Un asesor militar de los camisas rojas, herido en incidentes en Bangkok
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Un asesor militar de los manifestantes del grupo opositor tailandés Frente Unido por la Democracia y contra la Dictadura (UDD), conocidos como los camisas rojas, resultó ayer herido de bala en la cabeza durante los incidentes violentos que se están produciendo en Bangkok, en cuyo distrito empresarial se han oído este jueves una explosión y varios disparos de armas automáticas.
Jattiya Sawasdipol, un antiguo especialista militar encargado de la seguridad en el lugar donde están acampados los manifestantes, ha sido ingresado en un hospital, en la unidad de cuidados intensivos, según informaron el Servicio Médico de Emergencias de Narenthorn y fuentes médicas. Jattiya, más conocido como Seh Daeng (Comandante Rojo), tiene fieles seguidores entre los camisas rojas, pero el Gobierno tailandés le ha calificado de terrorista y le acusado de participar en decenas de ataques con granada que han dejado heridas a más de 100 personas.
En opinión de Anthony Davies, consultor de seguridad de IHS-Janes, es un claro intento de decapitar a la dirección militar de los camisas rojas. Es un movimiento táctico inteligente que generará confusión entre las filas militares de los camisas rojas y que transmite a la dirección el mensaje de que si no quieren negociar y salen afuera, pueden esperar unas consecuencias extremas, añadió.
El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, está bajo una gran presión para poner fin a las protestas que se están llevando a cabo desde hace dos meses en el centro de Bangkok, durante las cuales han muerto 29 personas, además de haber paralizado la actividad en algunas partes de la capital. El miércoles, Abhisit desconvocó las elecciones del 14 de noviembre, previstas en su plan de reconciliación nacional, y suspendió las conversaciones del Gobierno con los manifestantes después de que éstos hicieran nuevas exigencias. La dirección del UDD está formada por 22 miembros y constituye una amalgama de antiguos comunistas, académicos, populistas regionales y aspirantes a diputado, lo que complica la consecución de un consenso.
Algunos radicales, como Jattiya, han propuesto intensificar las protestas para ganar la batalla de una vez por todas. Muchos líderes han sido acusados de incumplir las normas del estado de excepción y algunos, Jattiya incluido, han sido acusados de delitos de terrorismo, que se pueden castigar hasta con la pena de muerte.
Aislamiento
El Ejército había anunciado previamente su intención de aislar el lugar donde están acampados los camisas rojas, que en su mayoría son simpatizantes del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que fue derrocado en 2006. El plan es desplegar vehículos blindados en torno al campamento fortificado, que ocupa tres kilómetros cuadrados, para impedir que los manifestantes entren. El Ejército ha pedido a los comercios de la zona que echen el cierre.
Además, el portavoz del Ejército Sansern Kaewkamnerd adelantó que, con el objetivo de impedir una mayor movilización de los opositores, las autoridades pedirán la autorización del Gobierno para decretar el estado de excepción en quince provincias del norte y el noreste del país que son bastiones de los camisas rojas. Los manifestantes se han negado a marcharse y sus líderes han desafiado al Gobierno desde detrás de los muros que han creado con neumáticos, tablas de madera y alambre de cuchillas y que han empapado en queroseno. Aunque el Ejecutivo calcula que en el campamento hay unas 10.000 personas, reporteros de Reuters aseguran que hay más del doble de esa cifra.
Enviaremos grupos para rodear estos vehículos y así impedir que avancen, declaró Jatuporn Prompan, uno de los líderes de la protesta, a sus seguidores. Los camisas rojas han asegurado que sólo se dispersarán si un viceprimer ministro del Gobierno es acusado de delitos penales en relación con unos enfrentamientos que se produjeron el mes pasado entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Amenaza de los opositores
El ambiente, que al principio era festivo, se caldeó en la tarde de ayer. Los líderes opositores hicieron llamamientos para que se uniesen más personas a la concentración y amenazaron, en caso de que se reprima la protesta, con sitiar la residencia del primer ministro y el cuartel de la Infantería donde se ha refugiado.Pero una fuente militar próxima al jefe del Ejército, Anupong Paochinda, consideró improbable la posibilidad de que se vaya a reprimir la ma
nifestación de forma inmediata. Es difícil decir si habrá represión o cuándo, porque tenemos que ir evaluando (la situación) hora a hora. No queremos víctimas, así que tenemos que mantener la presión para que la gente se sienta demasiado cansada para resistir, explicó, y admitió que también para el Ejército es malo que haya víctimas.
