Último adiós del Congreso al ex presidente Calvo-Sotelo

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: Redacción
El Congreso de los Diputados despidió ayer con honores de Estado los restos mortales de Leopoldo Calvo-Sotelo, segundo presidente del Gobierno de la democracia, cuyo cadáver fue trasladado después hasta la localidad lucense de Ribadeo, donde fue enterrado.
A primera hora de la mañana, José Luis Rodríguez Zapatero presidió en la cámara baja, junto a los presidentes del Congreso y el Senado, José Bono y Javier Rojo, el último homenaje al ex mandatario fallecido.
La capilla ardiente de Calvo-Sotelo, instalada el domingo por la mañana en el Salón de los Pasos Perdidos de la cámara baja, cerró a las nueve de la mañana. Las principales autoridades del Estado y cientos de ciudadanos acudieron el domingo al velatorio en un goteo constante para dar el último adiós al ex presidente y transmitir sus condolencias a la familia. Minutos antes de su clausura, la viuda, Pilar Ibáñez-Martín, y los hijos de Calvo-Sotelo, que se turnaron durante toda la noche en la capilla, se acercaron al ataúd para verle por última vez y decirle adiós.
La urna de color marrón, cubierta con la bandera roja y gualda, fue sacada a hombros del Congreso por la puerta de Los Leones al son del himno de España por un grupo de militares, que la depositaron sobre un armón. Ya en el exterior, las autoridades, allegados y ciudadanos guardaron un minuto de silencio y una escuadra de honores formada por militares de Tierra, Mar y Aire, y de la Guardia Civil, desfiló ante el féretro, que fue conducido a continuación a la plaza de Neptuno, donde hubo un toque de oración y salvas de honor.
Los restos del ex presidente fueron introducidos después en un coche fúnebre que los trasladó hasta la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde fueron embarcados en un avión del Ejército del Aire que los llevó hasta el aeropuerto de Asturias. Desde allí, un coche fúnebre se encargó de conducirlos hasta el municipio lugués de Ribadeo, al que el fallecido estaba muy vinculado y del que era alcalde honorario, para recibir sepultura.
El presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, presidió en Ribadeo la recepción del féretro, que pasadas las tres de la tarde quedó expuesto en el Salón de Plenos del ayuntamiento tras recorrer algunos de los lugares más unidos a sus memoria, como la avenida que lleva su nombre y las proximidades de su casa.