Tres familias de Cabanillas se unen para prolongar la escolarización de sus hijos con discapacidad

16/12/2016 - 17:27 D.Pizarro

Con 21 años y tras finalizar la etapa educativa en el colegio de educación especial Virgen del Amparo, muchas familias se ven obligadas a concluir la formación de sus hijos con discapacidad. Así es por la falta de plazas en centros ocupacionales y de día. 

La escolarización de los jóvenes con algún tipo de discapacidad, y que por tanto necesitan una educación especial, finaliza a los 21 años. A esa edad, deben comenzar su formación en centros de terapia ocupacional o de día. Sin embargo, la falta real de plazas complica continuar con una preparación esencial para su día a día. 
    Pese a todo, hay padres que, lejos de quedarse de brazos cruzados, mueven cielo y tierra para que sus hijos reciban la atención que necesitan. Avelina Revilla es un ejemplo de ello. Su hijo, Nacho García Revilla, cumplió en agosto los 21 y concluyó sus estudios en el colegio de educación especial  Virgen del Amparo, de Guadalajara. “Nos asignaron plaza en el centro de Yunquera, y aunque sea duro decirlo, mi hijo no tendrá hueco hasta que fallezca uno de los usuarios actuales”. Porque, como denuncia Avelina Revilla, “no se crean más plazas ni más centros para personas con discapacidad”. 
    Pero el pasado año, un grupo de padres de alumnos del colegio Virgen del Amparo decidieron poner en marcha una asociación para defender los derechos de sus hijos. Finalmente optaron por sumarse a la asociación Caminando, creada en Azuqueca hace un par de años por padres de niños con diversas discapacidades. Y de aquí salieron tres familias que tenían la necesidad de buscar una alternativa de formación a sus hijos ya mayores de 21 años. 


    “Estábamos dispuestos a pagar a un profesional para que nuestros hijos ocuparan su tiempo aprendiendo”, explica Avelina Revilla. Así, el 5 de septiembre comenzaron los talleres en horario de 9.00 horas a 15.00, en un espacio cedido por el Ayuntamiento de Cabanillas, –municipio en el que residen estas familias– en el centro de mayores. Rafael Martínez es el psicólogo que se encarga de impartir las clases de lectura, manualidades, pintura... “Estoy encantada de la vida porque Nacho está feliz”, afirma esta madre, quien añade que “la opción de mi hijo era quedarse en casa delante de la televisión”. Por ello, los 200 euros que han de sumar a la pensión de su hijo para costear estos talleres, no le parece “caro”. “Quiero que otros padres que estén en nuestra situación sepan que tenemos que movernos, porque, si no hacemos esto ahora, no llegaremos a ningún sitio”. Entiende, no obstante, que haya padres que no puedan realizar este esfuerzo económico, “pero tiene que quedar claro que nuestros hijos han de estar activos socialmente, como Nacho, que sigue presente y tiene su espacio”. Por ello, insta a la agrupación de familias en esta situación, “porque entre todos sí podremos”. 
    Encontrar a Rafael Martínez, el responsable del taller, fue fruto de la casualidad. “Envió un currículum al colegio Virgen del Amparo, pero en primer lugar contactamos con otra chica que finalmente no nos respondió”. Ahora, Avelina Revilla está encantada con la evolución de los chicos y la entrega de Rafael. “Que mi hijo se levante corriendo por la mañana para ducharse y llegar pronto a las clases es algo increíble”, explica. 
    Asimismo, los padres de estos chicos agradecen el apoyo del Ayuntamiento de Cabanillas, “porque en cuanto les planteamos le proyecto nos apoyaron y nos cedieron el local”.  


    Y para celebrar estos tres meses que lleva el taller en marcha, han organizado un evento que tendrá lugar hoy día 1 de diciembre de 18.00 a 20.00 horas en el centro polivalente del municipio – glorieta Mario Pozo–. En primer lugar, Rafael Martínez impartirá una charla-coloquio sobre las actividades que llevan a cabo en el taller, la labor del cuidador y la importancia de trabajar la autonomía en las personas para mejorar la calidad de vida de las familias. Además se realizara una exposición con los trabajos que han realizado sus tres alumnos: Nacho García, Alicia Malo y Antonio Romero. Todo ello en colaboración con Caminando, asociación a la que estos padres agardecen su apoyo para llegar hasta aquí, “en especial a Juan Carlos”, recalcan.