Trapiello desnuda la personalidad de José Bergamín
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
El escritor Andrés Trapiello desnuda la personalidad poliédrica del escritor José Bergamín en la obra Claro y difícil dentro de la Colección Obra Fundamental de la Fundación Banco Santander.
Para Trapiello, los errores políticos de Bergamín no deben ensombrecer su obra literaria, y sobre todo, su poesía de raíz romántica que permanecerá en el tiempo, aseguró.
Este antología se compone de nueve libros de poesía, tres textos taurinos, tres volúmenes de aforismos y 25 ensayos literarios, que son una reinterpretación de los clásicos desde San Juan a Bécquer, pasando por el teatro de Calderón, Lope o Cervantes.
Trapiello calificó de farragosos algunos de sus ensayos pero subrayó la calidad de los ensayos menores o sus escritos taurinos, que son una de sus grandes aportaciones, indicó Trapiello,.Bergamin (1895-1983) ensayista, editor y miembro de la Generación del 27, fue descrito por Trapiello como un hombre, divertido e ingenioso, capaz de ser al mismo tiempo seductor y diablo, cuyo error fue no diferenciar entre política, amigos y literatura.
Estalinista
En este sentido, advirtió que ni la guerra ni los cambios políticos le hicieron abandonar su defensa radical del comunismo, que le llevó a utilizar la frase: con los comunistas hasta la muerte, ni un paso más. Como político, no se pudo equivocar tanto y tantas veces, reconoció Trapiello, quien llegó a calificar la ideología de José Bergamín como estalinista. En este sentido, resaltó que sus ideas políticas le pasaron factura y por ello Octavio Paz decidió que no se le concediera el Premio Cervantes, cinco minutos antes del acto de entrega, para otorgárselo a Luis Rosales. Bergamín, quien perteneció a los solitarios del 27 según Trapiello, fue rechazado también por esta generación de poetas a la que él mismo había descrito como una generación epigonal del 98.
Durante la guerra, se marchó exiliado a Francia, Méjico, Venezuela y Uruguay, de donde regresó a finales de los 50, para exiliarse de nuevo en Francia, tras un enfrentamiento con las autoridades.
José Bergamín fue republicano en las primeras elecciones democráticas y los últimos años de su vida los vivió en el País Vasco. Allí colaboró en el periódico Egin y en la revista Punto y Hora de Euskal Herria, situándose políticamente al lado de la izquierda abertzale.
Este antología se compone de nueve libros de poesía, tres textos taurinos, tres volúmenes de aforismos y 25 ensayos literarios, que son una reinterpretación de los clásicos desde San Juan a Bécquer, pasando por el teatro de Calderón, Lope o Cervantes.
Trapiello calificó de farragosos algunos de sus ensayos pero subrayó la calidad de los ensayos menores o sus escritos taurinos, que son una de sus grandes aportaciones, indicó Trapiello,.Bergamin (1895-1983) ensayista, editor y miembro de la Generación del 27, fue descrito por Trapiello como un hombre, divertido e ingenioso, capaz de ser al mismo tiempo seductor y diablo, cuyo error fue no diferenciar entre política, amigos y literatura.
Estalinista
En este sentido, advirtió que ni la guerra ni los cambios políticos le hicieron abandonar su defensa radical del comunismo, que le llevó a utilizar la frase: con los comunistas hasta la muerte, ni un paso más. Como político, no se pudo equivocar tanto y tantas veces, reconoció Trapiello, quien llegó a calificar la ideología de José Bergamín como estalinista. En este sentido, resaltó que sus ideas políticas le pasaron factura y por ello Octavio Paz decidió que no se le concediera el Premio Cervantes, cinco minutos antes del acto de entrega, para otorgárselo a Luis Rosales. Bergamín, quien perteneció a los solitarios del 27 según Trapiello, fue rechazado también por esta generación de poetas a la que él mismo había descrito como una generación epigonal del 98.
Durante la guerra, se marchó exiliado a Francia, Méjico, Venezuela y Uruguay, de donde regresó a finales de los 50, para exiliarse de nuevo en Francia, tras un enfrentamiento con las autoridades.
José Bergamín fue republicano en las primeras elecciones democráticas y los últimos años de su vida los vivió en el País Vasco. Allí colaboró en el periódico Egin y en la revista Punto y Hora de Euskal Herria, situándose políticamente al lado de la izquierda abertzale.