Tráfico estudia permitir que menores acompañados puedan conducir

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MATEO BALÍN. COLPISA
El proyecto de Tráfico no es novedoso, si bien la DGT ya se había planteado en otras ocasiones incorporar la figura del conductor acompañante siguiendo el modelo que desde hace años aplica Estados Unidos o, más recientemente, algunos países comunitarios.
La razón que más pesa entre sus responsables es el carácter formativo y educativo de la medida, que, además, redundaría de forma positiva en la industria automovilística, una de las grandes afectadas por el frenazo económico.
Es más, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reunió ayer con las cuatro principales asociaciones del sector del automóvil para tratar temas relacionados con la seguridad vial. Sin embargo, fuentes de la DGT dejaron claro horas después del anuncio que “tan sólo es una posibilidad, lo que no quiere decir que se acabe llevando a cabo”.
En un foro del Race sobre accidentes del tráfico laborales, Pere Navarro había dicho que la idea del conductor acompañante “parece razonable, pues todos los países nos hablan positivamente de ella, con lo cual, sin ser una prioridad, es un tema a profundizar”.

Correr por placer
El anuncio de Navarro dejó en un segundo plano los resultados del segundo estudio del Race sobre conducción y prevención de los riesgos laborales, según el cual los conductores españoles se muestran conscientes de la peligrosidad del exceso de velocidad –un 84% cree que los accidentes se reducirían si no se corriese tanto-, aunque la rutina es no hacer caso a los límites establecidos.
Además, la mitad de los entrevistados aseguró que corre por placer y no por necesidad. Una conducta que los conductores justifican en que los límites de velocidad estipulados “no son los adecuados”, porque “mi vehículo me permite circular a más velocidad” o porque “soy un conductor hábil”. El fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, se ha referido a estas últimas razones al decir que “el por qué” de los excesos de velocidad radica en el “propio conductor”.
El estudio revela que la ignorancia es otro de los vínculos entre velocidad y conducción. El 32 % de los conductores desconoce el hecho de que el límite de velocidad en ciudad es de 50 km/h, el 62% no sabe cuál es el límite en las carreteras convencionales y el 12% ignora el de las autopistas y autovías.
Asimismo, una gran mayoría desconoce los límites que establece la reforma del Código Penal -que tipifica como delito el rebasar los 110 kilómetros por hora en ciudad, los 180 en carretera convencional y los 200 en autopista- y cree que se considera delictivo circular a velocidades incluso menores.