Un albalateño aprovecha unas cuevas para hacer estancias bioclimáticas

04/06/2011 - 22:00 A. Villalba

 
Ha construido doce cuevas habitables para ampliar su alojamiento 
El hotel Las Nubes, en su nueva ampliación, ha adaptado cuevas semienterradas que permiten  una  temperatura estable de 20 grados centígrados durante todo el año.
 Recuperar el modo de edificar del pasado puede ser una excelente fórmula para conseguir objetivos tan diferentes como la eficiencia energética, la innovación y la diferenciación en el mercado. Es el caso del hotel rural Las Nubes, en Albalate de Zorita.
 Ante la necesidad de ampliar las instalaciones, la opción, en vez de agrandar el edificio central, fue hacer nuevos alojamientos en unas cuevas semienterradas. La idea nació basándose en las muchas bodegas hechas en cuevas que hay en los pueblos de alrededor. Donde hay una temperatura exterior de 25 grados, pasas a 20 grados.
 Fundamentándose en las mismas, ha realizado 12 cuevas bioclimáticas, que tienen una temperatura de 20 grados estable en invierno y en verano, logrados simplemente aplicando técnicas de construcción. Bajo el suelo de cada una hay un espacio, un sótano, que acoge una masa de aire. 
 En invierno es más calido y se filtra a la habitación por unas rejillas. Para que haya circulación, las estancias tienen un tragaluz con un respiradero.
 En verano, el ambiente es fresco porque ese mismo aire del sótano  está  a menos temperatura y empuja al aire caliente hacia el respiradero. Es un principio similar al de la geotermia. Según los cálculos, con este tipo de construcción ahorran entre un 60 y un  70 por ciento de energía, frente a un sistema convencional. Y por si alguien lo necesita, hay sistemas complementarios de climatización. Además, están dotadas de equipos solares para calentar el agua y de un sistema de fosas donde se recogen las aguas grises que, tras filtrarse, se emplean para regar.
 Desde que inauguraron las cuevas bioclimáticas, los clientes las prefieren a las habitaciones del edificio antiguo, porque son muy calidas. Las paredes están acabadas en yeso, los muebles son de obra y las maderas están tratadas con aceite de teca, sin barnices. Como complemento, la cocina se surte de un huerto ecológico.