Tradicionalismo en la romería de la Inmaculada

04/06/2011 - 12:14 O. Escarpa

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Foto: OSCAR ESCARPA
Al final de la homilía se repartieron los tradicionales panes 
Desde hace casi tres décadas, durante el último domingo de mayo se viene celebrando en Atanzón la romería de la virgen. Ésta tiene lugar como es costumbre en la vega, en el paraje de la Rasera, junto al río Ungría, en donde en esta época del año se puede contemplar una de las mejores estampas de todo su entorno para pasar un espléndido día de campo. Allí hace años se adecentó una explanada para convertirla en una magnífica pradera en la cual también se plantaron numerosos ejemplares arbóreos de distintas especies que hoy día permiten disfrutar de la sombra que proporcionan en días soleados.
 Por la mañana, las mujeres del pueblo se concentraron en la plaza Mayor para bajar a hombros la imagen de la Inmaculada hasta la vega. Una vez llegados allí, en la zona más alta del recinto y sobre el pétreo altar, el párroco de la villa celebró la popular misa campera, en la que los paraguas finalmente se dejaron ver, esta vez por la lluvia, sin que ello provocara su suspensión.
 Durante el acto se pudo disfrutar de la presencia de algunas jóvenes ataviadas con el traje típico de alcarreña, así como de algún niño, lo que hizo recordar a muchos como antiguamente la mayoría de los más pequeños de la localidad también los lucían para esta ocasión. Al finalizar la homilía, los tradicionales panes que se llevaron como ofrenda a la virgen fueron repartidos entre todos los asistentes.
 En el momento del almuerzo, los atanzoneros compartieron una agradable comida campera, junto a familiares y amigos, bajo los chopos y sauces hasta la media tarde, momento en el que la carroza con la imagen de la Purísima retornó hasta el pueblo para de nuevo custodiarla en la ermita de la Concepción hasta que llegue otra vez al año que viene el mes de la virgen.