Se puede ser infeliz simplemente si no sale el sol
01/10/2010 - 09:45
Por: ANGÉLICA MARTÍNEZ. COLPISA
Es una de las actrices francesas triunfadoras en Hollywood. Lo hizo con Azul, La insoportable levedad del ser y sobre todo con El paciente inglés, filme con el que logró un merecido Oscar hace poco más de una década.Siempre cautivadora e inteligente, a sus 44 años se encuentra en la plenitud de su vida personal y profesional y no tiene pelos en la lengua a la hora de considerar al presidente francés, Nicolás Sarkozy, como un nuevo Napoleón.
Este miércoles estrena en España Como la vida misma, de Peter Hages, una comedia romántica sobre las sorpresas del amor.
Su compañero de reparto, Steve Carrell (Pequeña Miss Sunshine), ha reconocido que estaba muy nervioso el día que la conoció porque es un gran admirador suyo.
Sí, es cierto, estaba más nervioso que yo. Él y el director Peter Hages grabaron el encuentro para la posteridad.
¿Qué fue lo que más le atrajo de su personaje?
Todos los personajes que interpreto tienen algo de mí, tal vez por eso me gustan.
¿Y en este caso?
Mi personaje quiere ser parte de la familia, el no tener una propia es muy doloroso para ella. Por eso trata de ser perfecta, de gustarle a todo el mundo, necesita ser querida. Detrás de la fachada esconde sus verdaderas necesidades.
¿Es muy escrupulosa a la hora de elegir al compañero con el que va a compartir escenas románticas?
No, para nada. Como actriz me dejo llevar por la visión y la imaginación del director. ¿Quién iba a pensar que Steve y yo íbamos a estar juntos en la misma película? Cuando vine a Los Ángeles desde París para encontrarme con Steve el director nos hizo cantar a los dos en el restaurante para romper el hielo. Me sentí muy cómoda y muy ridícula. Como actriz me gustan los retos, sobre todo cuando me toca interpretar personajes que nunca he hecho antes.
Sus compañeras que han superado los 40 años se quejan mucho de que no hay papeles para ellas.
No fue algo premeditado, simplemente ocurrió así. Es cierto que como actriz no debes exigir demasiado, sobre todo a nuestra edad (risas). Pero es maravilloso encontrar cinco guiones de tanta calidad como los que yo logré el año pasado.
¿Qué le gusta hacer cuando no trabaja?
Me gusta viajar siempre que puedo. Hace poco fui a Perú e Irán, estuve en Teherán y luego en Praga y Budapest.
¿Qué impresión se llevó de su viaje a Teherán?
Que las mujeres, aunque tienen que llevar velo, son como las italianas, mandan dentro de sus casas (risas). Sus hogares están llenos de vida, si lees su historia, su cultura, es rica, fascinante, sus filósofos y místicos desde la Edad Media son sensacionales. Es una cultura inmensamente perceptiva del mundo. Deberíamos de aprender de ellos.
¿Es feliz viviendo en París?
Se puede ser infeliz simplemente si no sale el sol el día que quieres estrenar una blusa. Personalmente no me alegró que Sarkozy ganara las elecciones, es un nuevo Napoleón. Pensé que nos habíamos desecho de él pero ha regresado, es un emperador dentro de una democracia. Soy una mujer que se interesa por la política, pero no me gusta quejarme mucho porque la vida de cada uno es más importante que todo eso.
¿Es Hollywood un seguro de trabajo para los actores europeos?
Si algo no ofrece Hollywood es seguridad. Yo empecé a trabajar allí con La insoportable levedad del ser un filme hecho con dinero americano y actores europeos. Harvey Weinstein en aquellos momentos distribuía películas europeas en América y así le conocí, se hizo cargo de mis películas francesas y después apareció en mi vida la película El paciente ingles, que fue un gran éxito, gané un Oscar y todo cambió en mi carrera.
Su compañero de reparto, Steve Carrell (Pequeña Miss Sunshine), ha reconocido que estaba muy nervioso el día que la conoció porque es un gran admirador suyo.
Sí, es cierto, estaba más nervioso que yo. Él y el director Peter Hages grabaron el encuentro para la posteridad.
¿Qué fue lo que más le atrajo de su personaje?
Todos los personajes que interpreto tienen algo de mí, tal vez por eso me gustan.
¿Y en este caso?
Mi personaje quiere ser parte de la familia, el no tener una propia es muy doloroso para ella. Por eso trata de ser perfecta, de gustarle a todo el mundo, necesita ser querida. Detrás de la fachada esconde sus verdaderas necesidades.
¿Es muy escrupulosa a la hora de elegir al compañero con el que va a compartir escenas románticas?
No, para nada. Como actriz me dejo llevar por la visión y la imaginación del director. ¿Quién iba a pensar que Steve y yo íbamos a estar juntos en la misma película? Cuando vine a Los Ángeles desde París para encontrarme con Steve el director nos hizo cantar a los dos en el restaurante para romper el hielo. Me sentí muy cómoda y muy ridícula. Como actriz me gustan los retos, sobre todo cuando me toca interpretar personajes que nunca he hecho antes.
Sus compañeras que han superado los 40 años se quejan mucho de que no hay papeles para ellas.
No fue algo premeditado, simplemente ocurrió así. Es cierto que como actriz no debes exigir demasiado, sobre todo a nuestra edad (risas). Pero es maravilloso encontrar cinco guiones de tanta calidad como los que yo logré el año pasado.
¿Qué le gusta hacer cuando no trabaja?
Me gusta viajar siempre que puedo. Hace poco fui a Perú e Irán, estuve en Teherán y luego en Praga y Budapest.
¿Qué impresión se llevó de su viaje a Teherán?
Que las mujeres, aunque tienen que llevar velo, son como las italianas, mandan dentro de sus casas (risas). Sus hogares están llenos de vida, si lees su historia, su cultura, es rica, fascinante, sus filósofos y místicos desde la Edad Media son sensacionales. Es una cultura inmensamente perceptiva del mundo. Deberíamos de aprender de ellos.
¿Es feliz viviendo en París?
Se puede ser infeliz simplemente si no sale el sol el día que quieres estrenar una blusa. Personalmente no me alegró que Sarkozy ganara las elecciones, es un nuevo Napoleón. Pensé que nos habíamos desecho de él pero ha regresado, es un emperador dentro de una democracia. Soy una mujer que se interesa por la política, pero no me gusta quejarme mucho porque la vida de cada uno es más importante que todo eso.
¿Es Hollywood un seguro de trabajo para los actores europeos?
Si algo no ofrece Hollywood es seguridad. Yo empecé a trabajar allí con La insoportable levedad del ser un filme hecho con dinero americano y actores europeos. Harvey Weinstein en aquellos momentos distribuía películas europeas en América y así le conocí, se hizo cargo de mis películas francesas y después apareció en mi vida la película El paciente ingles, que fue un gran éxito, gané un Oscar y todo cambió en mi carrera.