Sergio Dalma desata la locura en Guadalajara
Aliñado por una madurez bien llevada y un renovado atractivo, en el que tienen mucho que ver las canas que pueblan su ya casi extinta negra cabellera, Sergio Dalma aparecería anoche sobre el reconvertido escenario cinematográfico del teatro auditorio Buero Vallejo para presentar su último trabajo, Vía Dalma, un álbum con el que ha vuelto a poner de plena actualidad algunas de las canciones más insignes del romanticismo italiano. Con su presencia se desató la locura entre el público, que no paró de gritar, bailar, dar palmas y hacerle fotos.
Complicidad, ternura y arrumacos fueron los recursos utilizados por el cantante catalán para conectar e interactuar con los espectadores que ocupaban el patio de butacas, más intergeneracional que nunca, y a los que invitó a interpretar junto a él canciones incluidas en su último trabajo como Y tú, una de las melodías más aplaudidas durante el concierto.
Para regocijo de sus fans, en dos ocasiones el cantante saltó al patio de butacas para, entre compás y compás, saludar e incluso besar a sus incondicionales, lo que a buen seguro muchas recordarán tanto como sus canciones.
Y si la primera parte del espectáculo musical se caracterizó por el romanticismo, la segunda lo sería por la emotividad despertada por el recuerdo de las canciones que han ido labrando la propia historia personal de Josep Capdevila Querol y la profesional, para la que tomó el nombre artístico de Sergio Dalma hace ahora 23 largos años.
En este breve pero intenso recordatorio por su vida no faltarían las melodías que le han empujado a subir a pasos agigantados los peldaños hasta situarse en el pedestal en el que hoy se encuentra, entre ellas Bailar pegados, Solo para ti, Esa chica es mía o Galilea, con la que cerró un apoteósico concierto.