadero don de la libertad cuando, durante la Guerra Civil, se alistó a un batallón anarquista. Durante este periodo, se definió como “un aprendiz” que quería demostrarse a sí mismo “hasta donde llegaba”. “La idea de la vida era hacerse lo que se es”, apostilló.

Humanista
Su actitud y disposición le llevaron a ser el “primer estudiante” que recién salido de las aulas universitarias, obtendría la cátedra de Estructura e Instituciones económicas en la Universidad Complutense.
El maestro se definió como un “humanista”, concepto que comenzó a “deslumbrarle” cuando tuvo conocimiento de aquellos hombres “luminosos” que “lucharon por conseguir la libertad del pensamiento” en una Europa dominada por el feudalismo y el poder de la jerarquía eclesiástica. “El humanista, el que ama esta vida, evoluciona”, declaró.
A continuación, el autor de La sonrisa etrusca (1985) y Octubre, octubre (1981) recordó las palabras de Francis Bacon, quien afirmó: El conocimiento es poder, y se dispuso a recalcar la relevancia de la razón y la ciencia. “Los seres humanos mucho más que movidos por las verdades, estamos movidos por las creencias”, apostilló.