Sólo una queja técnica impediría a Aquino ganar en las generales

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
FILIPINAS
Benigno Noynoy Aquino tiene todas las de ganar en las elecciones generales que tendrán lugar este lunes en Filipinas, para las que parte con una ventaja estimada de 22 puntos sobre el segundo candidato, una distancia que quizás no sea tan contundente al término de los comicios, pero desde luego sí suficiente para convertirse en el sucesor de Gloria Macapagal Arroyo como 15º Presidente de Filipinas, si las máquinas de votación, objetivo de numerosas críticas por sus constantes averías, funcionan correctamente.
La victoria de Aquino va a permitir, sobre el papel, una suave transición de Gobierno, y un amplio margen de maniobra al nuevo ejecutivo para abordar la necesaria reforma fiscal en el país. Sin embargo, queda por despejar la incógnita que presenta el nuevo sistema de votación electrónico que ha llevado a la retirada de 76.000 máquinas de recuento de voto, por problemas en la lectura de las papeletas.
La enorme ventaja del senador Aquino, hijo de la fallecida presidenta Corazón Aquino y máximo representante del Partido Liberal, quizás no termine siendo tan acentuada, pero desde luego sus principales contendientes --el expresidente Joseph “Erap” Estrada, el diputado Manuel “Manny” Villar y el ministro de Defensa, Gilberto “Gibo” Teodoro-- carecen del potencial necesario para plantear una alternativa. “Según las encuestas, la ventaja de Aquino es formidable, pero el resultado final podría no reflejar los sondeos de opinión”, según el analista político Antonio Gatmaitan, quien de todas formas espera que Aquino se haga con la victoria con cerca de dos millones de votos de diferencia, una cuarta parte del margen indicado por las sondeos. Más de 50 millones de filipinos están llamados a las urnas. Aquino tiene de su parte a un enorme conglomerado eclesiástico, la llamada Iglesia de Cristo, que compensa la falta de solidez en su estructura política, que sí tienen por ejemplo Villar o Teodoro. “El voto de la Iglesia es la clave de estos comicios”, señaló el miembro del Instituto para las Reformas Políticas y Electorales, Earl Parreno. El apoyo de la iglesia garantiza a Aquino cerca de dos o tres millones de votos. El país vivió su último día de campaña el pasado viernes, cuando Aquino y sus rivales celebraron sus mítines finales, en los que han intentado arañar las últimas papeletas, después de tres meses de planificación electoral en los que los partidos han intentado entablar alianzas políticas.

El factor económico sale a colación porque Filipinas se ha visto especialmente afectada por el pánico global a los problemas de la deuda griega. La moneda filipina se podría ver seriamente devaluada si Aquino no consolida la confianza de su nuevo Gobierno. “El mejor escenario posible”, explica el director de investigación de AB Capital Securities, Jose Vistan, “pasa por celebrar elecciones pacíficas y que el resultado sea aceptado por todos, o de lo contrario podría registrarse cierto impacto negativo en los mercados financieros”.