Las empresas y Embajadas que tienen sus oficinas en la zona donde se manifiestan los miembros del UDD han ordenado a sus empleados que se vayan pronto a casa y han activado planes de seguridad para mañana, viernes. Además, varias estaciones de tren han cerrado de forma anticipada y los trayectos del transporte público han sido modificados.
En opinión de Anthony Davies, consultor de seguridad de IHS-Janes, es un claro intento de decapitar a la dirección militar de los camisas rojas. Es un movimiento táctico inteligente que generará confusión entre las filas militares de los camisas rojas y que transmite a la dirección el mensaje de que si no quieren negociar y salen afuera, pueden esperar unas consecuencias extremas, añadió.
El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, está bajo una gran presión para poner fin a las protestas que se están llevando a cabo desde hace dos meses en el centro de Bangkok, durante las cuales han muerto 29 personas, además de haber paralizado la actividad en algunas partes de la capital. El miércoles, Abhisit desconvocó las elecciones del 14 de noviembre, previstas en su plan de reconciliación nacional, y suspendió las conversaciones del Gobierno con los manifestantes después de que éstos hicieran nuevas exigencias. La dirección del UDD está formada por 22 miembros y constituye una amalgama de antiguos comunistas, académicos, populistas regionales y aspirantes a diputado, lo que complica la consecución de un consenso.
Algunos radicales, como Jattiya, han propuesto intensificar las protestas para ganar la batalla de una vez por todas. Muchos líderes han sido acusados de incumplir las normas del estado de excepción y algunos, Jattiya incluido, han sido acusados de delitos de terrorismo, que se pueden castigar hasta con la pena de muerte.
Aislamiento
El Ejército había anunciado previamente su intención de aislar el lugar donde están acampados los camisas rojas, que en su mayoría son simpatizantes del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que fue derrocado en 2006. El plan es desplegar vehículos blindados en torno al campamento fortificado, que ocupa tres kilómetros cuadrados, para impedir que los manifestantes entren. El Ejército ha pedido a los comercios de la zona que echen el cierre.
Además, el portavoz del Ejército Sansern Kaewkamnerd adelantó que, con el objetivo de impedir una mayor movilización de los opositores, las autoridades pedirán la autorización del Gobierno para decretar el estado de excepción en quince provincias del norte y el noreste del país que son bastiones de los camisas rojas. Los manifestantes se han negado a marcharse y sus líderes han desafiado al Gobierno desde detrás de los muros que han creado con neumáticos, tablas de madera y alambre de cuchillas y que han empapado en queroseno. Aunque el Ejecutivo calcula que en el campamento hay unas 10.000 personas, reporteros de Reuters aseguran que hay más del doble de esa cifra.
Enviaremos grupos para rodear estos vehículos y así impedir que avancen, declaró Jatuporn Prompan, uno de los líderes de la protesta, a sus seguidores. Los camisas rojas han asegurado que sólo se dispersarán si un viceprimer ministro del Gobierno es acusado de delitos penales en relación con unos enfrentamientos que se produjeron el mes pasado entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Amenaza de los opositores
El ambiente, que al principio era festivo, se caldeó en la tarde de ayer. Los líderes opositores hicieron llamamientos para que se uniesen más personas a la concentración y amenazaron, en caso de que se reprima la protesta, con sitiar la residencia del primer ministro y el cuartel de la Infantería donde se ha refugiado.Pero una fuente militar próxima al jefe del Ejército, Anupong Paochinda, consideró improbable la posibilidad de que se vaya a reprimir la ma
nifestación de forma inmediata. Es difícil decir si habrá represión o cuándo, porque tenemos que ir evaluando (la situación) hora a hora. No queremos víctimas, así que tenemos que mantener la presión para que la gente se sienta demasiado cansada para resistir, explicó, y admitió que también para el Ejército es malo que haya víctimas.
Las empresas y Embajadas que tienen sus oficinas en la zona donde se manifiestan los miembros del UDD han ordenado a sus empleados que se vayan pronto a casa y han activado planes de seguridad para mañana, viernes. Además, varias estaciones de tren han cerrado de forma anticipada y los trayectos del transporte público han sido modificados.