Un circuito en el cerebro podría acabar con la depresión
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
Acabar con la depresión o los trastornos obsesivos-compulsivos apretando sólo un botón parece una realidad cada vez más cercana.
Un estudio conjunto de la Universidad de Leuven (Bélgica) y de la Universidad de Brown, en Rhode Island (Estados Unidos) ha demostrado que los pacientes que tienen implantado en el cerebro un mecanismo eléctrico llamado Deep Brain Stimulation (Estimulación Cerebral Profunda, literalmente) o DBS, por sus siglas en inglés, experimentan notables mejoras en enfermedades como la depresión.
Sin embargo, los científicos piden cautela ante este sistema, ya que sus beneficios no están completamente asegurados y sus riesgos, por ser un método invasivo, son todavía demasiados. Los científicos ya conocían la capacidad del DBS para bloquear o incluso anular los movimientos espasmódicos que produce el Parkinson o la enfermedad de Huntington; cerca de 40.000 personas en todo el mundo tienen implantado uno de estos mecanismos en su cerebro. Sin embargo, los experimentos con el DBS y sus efectos sobre las enfermedades mentales están todavía en sus inicios, dada la complejidad de estas patologías que sufre el ser humano. Tanto es así, que sólo una docena de pacientes con depresión aguda o un trastorno obsesivo-compulsivo han sido objeto de investigación.
Sin embargo, los científicos piden cautela ante este sistema, ya que sus beneficios no están completamente asegurados y sus riesgos, por ser un método invasivo, son todavía demasiados. Los científicos ya conocían la capacidad del DBS para bloquear o incluso anular los movimientos espasmódicos que produce el Parkinson o la enfermedad de Huntington; cerca de 40.000 personas en todo el mundo tienen implantado uno de estos mecanismos en su cerebro. Sin embargo, los experimentos con el DBS y sus efectos sobre las enfermedades mentales están todavía en sus inicios, dada la complejidad de estas patologías que sufre el ser humano. Tanto es así, que sólo una docena de pacientes con depresión aguda o un trastorno obsesivo-compulsivo han sido objeto de investigación.